POLÍTICA-BENÍN: Esperanza en la escoba nueva

Benín se apresta a tomar juramento en abril a su presidente electo, el ex banquero Boni Yayi, quien obtuvo la mayor victoria electoral registrada en este país de África occidental, en la segunda vuelta de los comicios presidenciales de este mes.

Los resultados de la Comisión Nacional Electoral Autónoma sobre las elecciones del 19 de marzo muestran el amplio margen de la victoria de Yayi: 74,51 por ciento de los votos frente a 25,49 por ciento de su contrincante, el abogado Adrien Houngbedji.

Esta es la primera vez que un postulante a la presidencia obtiene el triunfo con una diferencia tan grande.

Yayi, de 54 años y ex presidente del Banco de Desarrollo del África Occidental, se convertirá el 6 de abril en sucesor de Mathieu Kerekou, quien presidió el país durante dos períodos consecutivos de cinco años.

La elección de Yayi, un novato en la política, se ve como rechazo a la forma tradicional de hacer política en Benín, en lo que respecta al manejo de los asuntos públicos y al comportamiento de los dirigentes.

"La gente de Benín quiere un cambio. Para lograr esto, eligieron a un desconocido que no pertenece a la clase política, la cual quedó por el camino. Es importante que ésta analice profundamente la situación", dijo Adrien Ahanhanzo-Glele, presidente del capítulo nacional de Transparencia Internacional, una organización no gubernamental con sede en Berlín dedicada a combatir la corrupción.

Ahora, la esperanza es que Yayi evite nombrar en su gabinete a representantes de esa misma "clase", que ha venido a engrosar.

"Con el Dr. Boni Yayi, tenemos una oportunidad histórica de sacar a quienes condujeron infructuosamente el país durante los pasados 40 años", expresaron activistas en una carta abierta publicada en Internet el día anterior a la segunda vuelta presidencial.

El profesor y analista Roger Gbegnonvi comparte esa opinión.

"El pueblo cumplió democráticamente con su deber. Ahora le toca al nuevo presidente cumplir con el suyo y debe hacerlo bien. Necesita colmar las expectativas de cambio permaneciendo atento a la irresponsabilidad de la clase política del mismo modo que vigila las plagas y el cólera", señaló.

Gbegnonvi también pidió al nuevo presidente que se "entregue a la gente que lo votó con objetivos claros y precisos: que combata la enorme corrupción y haga funcionar el país". Yayi debe "impulsar el desarrollo sin vacilar, promoviendo un cambio ético y real", agregó.

El presidente electo formuló un plan económico para alcanzar esos propósitos. Su programa pretende colocar al país en la categoría de economías emergentes, acelerando su crecimiento. El objetivo es lograr un crecimiento anual del producto interno bruto de dos dígitos para 2010, mientras el actual ronda los tres puntos porcentuales.

El programa también busca "promover una verdadera industrialización basada en el procesamiento de materias primas, y el desarrollo de una agricultura modelo promoviendo empresas agrícolas de pequeña y mediana escala, actualmente inexistentes en el país".

Además, se pone énfasis en el desarrollo del microcrédito, el combate a la pobreza y la lucha contra la corrupción.

El plan de Yuyi prevé enfocar esfuerzos en el empleo juvenil, los derechos de la mujer, el acceso a la atención médica, la educación y la capacitación en este país de 7,4 millones de habitantes.

"Es cierto que el programa de Boni Yayi es apropiado, pero la población de Benín también debe ponerse manos a la obra. El nuevo presidente no podrá por sí mismo fortalecer un país cuya economía ha estado moribunda durante tantos años", dijo a IPS Issa Mondi-Mondi, una analista de Cotonou, la capital financiera de Benín.

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