SALUD-ASIA: Un mortal estilo de vida

Los gobiernos de Asia-Pacífico tendrán que delinear sus presupuestos de salud ante la creciente evidencia de que para 2015 serán más las personas de esa cuenca que morirán de enfermedades crónicas que de infecciosas, según expertos de la ONU.

Los gastos de salud pública todavía ponen más énfasis en la cura que en la prevención, dijeron miembros de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (Cespap), una agencia regional de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) con sede en Bangkok.

Eso es porque el enfoque ha sido más clínico que de salud pública, agregó un funcionario del sector salud y desarrollo de la Cespap. E, incluso aquí, cuando se compara el gasto gubernamental en materia de salud con el producto interno bruto (PIB), se ve que es bajo en la mayoría de los países en desarrollo.

China sólo asignó 2,2 por ciento de su PIB en 2002 a la salud pública, mientras que India había destinado 1,3 por ciento en el mismo año, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En otros países de la cuenca Asia-Pacífico, el gasto en salud varió de 0,8 por ciento del PIB, en Bangladesh, a 1,5 por ciento en Laos, 1,1 por ciento en Filipinas, 4,6 por ciento en Mongolia y 3,1 por ciento en Tailandia.

Por contraste, dos de las naciones más desarrolladas de la región, Japón y Australia, destinan 6,5 por ciento del PIB a los gastos del área de la salud.

Funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijeron que se necesita más inversión para apoyar una agenda más amplia de prevención sanitaria, para salvar a millones de personas de sucumbir a muertes prematuras de enfermedades crónicas prevenibles, como el cáncer, males cardíacas y apoplejías, diabetes, asma y enfermedades respiratorias.

Lo que se requiere es cambiar el estilo de vida que alimenta estas enfermedades, dijo la agencia sanitaria con sede en Ginebra. Las principales causas de las enfermedades crónicas son la inactividad física, el consumo de tabaco y las dietas insanas. Todos estos factores resultan en obesidad y sobrepeso, aumento del colesterol y de la presión sanguínea.

"No hay un solo país ni comunidad que no haya sido afectada por el cáncer, la apoplejía, las enfermedades cardíacas o respiratorias", dijo el 14 de este mes en Bangkok Catherine Le Gales-Camus, subdirectora general de la OMS para Enfermedades No Transmisibles, durante la presentación regional del informe "Prevenir enfermedades crónicas, una inversión vital".

Para la región Asia-Pacífico, hay más razón para preocuparse por las muertes vinculadas a las enfermedades crónicas, advirtió, dado que 70 por ciento de las personas que morirán en los próximos 10 años por esta causa serán de esta cuenca.

Eso equivale a 270 millones de muertes de 53 países en la región, entre los estimados 388 millones de muertes globales estimadas para 2015.

La cantidad global estimada de víctimas a causa de muertes relacionadas con problemas de salud en 2005 ofrece una razón suficiente para que la comunidad de la salud pública plantee la alarma.

De los casi 58 millones de muertes causadas por distintos motivos el año pasado en el mundo, se estableció que las enfermedades crónicas fueron responsables de 35 millones de ellas.

Así, las enfermedades que causaron más muertes en 2005 fueron las deficiencias cardiovasculares, con 17,5 millones de casos, el cáncer con 7,5 millones y las respiratorias crónicas con 4,05 millones.

Las muertes por enfermedades infecciosas se dividen en 2,8 millones a causa del virus de inmunodeficiencia humana que causa el sida, 1,6 millones por tuberculosis y 883.000 por malaria.

En algunos países asiáticos, según la OMS, las víctimas mortales de las enfermedades crónicas representan casi 50 por ciento de los casos anuales, tales como en Bután, Bangladesh, Pakistán e India.

Mientras, en otros países la cantidad de víctimas es mayor, como en Indonesia, donde más de 60 por ciento de sus ciudadanos fallecen de enfermedades crónicas, y en China, Irán, Fiji y Brunei, donde las cifras anuales representan 70 por ciento de las muertes.

"Esta creciente epidemia tiene un impacto macroeconómico sustancial en las economías de la región", dijo Kim Hak-Su, secretario ejecutivo de la Cespap.

"Los países de la región, como China, India y Rusia, podrían quedarse sin miles de millones de dólares en ingresos nacionales en los próximos 10 años como resultado de enfermedades crónicas", detalló.

Los más afectados serán los pobres de la región, dado que casi 80 por ciento de las muertes se verifican en este sector social, según el informe de la OMS.

Actualmente, cerca de 621 millones de personas de las casi 1.200 millones que viven en la extrema pobreza en el mundo (sobreviviendo con menos de un dólar por día) se encuentran en la región Asia-Pacífico. Esa cantidad representa casi 20 por ciento de la población de la cuenca.

Al mismo tiempo, los países de Asia-Pacífico han llevado la delantera en el mundo en desarrollo —aunque de modo incremental— para contrarrestar este problema, como se reflejó en lo que la OMS describe como el enfoque de "marco de trabajo gradual". India, Indonesia, Filipinas, Vietnam, China y Tonga están entre ellos.

Este enfoque despegó en esta región en 2000. Tonga estuvo entre los pioneros, dijo a IPS Robert Beaglehole, director del Departamento de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de la OMS.

"Se originó en el problema de obesidad que había en Tonga, donde 90 por ciento de los hombres y mujeres de mediana edad eran obesos", explicó.

Esta iniciativa requiere encuestas para evaluar la calidad de las dietas de las personas, el nivel de consumo de alcohol, el uso de tabaco y el tiempo dedicado a actividades físicas. Es seguida por programas del sector público para cambiar estilos de vida dañinos tras considerar las condiciones locales y las "potenciales restricciones y barreras a la acción".

Apuntar a las empresas multinacionales de la industria de los alimentos y las bebidas también debería ser parte de la ecuación, dijo Le Gales-Camus, dado que "las personas están comiendo cada vez más alimentos procesados que contienen altas cantidades de azúcar y sal".

"Las empresas privadas pueden no tener a la salud como parte de su objetivo, pero tienen un rol que jugar en asegurar que sus consumidores sean sanos", dijo. "Muchos países están preocupados por la agresiva mercadotecnia de los alimentos para niños".

Tailandia está demostrando que el público es cada vez más receptivo a esas nuevas preocupaciones sanitarias, debido a los éxitos tempranos obtenidos en la drástica reducción de la cantidad de personas que fuman y beben alcohol.

"Nos hemos arreglado para que tres millones de personas dejaran de beber durante el anual periodo budista de Cuaresma", dijo Supakorn Buasai, director de la Fundación para la Promoción de la Salud de Tailandia.

"El mercado de tabaco se redujo 20 por ciento desde que comenzamos la campaña antitabaquismo", afirmó.

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