Estados Unidos, autoproclamado defensor de los derechos humanos y de la democracia en el mundo, fue acusado por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) de cometer «graves violaciones» a los derechos laborales en su propio territorio.
La Ley de Relaciones Laborales de Estados Unidos, que garantiza los derechos de asociación y de negociación colectiva, excluye a numerosas categorías de trabajadores, como funcionarios de gobierno, contratistas independientes, trabajadores agrícolas y empleados domésticos, señala un informe divulgado este miércoles por la CIOSL, con sede en Bruselas.
Más de 25 millones de empleados civiles y 6,9 millones de funcionarios federales, municipales y de gobiernos estaduales no tienen derecho a negociar sus salarios, sus horas de trabajo o los términos del empleo, añade.
Además, el estudio indica que existen insuficientes protecciones a los ataques de empleadores contra la sindicalización.
El derecho de huelga está permitido únicamente para los trabajadores del sector privado, pero incluso en este caso se ve seriamente restringido, señaló la CIOSL.
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"La credibilidad de Estados Unidos, que adopta una firme postura internacional sobre asuntos de derechos humanos, es severamente dañada por la falta de protección a trabajadores, en especial los más vulnerables, dentro de sus propias fronteras", afirmó el secretario general de la CIOSL, Guy Ryder.
Esto estimula a otros gobiernos a buscar una ventaja competitiva en los mercados mundiales violando también los derechos fundamentales de sus propios trabajadores, añadió.
La CIOSL asegura representar a 155 millones de trabajadores en 236 organizaciones afiliadas de 154 países y territorios.
El informe incluye una larga lista de violaciones a los derechos laborales de parte de Estados Unidos, como incumplimientos de convenciones internacionales sobre trabajo infantil y discriminación contra los inmigrantes indocumentados.
Un fallo en 2002 de la Corte Suprema, el más alto órgano judicial del país, estableció que los trabajadores sin documentos no estaban autorizados a recibir compensaciones por prácticas laborales injustas ni a recuperar sus empleos si fueron víctimas de despidos abusivos.
"Este fallo obstaculizó el respeto de los derechos de sindicalización de varios millones de trabajadores indocumentados, sobre todo mexicanos", subraya el informe.
Según la CIOSL, Estados Unidos también viola convenciones que ratificó en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Pese a que Washington ratificó la Convención número 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil, éste sigue siendo un problema en Estados Unidos, sobre todo en el sector agrícola, donde niños y niñas son sometidos a difíciles condiciones laborales.
"Muchos niños y niñas trabajan largas horas en los campos y son expuestos a peligrosos pesticidas, herramientas cortantes y equipos pesados. Al mismo tiempo, el número de inspecciones para la aplicación de la ley contra el trabajo infantil disminuyó drásticamente", indica el informe.
Además, recientes regulaciones empeoraron la condición laboral de niños y niñas, pues redujeron la edad mínima para desempeñar actividades laborales peligrosas, como el uso de freidoras en los restaurantes de comida rápida o la manipulación de máquinas trituradoras de papeles.
El director de campañas y comunicaciones de la CIOSL, Tim Noonan, dijo a IPS que varias de estas violaciones ya habían sido denunciadas ante la OIT.
Las últimas referencias al pobre desempeño de Estados Unidos en materia de derechos laborales, en particular sobre el derecho de asociación y la negociación colectiva, pueden encontrarse en el Informe Global de la OIT de 2004.
Este informe menciona casos de amenazas a empleados para denunciar a los inmigrantes indocumentados, así como barreras a la sindicalización.
Noonan subrayó que el informe de la OIT revela que la oposición de los empleadores a la asociación de los trabajadores es el factor principal de los relativamente bajos niveles de afiliación a los sindicatos del sector privado de Estados Unidos.
"Creemos importante que otros gobiernos le recuerden a Estados Unidos sus obligaciones como estado miembro de la OIT", indicó.
Además, debe haber presión pública, dentro y fuera del país, contra la administración del presidente George W. Bush, para que corrija estos abusos, añadió.
Noonan señaló que el movimiento sindical estadounidense "ha sido muy activo en criticar las políticas laborales de la administración Bush y en buscar formas de ayudar a los trabajadores a sindicalizarse".
"Pero las leyes y las prácticas del gobierno han reducido la capacidad de los trabajadores para organizarse", lamentó.