Una adolescente iraní de 17 años conocida apenas como Nazanin luchó contra dos hombres que intentaron violarla, y se le imputa haber apuñalado mortalmente a uno. En enero, casi dos años después de los hechos, un tribunal de Teherán la condenó a muerte.
Nazanin es una de las 19 mujeres que esperan ser ejecutadas en Irán, según los datos disponibles, dijo Elisabetta Zamparutti, presidenta de Hands Off Cain (Que nadie toque a Caín), una organización con sede en Roma que trabaja para abolir la pena de muerte en todo el mundo.
Mientras la cantidad de mujeres que enfrentan la pena capital parece ir en aumento en algunos países como Irán y China, en el resto del mundo éstas tienen menos probabilidades que los hombres de sufrir esa condena.
Las mujeres cometen menos delitos graves como el asesinato, para el cual la muerte puede ser la máxima sentencia, y existe una repugnancia cultural a ejecutar a una mujer que no se activa ante los hombres.
En Egipto "legalmente no hay discriminación" entre hombres y mujeres, dijo a IPS Amr Abdel Motaal, socio de una firma de abogados en El Cairo. "Hombres y mujeres son iguales ante la ley, aunque los jueces, generalmente hombres, tienden a ser más indulgentes con las acusadas. La cantidad de mujeres que reciben la pena de muerte es muy pequeña".
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Sólo China, Irán, Jordania, Arabia Saudita, Singapur y Vietnam ejecutan regularmente a mujeres sin una tendencia de género aparente, según el sitio web de la no gubernamental Capital Punishment U.K. (Pena capital – Gran Bretaña). Los códigos penales de la mayoría de los países prohíben la ejecución de mujeres embarazadas, que son indultadas de inmediato o, en teoría, pasibles de ser ejecutadas luego de dar a luz.
En general, el número de ejecuciones en todo el mundo está bajando, según Amnistía Internacional, pero parece estar aumentando en pocos países, especialmente en China e Irán, donde vive Nazanin.
Tras la elección del presidente Mahmoud Ahmadinejad el año pasado, la cantidad de ejecuciones aumentó agudamente en Irán. Según artículos publicados en la prensa iraní compilados por Hands Off Cain y Human Rights Watch, sólo entre el 20 de enero y el 20 de febrero las autoridades judiciales ejecutaron a 10 prisioneros y condenaron a otros 21 a muerte.
El año pasado, por lo menos dos mujeres iraníes fueron ejecutadas, y otras 13 sentenciadas a muerte, dijo Zamparutti. Dos de ellas, Delara Darabi y una joven conocida solamente como Fakhteh, eran menores de edad como Nazanin, señaló.
La Convención sobre los Derechos del Niño y el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos prohíben la imposición de la pena capital para delitos cometidos antes de los 18 años. También prohíben el uso de tortura y de castigos crueles, inhumanos o degradantes. Irán parece ignorar ambos compromisos, dijo Zamparutti.
La pena de muerte continúa aplicándose amplia y arbitrariamente en China, según Amnistía Internacional. Las ejecuciones castigan una gran variedad de delitos, desde fraude impositivo, malversación de fondos e infracciones vinculadas a las drogas hasta crímenes violentos.
Como las autoridades mantienen en secreto las estadísticas nacionales sobre las sentencias de muerte y las ejecuciones, investigadores de Amnistía Internacional dijeron que es difícil contar con cifras precisas.
Con base en los informes públicos disponibles, la organización defensora de los derechos humanos estima que por lo menos 3.400 personas fueron ejecutadas y por lo menos 6.000 sentenciadas en 2005, en ese país de 1.300 millones de habitantes. La cantidad de mujeres muertas por el estado chino no se redujo.
Las razones por las cuales son condenadas las mujeres y el tipo de muerte que se les aplica varían respecto de los hombres en algunos países. De las 13 mujeres sentenciadas en Irán, tres serán lapidadas como castigo por adulterio. La muerte por lapidación es particularmente dolorosa.
"Sólo las mujeres son condenadas a este castigo por adulterio", dijo Zamparutti. En caso de que llegara a condenarse a un hombre por ese delito, su castigo es la horca.
Ma Weihua, una mujer sentenciada a muerte por narcotráfico en China, fue obligada a abortar mientras estaba bajo custodia policial en febrero del año pasado, aparentemente para que pudiera cumplir su castigo "legalmente", según Human Rights Watch, con sede en Nueva York. Las leyes chinas prohíben la ejecución de una mujer encinta.
En medio de protestas públicas, el juicio de Ma fue suspendido cuando su abogado expuso detalles del aborto forzado, y finalmente la pena fue cambiada a prisión perpetua.
Hay 55 mujeres que esperan ser ejecutadas en Estados Unidos. Frances Newton fue la última, muerta en el sureño estado de Texas el 14 de septiembre del año pasado.
Desde que la pena capital fue reinstaurada en ese país en 1976, luego de tres años de suspensión, 11 convictas han sido ejecutadas. Sin embargo, la pena máxima y las ejecuciones de mujeres son raras respecto de las de delincuentes hombres.
De hecho, a medida que se avanza en el proceso judicial, las mujeres van quedando fuera del alcance de ese castigo en Estados Unidos. Mientras es mujer una de cada 10 personas arrestadas por asesinato, de cada 97 ejecutados solo uno es mujer.
En un fallo de 1938, la Corte Suprema de India sostuvo que la pena de muerte debía aplicarse exclusivamente "en los casos más raros entre los raros", pero el país aún no abolió ese castigo. Las ejecuciones son por ahorcamiento, método que se considera desprovisto de sufrimiento y humillación, y jamás en público. La última mujer ejecutada en India fue en 1920.
En América Latina, la pena de muerte es rara para hombres y mujeres. Sólo Cuba y Guatemala mantienen ese castigo en sus códigos penales. La última vez que Cuba lo aplicó fue en 2003: tres hombres fueron fusilados por secuestrar una embarcación con pasajeros para escapar de la isla.
En Guatemala se debate una posible abolición de la pena de muerte. La última ejecución fue en 2000.
*Con aportes de varios corresponsales de IPS