CAMBIO CLIMÁTICO: Hay vida después de Kyoto

Una red de organizaciones no gubernamentales, multilaterales y periodísticas convocaron a un diálogo entre parlamentarios, empresarios y activistas para alcanzar un acuerdo sobre cambio climático que entre en vigor en 2012, cuando expire el Protocolo de Kyoto.

No parece muy temprano para iniciar tal deliberación. El Protocolo origina grandes dudas aun tres años antes de que comience su primer periodo de implementación, entre 2008 y 2012.

El tratado firmado en Kyoto en diciembre de 1997 obliga a los países industrializados a reducir sus emisiones de gases invernadero 5,2 por ciento respecto de 1990 en esos cinco años. La mayoría de los científicos atribuyen el acelerado recalentamiento del planeta a esos gases.

Pero el país que libera la mayor parte del gas invernadero del planeta —la cuarta parte del total—, Estados Unidos, retiró en 2001 su firma del Protocolo, el cual, por otra parte, no obliga a ninguna reducción de emisiones a países en fase de industrialización como China, India, Brasil y México.

En la reunión del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo en julio pasado, el anfitrión y primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, dijo que el acuerdo de Kyoto tienen escasa significación si los países exceptuados no se comprometen a recortar sus emisiones.
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El diálogo anunciado este viernes en Londres tiene el propósito de reducir, con miras a 2012, las diferencias que afloraron entre los siete países del G-8 firmantes del Protocolo y las naciones en desarrollo a raíz de las declaraciones de Blair.

La ronda de diálogo de tres años fue lanzada por COM+, como es conocida la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible, red de medios comprometidos con la información sobre los Objetivos de las Naciones Unidas para el Desarrollo del Milenio, y la Organización Mundial de Legisladores para un Ambiente Equilibrado (Globe), red de parlamentarios de todo el mundo.

Entre los miembros de COM+ figuran el Trust del Servicio Mundial de la BBC, el Banco Mundial, la Fundación Reuters, la Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN) e Inter Press Service (IPS).

El diálogo reunirá a legisladores de los países del G-8 y de India, China, Brasil, México, Sudáfrica, España y Australia, así como a empresarios y dirigentes de la sociedad civil "para generar un entendimiento de los escenarios más allá de Kyoto y para discutir un acuerdo sobre cambio climático rumbo hacia 2012".

Varios legisladores estadounidenses se han mostrado dispuestos a unirse al proceso. "Hubo un considerable interés allí, y varios legisladores se unirán a nosotros en una reunión en Washington", dijo la parlamentaria británica Joan Ruddock este viernes.

La mayoría de científicos coinciden en que el recalentamiento del planeta obedece a actividades humanas, sobre todo a gases como el dióxido de carbono y el metano, liberados por la combustión de petróleo, gas y carbón en procesos industriales, de transporte y calefacción.

El Protocolo de Kyoto entiende que los países industrializados, al emitir la mayor parte de esos gases, tienen la principal responsabilidad para revertir el problema.

La iniciativa de diálogo incluye a Estados Unidos, nación a la que intentará incluir, junto con los países en rápida industrialización, en el futuro acuerdo.

Los recortes de emisiones de los países industriales servirán de poco si las naciones en desarrollo no hacen lo propio, dijo la secretaria de Estado de Gran Bretaña para Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, Margaret Beckett, en un mensaje grabado en vídeo.

El Norte industrializado reconoce las necesidades de los países en desarrollo también el principio común de responsabilidades diferenciadas, contemplado en el Protocolo de Kyoto, pero debe encontrarse un modo de "minimizar el impacto de su crecimiento en el cambio climático", sostuvo Becket.

"En los próximos 20 a 30 años las emisiones de los países en desarrollo excederan las del mundo desarrollado", dijo el vicepresidente del Banco Mundial, Ian Johnson, al fundamentar la necesidad de un nuevo diálogo.

Algunas de las opciones que se consideran son la transferencia de tecnología y el desarrollo de una nueva generación de ingenios para la producción de energía, sostuvo Johnson. El Banco Mundial ya financia el uso de fuentes renovables, pero el desafío es cada vez mayor, agregó.

Blair, a quien ambientalistas acusaron de alinearse con el presidente estadounidense George W. Bush con su discurso de julio, aplaudió la nueva iniciativa.

El gobernante británico ha mantenido a su país entre los signatarios del Protocolo de Kyoto, pero anunció que no aceptará una solución similar más allá de 2012.

"Los legisladores tienen un papel clave en la toma de conciencia, en el aliento del debate y, por supuesto, en el llamado a la responsabilidad de sus gobernantes", sostuvo Blair en un mensaje enviado al lanzamiento de la iniciativa.

De todos modos, agregó, los países del G-8 deben mantener un papel de liderazgo en materia de cambio climático.

"Nuestras economías y sociedades son aún las mayores responsables por el aumento de los gases invernadero. Debemos tomar acciones urgentes para reducir el daño que estamos haciendo. También tenemos el poder económico y la capacidad de investigación necesaria para alcanzar las soluciones tecnológicas necesarias", agregó.

El temor es que el costo de esas tecnologías eleve el precio de los productos industriales en el mundo en desarrollo, y que el G-8 no suministre el financiamiento necesario para equilibrar el campo de juego.

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