CORRUPCIÓN-SALUD: Cóctel asesino

La corrupción en el sector de la salud mata, pues en todo el mundo millones de enfermos quedan sin tratamiento por esa causa, advirtió la organización Transparencia Internacional.

"La corrupción en la atención a la salud lleva a la muerte por falta de acceso al cuidado y porque alienta el consumo de medicamentos de mala calidad", dijo a IPS David Nussbaum, presidente de Transparencia Internacional, tras presentar este lunes del Informe Global de la Corrupción 2006.

Y esto ocurre tanto en el Norte industrial como en el Sur en desarrollo, apuntó.

"Nuestro informe menciona un caso en Italia: 19 pacientes fallecieron debido a válvulas cardíacas defectuosas. Los dos médicos involucrados estaban recibiendo pagos de compañías que fabrican y suministran ese equipamiento", indicó.

El informe de este año, dedicado especialmente a la corrupción en el sector de la salud en todo el mundo, señala también a un médico que recibió en Estados Unidos un pago de 400.000 dólares por consultas durante ocho días de trabajo.

Inevitablemente, el riesgo de muerte como consecuencia de la corrupción es mayor en los países pobres, según el Informe Global de Corrupción 2006.

"La corrupción en la salud afecta más a los pobres, porque son los que tienen menos capacidad para pagar sobornos", dijo Nussbaum. "Tienen que pagar su tratamiento con dinero que necesitan para otras cosas."

La corrupción también propaga enfermedades, agregó. "Si las personas mueren de malaria o de gripe del pollo porque se les dio medicamentos falsos, la infección se puede propagar por todo el mundo", afirmó.

El informe expone la corrupción de muchas clases dentro del sector de la salud, valuado en tres billones de dólares al año.

"La mayoría de los empleados del sector desempeñan sus funciones con diligencia e integridad. Hay evidencia de sobornos y fraudes a lo ancho de los servicios de salud, desde pequeños robos y extorsiones a distorsiones masivas de la política y el financiamiento alimentado por comisiones ilegales a funcionarios", según el informe.

El estudio de Transparencia menciona varias modalidades de corrupción en el área de la salud, como la explotación privada de recursos públicos.

También advirtieron que existen hospitales que funcionan como "almacenes de autoservicio", con sistemas de compra de equipos y suministros poco claros y empleados fantasma, lo que permite a los funcionarios enriquecerse ilícitamente.

Por otra parte, funcionarios de la salud reclaman aranceles por servicios que, según las normas, deben ser gratuitos, y, además, se malversan fondos públicos, en particular procedentes de asistencia externa.

El informe menciona el ejemplo de Costa Rica, donde casi 20 por ciento de un préstamo por 40 millones de dólares para equipos de salud terminaron en "bolsillos privados".

Al mismo tiempo, los laboratorios farmacéuticos apelan a técnicas de mercadotecnia agresivas para "comprar" el apoyo de médicos a medicamentos específicos, por lo que llenan gran cantidad de prescripciones que no siempre son necesarios para curar a un paciente.

"La corrupción permite un lucrativo tráfico de medicinas falsificadas. Los sobornos en cada eslabón de la cadena aceitan el flujo de esas sustancias desde su fuente hasta el consumidor incauto", según el informe.

"La corrupción en la industria farmacéutica tiene un doloroso impacto directo en los pacientes con luchan por sobrevivir. Entre 50 y 90 por ciento de los gastos individuales totales en salud personales se refieren a medicamentos", explica el estudio de Transparencia.

Tanto el gobierno como el sector privado deben atacar la falsificación de medicamentos, sostuvo Nussbaum. "Los gobiernos deben imponer mejores regulaciones y el sector privado necesita políticas claras sobre medicinas. Los cuerpos profesionales necesitan mejores principios, e imponerlos", afirmó.

Transparencia advirtió que la cura de la corrupción en el sector de la salud es, precisamente, la transparencia. Los donantes y gobiernos beneficiarios de asistencia, por ejemplo, deberían garantizar un fácil acceso a la información sobre proyectos, presupuestos y políticas de salud.

Los presupuestos deberían estar disponibles para todo el público a través de Internet y sometidos a auditorías independientes. Los trabajadores de la salud y las compañías proveedoras también deberían aplicar códigos de conducta y someterse a entrenamiento contra la corrupción, según Transparencia.

Entre las normas a establecer y aplicar deben enfatizarse las referidas a conflictos de intereses en materia de medicamentos y en la habilitación de licencias para ejercer las profesiones médicas, agrega la organización.

A su vez, los procedimientos de compra de suministros deben ser competitivos, abiertos y transparentes.

Una aplicación rigurosa de las leyes dará a los corruptos la señal clara de que sus prácticas no serán tolerada, lo que se vería facilitado, según Transparencia, con normas de protección a los denunciantes de irregularidades.

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