Mientras una ráfaga de excitación rodea al Foro Social Mundial (FSM) de Karachi, veteranos activistas y politólogos de Malasia expresan reservas sobre el enfoque regional de este acontecimiento, y otros hasta ignoran el encuentro.
Esta es la tercera etapa del FSM 2006, entre este viernes y el miércoles 29 en esa meridional ciudad pakistaní. Las dos anteriores se celebraron en enero en Bamako (entre el 19 y el 23) y en Caracas (desde el 24 y el 29), para contrarrestar al Foro Económico Mundial que se celebra en enero en la ciudad suiza de Davos.
El propósito del foro es establecer un ámbito para el intercambio y el debate del movimiento mundial altermundista, que busca alternativas a la actual globalización. Este es el primer año en que el FSM aplica un enfoque "policéntrico", en tres continentes.
Más de 15.000 personas, la mayoría procedentes de zonas francófonas de África, incluyendo aldeas agrícolas, asistieron a una serie de 600 reuniones en Bamako. Y unas 100.000 participaron en el foro de Caracas.
Alrededor de 30.000 personas convergen ahora en Karachi, pues este FSM inicialmente previsto para enero, fue pospuesto por el terremoto que el 8 de octubre devastó la región de Cachemira, con un saldo de unas 80.000 personas muertas.
Para muchos activistas en la ciudad malasia de Penang, centro de operaciones de una cadena de organizaciones regionales, nacionales y locales de la sociedad civil, el foro de Karachi, centrado en Asia, está sin embargo a un mundo de distancia. Una encuesta de IPS entre cuatro importantes organizaciones no gubernamentales de esta ciudad reveló que ninguna enviaría delegados.
Algunos observadores creen que la falta de entusiasmo e incluso de conocimiento del encuentro entre activistas indica un problema mayor, que va más allá de hacer o no un foro policéntrico.
"Es una buena idea regionalizar el foro", dijo un veterano activista de Penang que siguió de cerca la evolución del FSM. Las organizaciones regionales pueden participar y beneficiarse de la discusión de temas relevantes para ellas.
Pero al mismo tiempo, hay necesidad de aprovechar la energía generada en foros previos y construir un genuino movimiento global por la justicia, dijo.
"Debemos tener cierta estructura y organización, como una secretaría permanente, con representantes electos, con más que simplemente un rol coordinador", agregó. Esta estructura podría coordinar la acción, clarificar la visión, formular pasos específicos, superar las diferencias y llegar a un programa amplio, incluso si las organizaciones no pueden ponerse de acuerdo en una ideología común.
Pero existe mucha resistencia a estructurar el FSM. "Ya se logra bastante con la libertad para hacer (una actividad propia), y esto es comprensible, dado el temor a que el foro pueda ser manipulado por ciertas organizaciones", dijo el activista, que pidió no ser identificado.
Pero la glorificación del individualismo podría debilitar al Foro Social Mundial. "¿Cuál es el valor (del foro en última instancia)? Se vuelve una red demasiado laxa, y sus acontecimientos anuales se convierten en una jarana, una celebración de la diversidad. No me parece útil" a largo plazo, señaló.
Cuando en 2001 fue inaugurado el FSM en la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre, sus actividades fueron moldeadas por el comité organizador que lo fundó, compuesto por una red de organizaciones brasileñas, y también recibió estímulos de varias entidades no gubernamentales progresistas de Europa.
Para el tercer FSM en Porto Alegre, su consejo internacional, que había crecido hasta contar con representantes de más de 100 organizaciones, planificó la mayoría de las actividades.
La edición 2004 se celebró en la occidental ciudad india de Mumbai, la quinta regresó a Porto Alegre, mientras la del próximo año tendrá lugar en Nairobi.
"Tengo ciertos recelos sobre la división (en tres instancias), pero supongo que es parte de la nueva experimentación de la democracia descentralizada y participación real que me parece atractiva del FSM", dijo a IPS por correo electrónico el politólogo británico John Hilley, que ha escrito sobre el militarismo neoliberal, el FSM y la política de Asia sudoriental.
Hilley cree que el FSM y otros movimientos altermundistas más amplios deben trabajar con alineamientos, coaliciones y estrategias múltiples "Si la estructura de poder dominante se construye alrededor de una hegemonía corporativo-político-militar que utiliza la globalización y todos sus recursos ideológicos, cualquier bloque alternativo debe pensar en un nivel similar", dijo.
Algunos alegan que el movimiento global por la justicia debería ser político y que no hay nada malo en respaldar a figuras y causas que valgan la pena.
Hilley no ve contradicciones esenciales entre los principios fundacionales del FSM y su capacidad para comprometer a intelectuales o dirigentes políticos relevantes de la izquierda.
Mientras los intelectuales son parte integral del movimiento, un alineamiento demasiado estrecho con los dirigentes políticos podría ser problemático.
"Esto no es sólo porque muchos líderes y políticos 'de izquierda' se han vendido o han sido cooptados", dijo Hilley. "Sino también por la diferencia fundamental entre los espacios burocráticos que ellos ocupan como partidos o como gobiernos y el tipo de política abierta, no jerárquica, que el FSM aparentemente intenta construir".
El enfoque policéntrico de este año también puede dar lugar a un encuentro subregional en Bangkok, posiblemente en octubre.
Para Sarojeni Rengam, directora ejecutiva de la oficina para Asia-Pacífico de la Red de Acción contra los Pesticidas, en Penang, eso plantea un problema. "Para una organización como la nuestra, que cubre toda la región Asia-Pacífico con nuestros limitados recursos, ¿en qué reunión nos centramos, en la de Karachi o en la de Bangkok?", preguntó.
En sus primeros encuentros, el FSM tuvo un impacto tremendo como desafío a la economía neoliberal. "Reunió a grupos diversos, con diferentes ideologías, y los acontecimientos tuvieron una cantidad de energía creativa", dijo a IPS. "Pero cuando uno no tiene nada que unifique a esos grupos, se vuelve difícil movilizar a la gente de modo constante y regular", dijo Rengam.
"Debería haber más debates y algún tipo de llamamientos o declaraciones que los participantes pueden firmar después de tales foros", dijo. Se necesita cierto tipo de estructura.
Rengam enfatizó que las organizaciones de la sociedad civil local que luchan por los derechos de los desplazados y desposeídos deberían estar al frente de batalla del movimiento global. "Ellos deben ser los líderes y jugar un rol destacado", aseguró.
Johan Saravanamuttu, politólogo de Penang que participó en el foro de Mumbai, no sabía de Karachi hasta que IPS lo consultó.
"La publicidad es mala. Ni siquiera capté una noticia sobre Karachi, a diferencia de la Organización Mundial de Comercio en Hong Kong", dijo, refiriéndose a la sexta conferencia ministerial de ese organismo celebrada del 13 al 18 de diciembre de 2005.
Reconociendo los beneficios de un enfoque policéntrico, advirtió que "si hay demasiadas cosas al mismo tiempo, uno pierde el foco, y la gente perderá el sentido de que el FSM es una reunión cumbre de todos los movimientos sociales del mundo".
Ese desenfoque arriesga a debilitar el concepto del movimiento de justicia global que actúa como "la otra superpotencia" intentando contrarrestar la agenda neoliberal imperialista de Estados Unidos, indicó.