RELIGIÓN: Furia islámica es contra la «guerra al terrorismo»

La furia desatada en los países musulmanes tras la publicación de una serie de caricaturas sobre el profeta Mahoma es en realidad consecuencia de la creciente indignación por la «guerra contra el terrorismo» lanzada por Estados Unidos, coincidieron líderes islámicos.

Los dibujos publicados originalmente por un periódico danés, que presentaban a Mahoma como un terrorista, fueron el tema central de la conferencia internacional "¿Quién habla por el Islam? ¿Quién habla por Occidente", celebrada el fin de semana en Kuala Lumpur.

El primer ministro malasio Abdulá Badawi, presidente de turno de la Organización de la Conferencia Islámica, instó a los musulmanes y al mundo occidental a unirse contra los elementos extremistas en ambas sociedades, quienes, subrayó, "están empeñados en dividirnos".

Pero Badawi también culpó a la "hegemonía de los centros de poder en Occidente" por la creciente brecha entre ambas culturas.

Los musulmanes "ven a la subyugación de Palestina como una concreción de esa hegemonía. Ven la hegemonía manifestada directamente en la invasión a Afganistán y en la ocupación de Iraq".
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El primer ministro también fustigó la actitud de muchos occidentales que vinculan directamente al Islam con la violencia.

"Piensan que (el líder terrorista saudita) Osama bin Laden habla en nombre de la religión y de los fieles. El Islam y los musulmanes no están vinculados a todo eso tan negativo y retrógrado", subrayó, y responsabilizó a la "guerra al terrorismo", lanzada por Estados Unidos, de ampliar la brecha entre Oriente y Occidente.

Badawi sostuvo ante los delegados de los cerca de 100 países participantes en la conferencia en Kuala Lumpur que "aquellos que deliberadamente matan a personas no combatientes e inocentes, aquellos que oprimen a otros, aquellos que son corruptos y codiciosos, aquellos que son chovinistas no pueden hablar en nombre del Islam".

"Debemos reconocer que en Occidente, principios tales como libertad e igualdad han hallado expresiones concretas en el imperio de la ley, en la responsabilidad de las autoridades públicas, en la aceptación de la discrepancia política y en el respeto a la participación popular", afirmó.

"Sin embargo, ésta no es la cara de Occidente que ven hoy muchos musulmanes", añadió.

La reacción contra las ilustraciones de Mahoma fue más medida en Malasia, un país multiétnico que oficialmente practica el "hadhari", una rama moderada del Islam. Badawi goza de gran popularidad entre los musulmanes, y gracias a ello controla 90 por ciento de los 217 asientos del parlamento.

Mientras los periódicos malasios informaban ampliamente sobre los disturbios en varios países durante protestas contra las caricaturas, las mezquitas de este país permanecían en calma.

Cincuenta y tres por ciento de los 23 millones de malasios profesan la fe islámica, 17 por ciento son budistas, 11 por ciento taoístas, siete por ciento hindúes, otro siete por ciento cristianos y el resto sijs.

Entre los delegados en la conferencia internacional se destacaba el ex presidente iraní Mohammad Jatami (1997-2005), quien dijo esperar que el mundo aprenda la lección dada por la controversia causada por las caricaturas.

"El mundo musulmán reaccionó a este asunto, y si esta política internacional continúa, nos enfrascaremos en una continua violencia", alertó.

Badawi expresó tristeza por la malicia de las caricaturas, aunque aseguró que en Malasia no se boicotearán productos daneses en represalia, como sí ocurrió en varios países de Medio Oriente.

El primer ministro aprovechó la oportunidad para expresarle al embajador danés en Malasia, Borge Petersen, que Kuala Lumpur deploraba la publicación de los dibujos.

Dinamarca había pedido la colaboración de Malasia para intentar calmar la ira de los musulmanes.

Las ilustraciones fueron primero publicadas en un diario danés, aunque luego reproducidas por otros medios europeos. Copenhague no condenó los dibujos, arguyendo que respetaba la libertad de expresión.

El canciller malasio Datuk Seri Syed Hamid Albar dijo al margen de la conferencia que había recibido una llamada telefónica de su par de Dinamarca, Per Stig Moller, pidiéndole apoyo.

Albar le prometió que la furia desatada en todo el mundo por las caricaturas "no se extendería a Malasia".

Por su parte, el pensador islámico malasio Chandra Muzaffar señaló que la tranquilidad que reina en Malasia se debe a que los musulmanes de este país carecen de miedos y de sentimientos de inseguridad.

"A diferencia de otros países musulmanes en el ojo de la tormenta, Malasia es libre de las consecuencias de la hegemonía de las grandes potencias, como las experimentan Afganistán e Iraq, por ejemplo", señaló Muzaffar, presidente del Movimiento Internacional por un Mundo Justo, organización que promueve las relaciones entre diferentes culturas.

"Malasia está relativamente libre de las consecuencias negativas de estas tendencias hegemónicas", dijo a IPS.

"Los musulmanes aquí no se sienten desilusionados ni tienen temor de que el Islam esté amenazado, como les pasa los de otros países como Palestina, Afganistán o Iraq", añadió.

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