Los escándalos de corrupción que acosan a Kenia tuvieron esta semana un nuevo capítulo, con la renuncia de los ministros Kiraitu Murungi, de Energía, y George Saitoti, de Educación. Una marcha civil por transparencia se prepara para este viernes.
Organizaciones de la sociedad civil afirman que otros funcionarios de alto rango implicados en acciones venales también deben renunciar o ser destituidos por el presidente Mwai Kibaki, y con ese fin planifican la manifestación en Nairobi.
La marcha es convocada por 76 organizaciones reunidas bajo el paraguas de Name and Shame Corruption Network (Nascon, Red Nombremos y Avergoncemos a la Corrupción).
Una protesta similar fue disuelta la semana pasada cuando la policía dispersó a cientos de participantes que se habían reunido en el centro de la capital, con el argumento de que su permanencia en esa zona era ilegal..
Está claro que los representantes de Nascon no van a arriesgarse a reiterar los acontecimientos de la semana pasada. El martes, más de 60 delegados notificaron a las autoridades de la marcha planeada, que fue aprobada por el gobierno.
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Los activistas intentan entregar a Kibaki una petición de juicio inmediato contra los involucrados en casos de corrupción.
Entre los principales miembros del gobierno a los que Nascon tiene en la mira se encuentran el vicepresidente Moody Awori, vinculado al caso de la Anglo Leasing and Finance Limited.
A esa compañía ficticia se le habían concedido contratos para suministrar al país un sistema para producir pasaportes a prueba de falsificaciones y para construir laboratorios policiales forenses. Cuestionado sobre el acuerdo de los pasaportes que comenzó a plantearse en 2004, Awori dijo al parlamento que no había nada irregular.
A Anglo Leasing se le pagaron unos 100 millones de dólares por todos los contratos, aunque el dinero fue devuelto luego que la estafa salió a la luz. El entonces ministro de Justicia, Kiraitu Murungi, calificó el asunto como "el escándalo que nunca fue".
Francis Muthaura, presidente del Servicio Civil de Kenia y secretario del gabinete, y el fiscal general Amos Wako, también están en la mira de las denuncias. Muthaura es acusado de intentar engañar a los donantes en torno al caso de Anglo Leasing.
Sobre Wako recayeron sospechas por no ejercer mayor vigilancia de los acuerdos de Anglo Leasing, y por no haber logrado ninguna condena de los implicados en otro escándalo que involucró a la empresa Goldenberg International.
"Queremos que los tres renuncien. Si no, el presidente debería destituirlos por estafar a sabiendas a los keniatas mientras estaban bajo juramento", dijo a IPS Kepta Ombati, integrante del comité coordinador de Nascon.
"Si el presidente no los destituye, entonces deberemos poner en duda su limpieza y su determinación de combatir la corrupción", señaló.
"Queremos que sean minuciosamente investigados y enjuiciados. El dinero de los contribuyentes que saquearon debe ser devuelto también", expresó.
Kibaki llegó al poder a fines de 2002, comprometiéndose a poner fin a la corrupción que había florecido bajo el mandato de su predecesor, Daniel arap Moi (1978-2002).
El presidente inició su periodo instituyendo una comisión investigadora sobre Goldenberg International, firma involucrada en la manipulación de un esquema de compensación de exportaciones establecido para que Kenia ganara divisas.
Se dice que el gobierno perdió más de 600 millones de dólares en esa estafa perpetrada a comienzos de los años 90 y que contribuyó a la decisión del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional de suspender en 1997 varios millones de dólares de asistencia a Kenia.
La renuncia de Saitoti obedece a su conexión con el asunto Goldenberg. La comisión recomendó que el ahora ex ministro de Educación —que era vicepresidente y ministro de Finanzas cuando Goldenberg International actuaba— fuera llevado a juicio. El y otros 19 implicados no pueden salir del país mientras continúen las investigaciones.
Murungi estuvo vinculado a la saga de Anglo Leasing, junto con David Mwiraria, quien renunció como ministro de Finanzas un par de semanas atrás.
El ex ministro de Energía fue acusado de obstaculizar una investigación sobre las actividades de Anglo Leasing por el ex secretario permanente para la Ética y la Gobernanza, John Githongo, cuyos hallazgos fueron filtrados a la prensa el mes pasado, desatando la ola de renuncias en el gabinete.
Una cinta grabada por Githongo en la que se oye a Murungi pidiendo al ex secretario permanente que demorara sus investigaciones sobre Anglo Leasing fue emitida por la radio y televisora británica British Broadcasting Corporation (BBC).
Ahora Githongo trabaja en la británica Universidad de Oxford, desde donde renunció a su puesto el año pasado, aparentemente por amenazas de muerte destinadas a frenar sus labores contra la corrupción en Kenia.
Githongo sostiene que Kibaki sabía desde tiempo atrás que altos funcionarios de su gobierno estaban implicados en el escándalo de Anglo Leasing.
Miembros del Comité de Cuentas Públicas de Kenia —una organización de vigilancia parlamentaria— viajaron a Londres la semana pasada para mantener conversaciones con Githongo a propósito de su informe sobre Anglo Leasing.
Tanto Saitoti como Murungi alegan completa inocencia en los casos Anglo Leasing y Goldenberg.
"Quiero dejar algo muy claro: no he estado involucrado en corrupción. Se dijeron muchas cosas sobre mí, pero dentro mío sé con certeza que no jugué ningún rol en el acuerdo de Anglo Leasing", dijo Murungi en conferencia de prensa el martes.