El presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Manuel Rodríguez Cuadros, descartó que la incertidumbre prevaleciente en ese cuerpo, debida a la demorada reforma del foro mundial, amenace la vigencia internacional de esas garantías.
La Comisión, que este lunes abrió su período de sesiones de 2006 y de inmediato suspendió las deliberaciones por una semana, se encuentra en un estado de indefinición porque la ONU (Organización de las Naciones Unidas) ya decidió abolirla pero no se pone de acuerdo en las características del consejo de derechos humanos, que deberá suplantarla.
"Estoy seguro de que este año se evitará dejar un vacío de protección en el sistema de los derechos humanos", dijo Rodríguez Cuadros al explicar las razones del aplazamiento de la que debería ser la última sesión del organismo creado en 1946.
El diplomático peruano insistió en que el propósito de la mesa directiva de la Comisión es "cumplir todas las obligaciones del cuerpo en el proceso de transición hacia el consejo".
Por ese motivo, el proyecto de creación del consejo de derechos humanos, elaborado por el presidente de la Asamblea General de la ONU, Jan Eliasson, prevé la instalación del nuevo organismo a los 30 días de finalizado el período de sesiones de la Comisión "para impedir el vacío de protección", apuntó Rodríguez Cuadros.
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La iniciativa de Eliasson, que se discutirá probablemente este miércoles en la sede de la ONU en Nueva York, afronta la oposición del gobierno de Estados Unidos, que reclama modificaciones para evitar una votación que debilitaría al nuevo organismo.
El compás de espera establecido por la Comisión se relaciona con los acontecimientos de Nueva York, pues el programa de trabajo dependerá de la aprobación o el rechazo del proyecto sobre el consejo.
En cualquiera de las alternativas, la Comisión reanudará sus sesiones el lunes 20, en el ejercicio de sus facultades y competencias para las actividades de promoción y protección de los derechos humanos, advirtió Rodríguez Cuadros.
El temor al vacío fue uno de los argumentos esgrimidos la semana pasada por los críticos de la idea de suspender por una semana los trabajos del organismo. A último momento, Rodríguez Cuadros y otros diplomáticos latinoamericanos y caribeños consiguieron que la delegación de Cuba desistiera de sus objeciones.
El representante de Cuba, Juan Antonio Fernández, dijo a IPS que su país cuestionaba "toda la marcha del proceso" de transferencia de la Comisión al consejo de derechos humanos. "Nos ha parecido que se puede crear un vacío de protección y que la Comisión tiene que funcionar", explicó.
"Se ha hecho una conexión indebida porque en ninguna parte está legislado que el actual período de sesiones de la Comisión dependa de un buen resultado en las negociaciones de Nueva York", insistió.
Rodríguez Cuadros negó que el sistema internacional de derechos humanos se debilite por una sucesión de marchas y contramarchas en el establecimiento del consejo y la consiguiente eliminación de la Comisión..
"Lo que hay es un proceso de creación del consejo que resulta complejo y difícil por la sensibilidad y la trascendencia del tema", comentó el diplomático a IPS. "Pero la Comisión tiene sus mandatos y su responsabilidad a partir de la semana próxima es llevar adelante el período de sesiones", insistió.
Sin embargo, Rodríguez Cuadros admitió que entre los 53 estados miembros de la Comisión existen posiciones diferentes respecto del orden del día de la sesión y de las modalidades que orientarán las deliberaciones en caso de que no se apruebe la creación del consejo.
Una fuente allegada a la mesa directiva de la Comisión confió a IPS que existe confusión acerca del desarrollo de las discusiones. Un grupo de países miembros propicia que la Comisión desenvuelva una sesión normal, con debates de cuestiones sustantivas, mientras que otras delegaciones prefieren que sólo se concentre en cuestiones de procedimientos.
Por ejemplo, el grupo de países africanos favorece que el período de sesiones sea breve. Una posición bastante parecida sostienen las naciones que pertenecen a la comunidad islámica. De todos modos, los puntos de vista evolucionan cotidianamente, dijo la fuente.
Rodríguez Cuadros informó que los Estados partes deberán decidir si el organismo examina los informes de los relatores especiales, expertos y grupos de trabajo que integran los mecanismos especiales de la Comisión.
"Mi punto de vista es que en cualquier escenario, con la creación del consejo o sin ella, la Comisión debe escuchar a los relatores y todos los informes de los procedimientos especiales", dijo.
Uno de los informes que esperan a la Comisión es el elaborado por cinco expertos de la ONU acerca de la situación de los detenidos en la base naval estadounidense de la bahía de Guantánamo, en Cuba. El documento menciona abusos graves y reclama el cierre de ese centro que encarcela a unas 500 personas sospechosas de terrorismo, pero sin juicio ni defensa legales.
Tres organizaciones no gubernamentales afirmaron que el gobierno de Estados Unidos se opone a la reunión de la Comisión de la ONU para evitar que "se traten algunas de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por dicho gobierno", como el caso de Guantánamo.
La declaración, firmada por la Asociación Americana de Juristas, el Centro Europa-Tercer Mundo y la Liga Internacional por los Derechos y la Liberación de los Pueblos, aseguró que Estados Unidos ejerce "presión y chantaje" contra la Comisión.
Sin embargo, un diplomático latinoamericano, que no quiso dar su nombre, dijo que la delegación estadounidense ante la Comisión de Derechos Humanos había comentado que no le molestaría el debate de la cuestión de Guantánamo en este último período.
"Nada cambia si presentan el tema de Guantánamo. Total, vamos a poner una pasante en el asiento de nuestra delegación y no vamos a participar del debate", confió el representante estadounidense.