Cumplir la meta de frenar la pérdida de diversidad biológica antes de 2010 es un desafio formidable, pero no imposible, según la segunda edición del Panorama de la Biodiversidad Global 2 (GBO2, según sus siglas en inglés), divulgado este lunes en Curitiba, Brasil.
Seis millones de hectáreas deforestadas anualmente, 35 por ciento de manglares perdidos en dos décadas y una reducción de 40 por ciento en la abundancia de especies vegetales y animales en 3.000 áreas silvestres revisadas entre 1970 y 2000 son algunos datos que configuran las amenazas, afirma el informe presentado en la inauguración de la octava Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP-8).
Los factores de deterioro de ecosistemas y de recursos biológicos parecen infinitos. Cada día hay más especies en riesgo de extinción. De 292 cuencas fluviales evaluadas, sólo 12 por ciento de sus territorios quedó libre de los efectos de represas. Ello contribuyó a que las especies acuáticas continentales se redujeran a la mitad.
En los océanos, la sobreexplotación pesquera hizo que la cantidad de peces grandes disminuyera en dos tercios en las últimas cinco décadas.
Es un proceso de pérdida persistente que al parecer tiende a agravarse, ya que la demanda global de recursos naturales sobrepasa en 20 por ciento la capacidad planetaria de recomponerlos, comprobando que el consumo actual de la humanidad no es sustentable. Además, se suman la creciente contaminación, los cambios climáticos, la desertificación y otros procesos provocados por la acción humana.
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La biodiversidad del mundo soporta "graves amenazas y la declinación", resumió el secretario ejecutivo de del Convenio sobre laDiversidad Biológica, Ahmed Djoghlaf, al presentar el informe de 81 páginas.
A ese cuadro atemorizador se contrapone el Plan Estratégico aprobado hace cuatro años, en la COP-6 que tuvo lugar en La Haya, Holanda, y confirmado en varias cumbres mundiales promovidas por la Organización de las Naciones Unidas. Allí se fijaron 11 objetivos y 21 metas, cuyo cumplimiento se evalúa en el GBO2.
La meta central, que engloba a las demás, se propone reducir significativamente la pérdidad de biodiversidad antes de 2010.
Difícil pero "alcanzable" o "posible" son las evaluaciones de muchas metas, como la de poner en efectiva conservación al menos a 10 por ciento de los ecosistemas y biomas mundiales. La situación es desigual, mientras ya se protege 12 por ciento de las áreas terrestres, en las marinas la protección llega a 0,6 por ciento.
Mantener o recuperar las poblaciones de especies elegidas es posible, aunque se observa una declinación persistente de la abundancia y distribución de muchas de ellas.
El aumento de las especies invasoras que ponen en riesgo la biodiversidad de ciertos biomas (ecosistemas de grandes extensiones) es una tendencia agravada por la ampliación del comercio, el turismo y otros movimientos de bienes y personas, pero se pueden fortalecer medidas de control, según el informe.
Crear conciencia en los planos mundial, nacional y local sobre los riesgos es una tarea urgente. "Está claro que la biodiversidad está en el centro de la lucha por el desarrollo sustentable", pues los bienes y servicios prestados por la naturaleza tienen valor incalculable y constituyen "la base de la susistencia en todas partes", señaló Djoghlaf.
La necesidad que tiene la humanidad de ecosistemas sanos y biodiversos constituye parte del informe, aprovechando datos de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, elaborada por 1.300 cientificos de 95 países y divulgada el año pasado.
La Evaluación identifica 24 servicios ambientales dependientes de los recursos naturales, de los cuales 15 están en declinación, como la provisión de agua dulce, la pesca marina, la autolimpieza de la atmosfera ante la contaminación y la capacidad de los ecosistemas agrícolas de controlar plagas.
Contener la tasa de pérdida de la biodiversidad en los próximos cuatro años y en los ámbitos global, regional y nacional, exige "esfuerzos adicionales sin precedentes" concluye el informe GBO2, producido por la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, con la colaboración de numerosas agencias de Naciones Unidas, gobiernos y organizaciones ambientales, científicas y universitarias.
Se necesitará poner en marcha los programas de acción ya definidos y adoptar orientaciones ya conocidas, como mejorar la eficiencia agrícola, proteger áreas de gran biodiversidad, aprovechar tierras ya degradadas para la expansión agrícola y reducir los desperdicios de recursos naturales, además de aumentar las inversiones en recuperación de ecosistemas.
Esta COP-8, que sesionará hasta el 31 de este mes, será una oportunidad para que los gobiernos asuman los desafíos necesarios y lleguen a 2010 celebrando el cumplimiento de las metas y la reversión de la crisis, y no "un funeral", afirmó el secretario ejecutivo del Convenio.
