Si se hubiera enriquecido la sal de mesa con yodo se podría haber protegido a miles de personas tras el desastre de la central nuclear ucraniana de Chernobyl hace 20 años, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El hecho de no haber agregado yodo a la sal dejó a los niños y niñas de la región especialmente vulnerables al cáncer de tiroides, según un estudio de Unicef.
Los hogares de Europa oriental y de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), bloque que incluye a varias repúblicas ex soviéticas, tienen "el porcentaje de consumo de sal yodada más bajo en todo el mundo", informó por teléfono desde Ginebra a IPS Angela Hawke, de Unicef.
Mientras, 49 por ciento de los hogares del sur de Asia consumen sal yodada, al igual que 86 por ciento de los de América Latina y el Caribe, explicó Hawke.
Una dieta que carezca de yodo eleva el riesgo de cáncer de tiroides. "Si esta glándula tiene deficiencia de yodo, en caso de un accidente nuclear capturará el exceso de yodo que se genera y éste afectará la glándula tiroides, especialmente en los niños".
Miles de niños contrajeron así la enfermedad. Muchos de ellos sobrevivieron "porque este cáncer es bastante fácil de tratar", explicó la funcionaria.
"La glándula se puede extirpar y se recetan hormonas que reemplazan sus funciones. El paciente tendrá que recibir medicación por el resto de su vida. No hay riesgo de vida, pero a nadie le gustaría padecerlo", dijo.
"Entre las grandes cifras —400.000 personas arrancadas de sus tierras, cinco millones en áreas contaminadas, 100.000 dependientes de la asistencia humanitaria— se pasan por alto las pequeñas cosas: un poco de yodo a un precio irrisorio", dijo Maria Calivis, directora regional de Unicef para Europa oriental y central y la CEI.
"Para los 4.000 niños en cuestión, la sal yodada hubiera sido la diferencia. Muchos se hubieran salvado del cáncer de tiroides", agregó Calivis, en una declaración escrita.
Unicef informó que las áreas afectadas por el accidente de Chernobyl tenían carencia de yodo antes del desastre y aun hoy.
A pesar de los muchos esfuerzos realizados para legislar sobre el enriquecimiento de la sal con yodo en Belarús, la Federación Rusa y Ucrania, el asunto sigue siendo objeto de debate.
"Después de 20 años, no hay más excusas para que se siga demorando", reclamó el célebre ajedrecista y embajador regional de Unicef, Anatoly Karpov.
"Enriquecer con yodo la sal es la forma más efectiva de asegurar que todos los niños tengan la cantidad suficiente de este mineral. También es la forma más barata: cuesta sólo cuatro centavos de dólar por persona y por año", agregó.
Consumir sólo una cucharita de té de yodo a lo largo de una vida "puede brindar un alto grado de protección contra los desórdenes causados por la deficiencia de este mineral", prosiguió.
Los desajustes producidos por la falta de yodo pueden causar retardo mental y disminuir 15 puntos el coeficiente intelectual de una población, alertó Unicef.
La carencia de yodo es grave para las mujeres embarazadas y los niños pequeños, explicó.
"Incluso una carencia leve de este mineral durante el embarazo puede afectar el desarrollo del cerebro del feto. En Europa oriental y central y en la CEI, 2,4 millones de bebes nacen por año con retardo mental."
Unicef urge a los gobiernos de Belarús, Federación Rusa y Ucrania a que legislen respecto del enriquecimiento de la sal con yodo, y trabaja con productores de sal y las poblaciones afectadas para incrementar la conciencia de la importancia de este mineral.
También apoya la distribución de información confiable entre las víctimas del desastre de Chernobyl.
Esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también apoya la educación sobre asuntos prácticos en escuelas y comunidades perjudicadas para asegurar que niños y jóvenes tengan información certera sobre una variedad de cuestiones, desde drogas hasta alimentación.
"El impacto directo de Chernobyl va más allá de la salud. Tiene que ver también con los problemas persistentes de salud y psicológicos producidos por los repentinos desplazamientos y la pérdida de los medios de vida" de las víctimas, subrayó Calivis.
"La información se traduce en poder. Brinda información concreta y la gente podrá tomar decisiones con bases sólidas sobre su salud y la de sus hijos", concluyó.. (