El militante Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), elegido por el pueblo palestino para gobernar, fracasó en su intento de formar gobierno de coalición sumando a la oposición, y ahora le será muy difícil ejercer el poder.
El nudo del problema es que a pesar de haber modificado su plataforma política a pedido del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, Hamas sigue rechazando la existencia de Israel y desoyendo los llamamientos internacionales para que renuncie a la resistencia armada contra la ocupación israelí.
Hamas presentó el domingo a Abbas su programa de gobierno y la lista de los miembros del futuro gabinete, pero es probable que no se los someta a la aprobación del parlamento hasta después de las elecciones generales en Israel, el martes 28 de marzo.
El gabinete está integrado por 24 ministros procedentes del mundo académico y el servicio público. Entre ellos hay una mujer y un cristiano.
El esperado plan de gobierno de Hamas deja clara su intención de cooperar con la comunidad internacional para facilitar la creación de un Estado palestino sobre la base de las fronteras de 1967, es decir con los territorios de Gaza y Cisjordania y la capital en Jerusalén.
Hamas, una de las organizaciones de la resistencia palestina que promueven los ataques suicidas contra Israel, también aclaró que solo respetaría los tratados de paz ya firmados si éstos protegían los derechos de los palestinos y que aspiraba al regreso de los refugiados.
"Hubiera preferido un gobierno de coalición que representara lo que tienen en común estas dos facciones", Hamas y el derrotado movimiento Al Fatah, dijo a IPS el decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Belén en Cisjordania, Walid Mustafa.
"Una coalición hubiera sido más moderada y representaría a más de un partido. Allí se puede ser más pragmático", dijo Mustafa.
Si bien los medios de comunicación sugirieron que el gobierno de Estados Unidos había urgido a la oposición a evitar una coalición con Hamas so pena de arriesgarse al repudio de Washington, Mustafa no cree que esa presión fue la que impidió conformar un gobierno que incluyera a todas las tendencias políticas.
Lo que molesta al especialista es que muchos empleados públicos han sido designados en el gabinete. "El ministro debe ser un político. No puede hacer lo que quiere. Los tecnócratas (empleados públicos) no son candidatos al parlamento", argumentó.
La inexistencia de un gobierno de coalición puede acarrear sanciones económicas, puesto que a los ojos de muchos donantes un grupo terrorista llegó al poder. El Banco Mundial advirtió este mes que si se corta la ayuda financiera internacional a la ANP, se desatará un grave desempleo.
La comunidad internacional, que garantiza el grueso del presupuesto de 1.000 millones de dólares anuales de la ANP, amenazó desde las elecciones de enero con recortar la ayuda si Hamas insistía en mantener una postura rígida contra Israel.
Con todo, la Unión Europea entregó esta semana a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) 78 millones de dólares de ayuda de emergencia, pero advirtió que la asistencia futura no estaba asegurada.
Muchos gobiernos árabes contribuyen con Hamas para apaciguar a la población, pero el apoyo político es otro asunto, dijo Naseef Muallem, director general de Centro Palestino para la Paz y la Democracia en Ramalá, ciudad ubicada en el centro de Cisjordania.
Estados Unidos intenta evitar a las instituciones benéficas y sociales dirigidas por Hamas, pero sigue enviando ayuda para aliviar la difícil situación de los palestinos en la franja de Gaza y Cisjordania.
Hamas, que prometió disminuir el desempleo y la pobreza, afronta los problemas económicos derivados de la ocupación israelí. "Los palestinos tienen muchas expectativas, pero Hamas no puede resolver sus problemas", dijo Muallem a IPS.
Los inversores internacionales son disuadidos a no apostar por Palaestina por los puestos de control, los bloqueos de carreteras y el muro de seguridad que erige Israel en parte del territorio palestino.
Con la amenaza de aislamiento de la comunidad internacional, Hamas se verá en apuros para asegurar un Estado independiente sin un mecanismo internacional que obligue a Israel a respetar la legitimidad del gobierno palestino, dijo Muallem.
En su opinión, Hamas debe luchar por cambiar la imagen creada tanto por los militantes suicidas como por los medios israelitas, y según la cual los palestinos pasaron de ser "un pueblo que lucha contra la ocupación para convertirse en terroristas".
Israel advirtió hace tiempo que rompería relaciones con la ANP si Abbas aprobaba el gobierno de Hamas.
Mustafa cree que la demanda de reconocimiento de Israel llegará a su tiempo. "La realidad de la situación tendrá influencia en las dos partes, los israelíes y los palestinos".
En medio de todos estos problemas persiste la cuestión del futuro político de Mahmoud Abbas.
"Abbas ha sido absolutamente relevante", dijo a IPS Mustafa Abusway, profesor de filosofía y estudios islámicos de la Universidad Al Quds en Jerusalén.
"Fue desafortunado que Tzipi Livni (ministra de Relaciones Exteriores de Israel) no pudiera ver esto. Bombardeó a la prensa con la frase 'Mahmoud Abbas es intrascendente'", criticó.
Según Abusway, Abbas pretende lograr un gabinete ejecutivo aceptable y un pronunciamiento político de Hamas acorde con sus convicciones y con las negociaciones de paz entre Israel y la ANP según la "hoja de ruta", el plan de paz para Medio Oriente auspiciado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas.
A pesar de que algunos políticos pidieron la renuncia de Abbas cuando Israel atacó una prisión en Jericó donde estaban detenidos los sospechosos de haber matado a un ministro israelí, Abusway no cree que Abbas abandone Al Fatah, el partido que dominó la vida política palestina hasta el triunfo de Hamas.
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