NACIONES UNIDAS: Escándalos enlodan misiones de paz

La ONU suspendió a un contratista y a ocho funcionarios por irregularidades en misiones de paz, mientras investiga la existencia de sobornos y otros actos de corrupción en esa área.

Mientras cunden las acusaciones de despilfarro, fraude y mal manejo administrativo de las misiones de paz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), el secretario general del foro mundial, Kofi Annan, se dispone a "revisar y corregir" el sistema de compras de la institución.

Una auditoría está en curso —según fuentes de la ONU— para analizar las compras de los últimos cinco años con destino a estas operaciones. De comprobarse las acusaciones, la organización estaría ante uno de los mayores escándalos financieros de su historia.

Un funcionario familiarizado con las misiones de paz, que insumen miles de millones de dólares cada año, informó a IPS que "la corrupción y los sobornos" en esa área "se daban por descontado en la mayoría de las operaciones en el extranjero".

La fuente mencionó dos ejemplos recientes. Un ex diplomático, quien hoy trabaja en una misión de paz en Europa, habría recibido un automóvil Mercedes Benz como pago por haber favorecido a un contratista.

El vehículo fue enviado a una dirección en un tercer país y aguarda ser entregado al funcionario cuando regrese al suyo.

En otra misión, dijo el informante, una mujer y su esposo establecieron un sistema de defraudación en perjuicio de la ONU a través de irregularidades en el proceso de compras.

"Los superiores o bien hacen la vista gorda o son cómplices", añadió.

Annan "tiene confianza de que las medidas que se acaban de tomar contribuirán en breve a asegurar la detección y corrección de las deficiencias que aún existen en los sistemas de compras de la ONU", informó el lunes la organización en un comunicado.

A cuatro funcionarios del Departamento de Operaciones Consolidación de la Paz se les pidió que regresaran de sus respectivas misiones para colaborar con la auditoría en Nueva York. Pero luego volverán a sus puestos.

Establecer licencia especial para ocho funcionarios es una medida administrativa, no disciplinaria, que "respeta totalmente el derecho al debido proceso de los involucrados y no implica ninguna presunción de delito", indica la nota de prensa.

Aunque el informe de la auditoría no está terminado, "pone sobre la mesa una serie de cuestiones muy serias y preocupantes", según el comunicado.

"A la luz de la importancia crítica de un sistema de compras eficiente y efectivo para un adecuado funcionamiento de la ONU, el Secretariado destinó recursos adicionales a la Oficina de Servicios de Supervisión Interna para que extienda la investigación con la mayor rapidez posible", agrega el comunicado.

La ONU también dijo que continuará "cooperando plenamente con las investigaciones en curso que desarrollan las autoridades nacionales encargadas de hacer cumplir la ley".

Desde 1948, la ONU ha gastado 41.000 millones de dólares en sus misiones de establecimiento y consolidación de la paz en todo el mundo.

Con las 15 operaciones de paz hoy en curso, el presupuesto destinado a estos efectos superó los 5.000 millones de dólares para el bienio 2005-2006, bastante más que el presupuesto bienal corriente de la ONU, que asciende a 3.000 millones de dólares.

Cerca de 85.000 personas trabajan en misiones de paz de la ONU, del Líbano a Sahara Occidental (República Saharaui), de Haití a Kosovo.

Si los costos de estas misiones han crecido en proporción aritmética en los últimos dos decenios, el despilfarro y la corrupción lo hicieron en forma geométrica, según observadores.

Uno de los más grandes tropiezos que sufrió la ONU fue la pérdida de cerca de 3,9 millones de dólares destinados a la construcción de un complejo de oficinas para la misión de paz de la ONU en Somalia en 1993.

La ONU solicitó a Scotland Yard (policía de investigaciones británica) que analizara el episodio, pero el foro mundial nunca recobró el dinero robado.

En 1996, la ONU pagó "por error" casi un millón de dólares de más al personal de la misión de paz en Iraq y Kuwait, y trató de enmedar su error exigiendo frenéticamente que se le devolviera el dinero.

El pago favoreció a unos 150 funcionarios, incluidos observadores militares, reclutas locales y personal de la sede central de la Misión de Observadores de la ONU en Iraq y Kuwait (Unikom).

A pesar de las investigaciones, la ONU nunca pudo identificar al funcionario responsable del caudaloso error.

La Unikom fue establecida inmediatamente después de la guerra del Golfo de enero de 1991 para controlar la llamada "zona demilitarizada" en la frontera entre Iraq y Kuwait.

Sin embargo, según un informe de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna, Unikom había realizado pagos excesivos a su personal por más de 6,3 millones de dólares.

Los pagos continuaron por algún tiempo, a pesar de que los auditores ya habían detectado irregularidades. Tan sólo un pequeñísimo porcentaje del dinero fue finalmente recuperado.

En la misión de paz de la ONU en Angola se gastaron 667.000 dólares por concepto de transporte y otros servicios relacionados sin que se cumplieran con las normas, regulaciones y procedimientos financieros dispuestos a estos efectos.

Hubo una serie de pedidos de bienes y servicios que no eran esenciales ni se necesitaban con urgencia. Cuando se le informó a la gerencia, se tomaron medidas inmediatas para cancelar estos pedidos, valuados en más de 15 millones de dólares.

En las Fuerzas de Paz de la ONU en Zagreb, una investigación sobre la contratación de raciones indicó que se habían perdido descuentos por más de 700.000 dólares debido a una demora en los pagos.

Una auditoría de los pedidos de reembolso por gastos en piezas para automóviles solicitados por los contingentes militares puso en evidencia un patrón de reclamos injustificados, lo que le permitió a la ONU el ahorro de más de un millón de dólares en gastos infundados.

La Autoridad Transicional de la ONU en Camboya (Untac) fue la que sufrió más pérdidas financieras entre todas las misiones de paz —más de ocho millones de dólares— a raíz de una serie de robos, realizados por desconocidos entre 1992 y 1993

En este caso hubo robos de vehículos por más de tres millones de dólares, de equipos de comunicación por 2,5 millones, de computadoras portátiles por 1,5 millones, de casas prefabricadas por medio millón y de generadores de electricidad por 453.000 dólares.

La ONU también se vio obligada a dar por perdidos otros 3,6 millones de dólares en vehículos, fotocopiadoras, máquinas de fax y construcciones prefabricadas.

Nadie fue responsabilizado por los robos en la misión de paz en Camboya, pero algunos funcionarios fueron acusados de no haber hecho lo suficiente para proteger las propiedades de la ONU.

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