DERECHOS HUMANOS: Muerta la Comisión, viva el Consejo

Sin pompa y con discreción se hará en los próximos días la despedida postrera de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que en tres meses cederá su puesto de máximo organismo especializado al flamante Consejo de Derechos Humanos creado este miércoles en Nueva York.

El Consejo fue aprobado en la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) por una mayoría de 170 votos favorables, cuatro contrarios (Estados Unidos, Israel, Islas Marshall y Palau) y tres abstenciones (Belarús, Irán y Venezuela).

La sexagenaria comisión había entrado en un cono de descrédito por su inacción de los últimos tiempos ante graves violaciones, que precipitaron su reemplazo por el Consejo, un nuevo cuerpo que pronto ha confortado a los principales actores del sistema internacional de derechos humanos.

La primera autoridad de la ONU en esa materia, la alta comisionada para los Derechos Humanos, la canadiense Louise Arbour, calificó el relevo de "trascendental" y opinó que presentaba una "oportunidad histórica de mejorar la protección y la promoción de las libertades fundamentales de todos los pueblos".

El mismo presidente del actual período de sesiones de la Comisión, el peruano Manuel Rodríguez Cuadros, comentó a IPS que la decisión adoptada por la Asamblea General "es una buena noticia en primer lugar para las víctimas de las violaciones" de los derechos humanos.
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La novedad también es favorable para la comunidad internacional de los derechos humanos, para los Estados miembros de la ONU y para el proceso de reforma de la organización, se explayó Rodríguez Cuadros.

Aunque la noticia de la desaparición de la Comisión no tomó de sorpresa a los 53 Estados que la integran, porque hace un año que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, abrió el proceso para sustituirla por el Consejo, la mesa directiva de la Comisión se apresura ahora para asegurarle un tránsito apropiado.

La Comisión debía sostener su 62 período de sesiones del 13 de marzo al 21 de abril, pero el lunes pasado se decidió suspender las deliberaciones por una semana en espera de la decisión que la ONU lucubraba en Nueva York.

Ahora, conocido el destino irreparable, la mesa directiva deberá proponer a los Estados miembros de la Comisión un programa de trabajo para las cinco semanas que restan de deliberaciones.

Por lo pronto, el organismo volverá a reunirse el lunes 20, pero es muy probable que el lapso de cinco semanas se reduzca y que las sesiones se dediquen exclusivamente a los asuntos procesales, sin debates de las cuestiones de fondo, estimó Rodríguez Cuadros.

Algunos países integrantes de la Comisión prefieren que el organismo ejerza sus funciones a plenitud hasta el 16 de junio, cuando debe entrar en actividades el Consejo de 47 Estados miembros.

"De acuerdo, no incorporemos nuevos temas a este último período, pero pasemos revista a una serie de informes que ya están listos para su discusión", observó a IPS el delegado de un país latinoamericano que prefirió mantener en reserva su nombre.

La Comisión tiene dos proyectos para su aprobación, referidos a la adopción de una convención sobre desapariciones forzadas de personas y de una declaración universal sobre los pueblos indígenas.

Pero una mayoría de países, en particular de los grupos africano y asiático, propician que la Comisión sostenga una sesión breve y concentrada en temas administrativos. Esas naciones argumentan que el Consejo absorberá todos los temas pendientes de la Comisión.

Rodríguez Cuadros confirmó que el mandato otorgado por la resolución que la Asamblea de la ONU aprobó este miércoles transfiere todas las responsabilidades de la Comisión al Consejo. Por esa razón "es probable que la Comisión tenga un formato sólo procesal e incluso más corto", insistió.

De todos modos, el diplomático aclaró que el orden del día del período de sesiones que aún resta será discutido esta semana por la mesa directiva y examinado el lunes por los 53 miembros.

De esa manera, queda abierta aún la posibilidad de la aprobación de las resoluciones sobre desapariciones forzadas y pueblos indígenas, que más tarde deberán ser ratificadas por la Asamblea General.

Rodríguez Cuadros se refirió a la creación del Consejo por mayoría. Lo ideal hubiese sido que el nacimiento del Consejo obtuviera el consenso de todos los países del mundo, dijo. Sin embargo, la misma Declaración de los Derechos Humanos fue aprobada en 1948 sólo por una mayoría. Y en esa época, la ONU tenía únicamente 48 Estados miembros, subrayó.

El diplomático estimó que el Consejo nacía con legitimidad y con instrumentos. "No es ciertamente lo ideal, pero no hay organización alguna, ni siquiera la misma ONU, que haya nacido en términos ideales. Siempre son procesos de negociación que implican concesiones de las partes", dijo.

"En síntesis, creo que el Consejo presenta tres características: legitimidad, instrumentos para ser eficaz y una herencia de la Comisión que debe impedir vacíos de protección a los derechos humanos", condensó.

Rodríguez Cuadros destacó que el Consejo, de la misma manera que la Comisión, permitirá la participación activa y dinámica de las organizaciones no gubernamentales que "son un elemento esencial de toda protección de los derechos humanos".

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