SERBIA: Muerte de Milosevic renueva divisiones internas

Una ojeada a la página de avisos fúnebres de Politika, el principal periódico de la capital de Serbia, deja en evidencia cómo ha dividido a la nación el fin del dictador Slobodan Milosevic, muerto en prisión en La Haya, Holanda.

Algunos advierten que el fallecimiento impidió que se hiciera justicia con una condena al ex presidente de Serbia y Yugoslavia en los casos de genocidio en su contra.

El Partido Socialista publicó un aviso de una página entera para señalar que su líder "murió trágicamente defendiendo a Serbia". La asociación Libertad para Milosevic dio "su último adiós al héroe de la nación serbia".

Al mismo tiempo, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia terminó su proceso en La Haya, en una sesión de dos minutos y medio. "La muerte de Milosevic pone fin a estos procedimientos", dijo el presidente del cuerpo, juez Patrick Robinson.

"Ocurrió lo peor", dijo a IPS el analista serbio Dusan Janjic. "Milosevic no fue declarado culpable o inocente por sus crímenes, y eso continuará siendo el principal desacuerdo entre los serbios y en los Balcanes."

"Esto impedirá la catarsis de los serbios, la reconciliación en la región y la definición final del pasado reciente", se lamentó Janjic.

Milosevic, de 64 años, fue hallado muerto el sábado en su cama de la unidad de detención de La Haya, a la que había sido trasladado en junio de 2001 por las autoridades serbias que le sucedieron.

Sobre él pendían 66 acusaciones de genocidio y crímenes de guerra cometidos en Bosnia, Croacia y Kosovo.

Su régimen estuvo marcado por las guerras de secesión de la antigua Yugoslavia, entre 1991 y 1995. Su ejército participó activamente en los enfrentamientos con el pretexto de "proteger a la población serbia fuera de la misma Serbia".

En esas guerras murieron miles de personas, la mayoría de ellas no serbias y muchas de ellas en el marco de campañas denominadas "de limpieza étnica".

Milosevic no será honrado con un funeral de Estado, dada la controversia que rodeó su régimen y su papel en la región, que deberá lidiar con su legado en los años que vienen.

"La posición de este gobierno consiste en que el funeral es un asunto privado de la familia Milosevic", dijo el viceprimer ministro serbio Miroljub Labus.

También suscita controversia el destino final de los restos de Milosevic. Su viuda, Mira, su hijo Marco y su hermano Borislav viven en Rusia, y su hija Marija, en Montenegro.

Con la muerte de Slobodan Milosevic, resurgieron las divisiones que en su vida originaba su figura.

Para algunos serbios, Milosevic fue el salvador de esa comunidad en la antigua Yugoslavia, a la que consideraban amenazada con la extinción por croatas, bosnios y albaneses. Para otros, fue el hombre que trajo al país vergüenza, desgracia y aislamiento.

"Es vergonzoso el modo en que algunos medios nacionalistas abordan este evento", dijo a la prensa el canciller serbio Vuk Draskovic. "No hay manera de que el público pueda olvidar lo que significó el régimen de Milosevic, entre otras cosas los asesinatos políticos."

Draskovic, principal líder opositor en los años 90, escapó a dos intentos de asesinato a manos de la policía secreta. El que no tuvo la misma suerte fue Ivan Stambolic, mentor político de Milosevic y presidente de Serbia en los 80: terminó asesinado en 2000. En 1999, el que resultó muerto fue el periodista opositor Slavko Curuvija.

En los Balcanes prevalece una sensación de injusticia tras la muerte de Milosevic. Las críticas caen sobre el Tribunal en La Haya.

El experto en derecho croata Ivan Josipovic escribió en el diario Jutarnji List, de Zagreb, que "el hecho de que un acusado prácticamente escapó del veredicto deja mal la imagen del tribunal".

Por su parte, el director del Comité Croata de Derechos Humanos de Helsinki, Zarko Puhovski, dijo a IPS que la muerte de Milosevic tendrá una grave influencia en el proceso de reconciliación en los Balcanes.

"El proceso es lento, de todos modos", dijo. "Los principales participantes de la guerra abandonaron este mundo, tras la muerte de Milosevic, del ex presidente croata Franjo Tudjman y el ex presidente bosnio Alija Izetbegovic."

"De todos modos, muchos continuarán pensando que el Tribunal en La Haya está involucrado en una conspiración antiserbia, pues todos los detenidos que murieron son serbios", agregó.

Milosevic fue el cuarto serbio acusado que muere en la unidad de detención en La Haya. Una semana antes, el ex líder serbocroata Milan Babic se suicidó.

También se suicidó en 1999 el líder serbocroata de la localidad de Vukovar, Slavko Dokmanovic, y murió de un ataque cardiaco el acusado serbobosnio Milan Kovacevic, en 1998.

Políticos bosnios manifestaron preocupación por el futuro de la demanda por genocidio que Bosnia-Herzegovina formuló contra Serbia ante la Corte Internacional de Justicia, órgano jurisdiccional del sistema de la ONU también radicado en La Haya.

Los procedimientos comenzaron el mes pasado, y ahora corren peligro de diluirse con la muerte de Milosevic.

"Un veredicto claro de genocidio contra Milosevic podría haber sido la base de un fallo de la Corte Internacional de Justicia. Ahora, las posibilidades de Bosnia son menores", dijo a IPS el profesor de derecho Tibor Varadi. (

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