DÍA DE LA SALUD: Fuga de cerebros pone a África en coma

Los números lo dicen todo. En Sudáfrica, 37 por ciento de los médicos y siete por ciento de los enfermeros han emigrado a Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Gran Bretaña o Portugal.

En Zimbabwe, 11 por ciento de los médicos y 34 por ciento de los enfermeros también se trasladaron a otros países en busca de empleo.

Estos datos, compilados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) reflejan la magnitud de la "fuga de cerebros" en el sector sanitario de África meridional.

En toda esta región, la más azotada del mundo por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), Botswana, Mauricio, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia son los únicos países que no sufren una escasez crítica de trabajadores sanitarios, según la OCDE.

El Día Mundial de la Salud, que se celebró este viernes, tiene el objetivo de llamar la atención internacional sobre la problemática de la gran escasez de trabajadores sanitarios en el mundo, y particularmente en África. Bajo el lema "Trabajando juntos por la salud", busca también estimular el debate sobre cómo elevar el nivel profesional de los empleados del sector.

"La situación no va a ser mejor en el corto plazo. Quizás empeore", dijo a comienzos de esta semana el asistente de la Dirección General de la OMS, Tim Evans.

El Informe de la Salud Mundial, divulgado este viernes por la OMS, señala que América, con 10 por ciento de la carga de las enfermedades del planeta, tiene a 37 por ciento de los trabajadores sanitarios del mundo y responde por 50 por ciento del gasto global en salud.

Por su parte, África sufre 24 por ciento de la carga de las enfermedades mundiales pero sólo cuenta con tres por ciento de los trabajadores del sector del planeta y consume menos de uno por ciento de los gastos internacionales en salud.

La OMS señala que hay 57 países con escasez crítica de personal sanitario, sumando un déficit de 2,4 millones de médicos y enfermeros.

Mientras, la británica Glenys Kinnock, legisladora del Parlamento Europeo, llamó a los países del bloque a detener la contratación de médicos originarios de África para evitar que ese continente siga perdiendo profesionales.

Kinnock dijo que la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, debería poner fin a la contratación de trabajadores sanitarios de África subsahariana e impulsar un "código global de conducta" ética sobre contratos.

"Hay más enfermeros procedentes de Malawi en (la central ciudad británica de) Manchester que en la misma Malawi, y más médicos etíopes en (la nororiental ciudad estadounidense de) Chicago que en Etiopía, dijo Kinnock a IPS.

El año pasado, 2.998 enfermeros graduados keniatas se mudaron a otros países en busca de trabajo, sobre todo en Estados Unidos y Gran Bretaña.

La eurodiputada también llamó a promover incentivos para que los trabajadores de la salud permanezcan en sus países.

"A pesar de la terrible carga de las enfermedades en África, (los países del continente) sólo tienen 0,6 por ciento de los trabajadores sanitarios registrados del mundo", señaló.

"La contratación de profesionales de la salud (por parte de Europa) y el azote del sida prolongan la crisis de los ya frágiles sistemas de salud de los países en desarrollo", añadió.

Kinnock sostuvo que esta fuga de cerebros es el mayor obstáculo para que los habitantes de África reciban adecuada atención médica, ya que los países pierden a sus médicos y enfermeros más capacitados y experimentados.

La europarlamentaria subrayó la necesidad de elevar los salarios de los trabajadores sanitarios en los países africanos a niveles comparables con los de sus pares en el Norte industrializado.

Para ello, propuso canalizar más ayuda financiera al sistema de salud de África y apoyar proyectos de desarrollo regionales.

"A menos que se eleve la expectativa de vida, estos países nunca estarán en posición de desarrollar sus economías", señaló.

En los últimos años, África ha perdido a un gran número de expertos en salud, lo que hace difícil poder capacitar a las nuevas generaciones. Setenta y cinco países tienen menos de 2,5 trabajadores de la salud por cada 1.000 habitantes.

El comisionado de Libertad, Seguridad y Justicia de la UE, Franco Frattini, propuso en marzo medidas para contratar a profesionales de la salud altamente educados de otros países, como la creación de una "tarjeta verde" de residencia legal para investigadores, ingenieros y médicos.

"Estoy preocupado por las últimas propuestas del comisionado Frattini", dijo Kinnock.

"En este Parlamento no podemos tolerar una situación en la que los estados miembro y la Comisión hablan de acabar con la pobreza y al mismo tiempo se niegan a destinar 20 por ciento de los fondos para el desarrollo a la educación y a la salud", añadió la legisladora.

(*) Aporte de Stefania Bianchi (Bruselas)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe