El aborto selectivo tras el diagnóstico prenatal del sexo del feto impidió en India el nacimiento de 10 millones de niñas en las dos décadas pasadas, según evidencias publicadas por el periódico médico británico The Lancet.
El informe de The Lancet llevó a autoridades sanitarias y activistas a analizar nuevas medidas contra el aborto selectivo en el país asiático, donde la detección prenatal del sexo del feto está prohibida por ley desde 1994 aunque la interrupción del embarazo es una práctica permitida.
El día 12, altos funcionarios del Departamento de Salud del estado de la centrooccidental provincia de Maharashtra celebraron una reunión para considerar la investigación de la publicación británica.
Algunas de las medidas propuestas en esa ocasión fueron la realización de operaciones señuelo en centros médicos, el control de los registros y las labores en todas las clínicas que realicen esos diagnósticos y el rastreo de abortos practicados en el segundo y el tercer mes de gestación.
A pesar de la prohibición, la detección prenatal del sexo —mediante tecnologías tan comunes como la amniocentesis y la ecografía— continúa rampante. El censo nacional de 2001 confirmó por primera vez un sesgo en detrimento de las niñas en la proporción de sexos entre menores de seis años.
"Luego de toda la concientización que generamos, ¿qué causa el cambio en el modo de pensar?", dijo, en referencia a la campaña por la aprobación de la ley de 1994, la dirigente del Foro contra la Opresión de las Mujeres con sede en Mumbai (ex Bombay), Chayanika.
Pero la propia Chayanika consideró que, de no estar vigente la norma, "quién sabe cuánto peor sería hoy la situación".
El estudio publicado por The Lancet el día 7, dirigido por los médicos Prabhat Jha, de la canadiense Universidad de Toronto, y Rajesh Kumar, del Instituto de Post Grado de Educación e Investigación Médica de Chandigarh, India, estableció firmemente el vínculo entre la caída del nacimiento de niñas y el aborto selectivo.
Los autores examinaron datos de la Encuesta Especial de Fertilidad y Mortalidad, sondeo oficial de 1,1 millones de hogares de toda India realizado en 1998.
Los encuestadores entrevistaron en detalle a mujeres que alguna vez estuvieron casadas. Las preguntas incluían la cantidad de hijos que habían parido el año anterior, su sexo y el orden en que nacieron.
Los investigadores detectaron una tendencia a que el sexo del segundo o tercer hijo fuera afectado por el del o los anteriores: para el primer nacimiento, había 871 niñas por cada 1.000 niños, en comparación con la proporción sexual esperada de 950 a 980.
Si el primer hijo había sido una niña, para el segundo hijo había 759 niñas por cada 1.000 niños. El sesgo se hizo más pronunciado al llegar al tercer hijo, cuando la relación fue de 719 mujeres a 1.000 varones, si tanto el primer como el segundo hijo habían sido de sexo femenino.
Esto sólo pudo ser posible si "los hogares se están asegurando de que nazca al menos un varón" mediante el aborto selectivo, según los autores del estudio.
Entre otras revelaciones alarmantes, calcularon que las "niñas faltantes" deducidas entre hijos de mujeres educadas duplicaban a las de mujeres sin instrucción, lo cual dejaba en evidencia que los padres de mayor nivel socioeconómico eran más propensos a recurrir al aborto selectivo.
También constataron que la religión no tenía ninguna influencia en esta práctica.
Aunque la proporción entre sexos era más cercana a lo previsto en estados con gobiernos volcados hacia la izquierda, como los meridionales Kerala y Tamil Nadu, incluso allí se registraron "claras diferencias" en esa relación "luego de un nacimiento femenino previo frente a un nacimiento masculino previo", escribieron los autores.
Los investigadores concluyeron que 500.000 niñas "faltaron" en 1997, a causa de la determinación del sexo del feto durante el embarazo y del aborto selectivo. Las tecnologías para conocer el sexo del bebé antes del nacimiento están disponibles en India desde comienzos de los años 80.
Organizaciones femeninas y de defensa de la salud pública, unidas en 1989 en el Foro contra la Preselección Sexual y el Aborto Selectivo sobre la Base del Sexo, lograron ilegalizar la detección del sexo en el occidental estado de Goa y en el centrooccidental de Maharashtra.
Los activistas destacaron en su campaña la difundida promoción de esa práctica por parte de médicos, incluso a través de carteles en trenes suburbanos que sugerían a los prominentes padres que era más barato pagar el costo de un aborto que la dote por el matrimonio de una hija.
Las leyes de los estados fueron reflejadas en la Ley sobre Técnicas de Diagnóstico Prenatal vigente en todo el país desde 1994.
Pero los censos indicaron, seis años después de aprobada la ley, que la proporción entre sexos de bebés varió de 962 niñas por cada 1.000 niños en 1981 y 945 a 1.000 en 1991 a 927 a 1.000 en 2001.
Los valores que mostraban una agravamiento de la tendencia en las septentrionales provincias de Himachal Pradesh, Punjab, Haryana, Uttaranchal, la occidental de Gujarat, la centrooccidental de Maharashtra y la central de Chandigarh, donde la tecnología de selección del sexo estaba ampliamente disponible.
Los datos del censo de 2001 impulsaron a los activistas por la salud a renovar la campaña que en 1994 consagró la Ley sobre Técnicas de Diagnóstico Prenatal.
El médico Sabu George, el Centro para la Investigación sobre Salud y Temas Afines, de Mumbai, y la institución Mahila Sarvangeen Utkarsh Mandal, de Pune, pidieron en 2002 incluir en la legislación técnicas más nuevas, como la selección del sexo a través de la fecundación in vitro.
El resultado fue la Ley de Técnicas de Diagnóstico de Preconcepción y Prenatales, aprobada en 2003, que incluyó la prohibición de los mecanismos más avanzados y también estableció acciones específicas para que el gobierno controlara el cumplimiento de la norma, incluida la instalación de equipos de registro de diagnósticos prenatales que permitirían rastrear su uso.
Pero para fines de 2005 sólo 300 casos habían sido registrados de acuerdo con la ley. Entre ellos, apenas 24 habían devenido en selección del sexo. Y ni una sola persona había sido procesada con éxito.
"A veces nos sentimos cínicas", dijo Chayanika, para quien hace falta mucho más que meras leyes para cambiar la preferencia de la sociedad por los hijos varones.
"La campaña creó mucha conciencia y hay consenso en cuanto a que los médicos son clave, culpables, de esta práctica", dijo la activista por la salud Amar Jesani, que también integra la campaña desde su origen.
"Hoy, por lo menos, incluso las asociaciones médicas dicen que la práctica no es ética. Es otra cosa que no hayan tomado ninguna acción contra sus colegas que están infringiendo la ley".
Los activistas también se resisten a los intentos por desplazar la atención de la campaña hacia el aborto en sí mismo. Las propuestas presentadas este mes por el gobierno de Maharashtra para controlar los abortos realizados en el segundo y tercer trimestre encontraron oposición.
"Nos concentramos en las tecnologías de diagnóstico más que en el aborto, para evitar cualquier restricción" a la interrupción legal del embarazo, dijo Chayanika.
También existe preocupación de que los esfuerzos por controlar la fertilidad, como la promoción de limitar los nacimientos a dos por mujer que desarrollan varios gobiernos estaduales, aliente la selección del sexo.
El programa de control de la población en China condujo al mismo fenómeno que ahora se detecta en India, según los demógrafos Udaya Mishra, del Centro para los Estudios sobre Desarrollo, y Mala Ramanathan, del Centro Achutha Menon para Estudios de Ciencias de la Salud, ambos en Thiruvananthapuram, Kerala.
Mishra y Ramanathan advirtieron que, como en China, donde hay preferencia por los hijos varones, los esfuerzos por controlar la fertilidad distorsionarán aun más la proporción entre niños y niñas en India.
"Puede esperarse que la determinación prenatal del sexo y el aborto selectivo sean más intensos en regímenes que restringen la fertilidad, caracterizados por una edad más baja al momento de la esterilización, intervalos más breves entre los nacimientos y menores proporciones de mujeres progresando más allá del segundo parto", escribieron en 2004.
"Ahora hay más que evidencia anecdótica de que la norma de tener hasta dos hijos contribuyó con el sesgo de la proporción de niñas y niños", señaló el doctor Mohan Rao, del Centro para la Medicina Social y la Salud Comunitaria, de la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi.
"Dos estudios que cubren seis estados indican que las políticas coercitivas de población persuaden a las mujeres a incurrir en abortos selectivos", opinó Rao. (