Las más de 600 protestas realizadas esta semana en todo Estados Unidos, al cumplirse tres años de la invasión a Iraq, demostraron que el rechazo a la ocupación es ya el sentimiento dominante en este país, señalaron activistas.
La guerra "carece de toda legitimación", según los participantes en las manifestaciones.
Uniéndose a manifestantes en otros países, activistas estadounidenses salieron a las calles entre el 15 y 22 de este mes para exigir al gobierno de George W. Bush que retire de inmediato sus tropas de Iraq. En todos los estados se realizaron cientos de marchas, encuentros, vigilias y acciones de desobediencia civil pacíficas.
También hubo grandes manifestaciones en Londres y Roma, así como en varias otras ciudades europeas.
"Lo más importante de esta semana es que las actividades se realizaron en todo el país. Esto refleja que el movimiento pacifista en verdad fue dominante", dijo a IPS la activista Hany Khalil, de la organización Unidos por Paz y Justicia.
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Las manifestaciones en Estados Unidos contaron con menos participantes que en las realizadas poco antes de la invasión el 20 de marzo de 2003, pero la amplia gama de actividades llevadas a cabo este año "es por lejos más importante que una manifestación gigante", sostuvo Phyllis Bennis, del Instituto para Estudios Políticos, con sede en Washington.
Las actividades pacifistas realizadas en todo el país "fueron un ejemplo de la actual oposición a la guerra, que para el pueblo estadounidense, más que para el gobierno e incluso que para el Congreso legislativo, carece de legitimidad", dijo Bennis al participar de una conferencia el lunes.
Por su parte, Khalil dijo a IPS que, a pesar de las pocas variaciones en las encuestas, la tendencia general y las acciones de esta semana indican que el rechazo a la guerra "es hoy la opinión mayoritaria".
El activista subrayó que una encuesta divulgada por la cadena televisiva CBS el 13 de este mes indicó que 59 por ciento de los consultados dijeron apoyar un repliegue de los 140.000 soldados estadounidenses instalados en Iraq.
No obstante, "aún persiste el desafío de convertir esa opinión en poder político", añadió.
Al hablar el martes en un mitin auspiciado por el Partido de Familias Trabajadoras, tercera fuerza política en el nororiental estado de Nueva York, el congresista José Serrano, del opositor Partido Demócrata, sostuvo que el mayor problema que afronta este país es la "incapacidad o el temor a hablar contra la guerra".
El gobierno de Bush considera que oponerse a la ocupación de Iraq es "antiestadounidense", pero "yo creo que es nuestro deber", añadió.
En el mismo encuentro, citando al activista político y defensor de los derechos de la comunidad negra Martín Luther King, quien había rechazado la guerra de Vietnam (1964-1975) en una manifestación en esta misma ciudad en abril de 1967, el veterano de guerra Geoffrey Millard afirmó: "Llega un momento en que callar es traición".
Y ese tiempo "ha llegado ahora para Estados Unidos en relación con Iraq", añadió.
Por su parte, Entisar Mohammad Ariabi, una trabajadora de un hospital de Bagdad, contó que todos los días "veía gente inocente morir y salir herida" por el conflicto bélico.
Ya que muchas calles están bloqueadas por las tropas de Estados Unidos, "la mayoría de los heridos llegan al hospital muertos", indicó.
"Tres años de esta ocupación y todavía no tenemos una democracia. Lo que tenemos son bombas en hospitales, escuelas, carreteras, puentes y asesinatos de civiles", añadió.
Desde la invasión en 2003, más de 150.000 iraquíes han muerto, aunque otros registros hablan de 200.000.
Mientras, más de 2.000 soldados estadounidenses murieron y otros 15.000 han resultado heridos, según cifras del Departamento de Defensa.
"La idea de que Estados Unidos iba a construir una real democracia en Iraq era absurda", dijo a IPS Rahul Mahajan, profesor de la Universidad de Nueva York y periodista que cubrió la incursión estadounidense en la central ciudad iraquí de Faluya en abril de 2004.
"Pero lo menos que me esperaba es que una superpotencia económica y de la más alta tecnología como Estados Unidos fracasara tan miserablemente en la reconstrucción de la infraestructura iraquí. De hecho, los iraquíes están hoy peor que antes de la guerra, en términos de infraestructura y acceso a agua y electricidad", señaló.
Los activistas también criticaron a los centros de reclutamiento militar.
"Detengan la máquina de guerra estadounidense. Desde el (barrio neoyorquino de) Bronx hasta Filipinas, llamamos a poner fin a la guerra de Washington contra los pobres", coreaban cientos de jóvenes que manifestaron frente al Centro de Reclutamiento Militar del Bronx, creado en la segunda guerra mundial (1939-1945).
"Tengo más cosas en común con los pobres iraquíes que con cualquiera en el gobierno de Estados Unidos, porque los iraquíes han sido oprimidos, como los habitantes del Bronx y de Harelm durante años", dijo Jeanette Caceres, de la coalición de organizaciones no gubernamentales Answer.
"Dinero para trabajos y educación, no guerra y ocupación", rezaban los carteles en el mitin del martes en Nueva York.
Hasta ahora, más de 300.000 millones de dólares han sido destinados por el Congreso para financiar operaciones militares y la reconstrucción de Iraq, pero un estudio elaborado por el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y la experta en presupuestos de la Universidad de Harvard Linda Blimes sugiere que el costo real de la guerra estaría entre un billón y dos billones de dólares.