La compra de la forestal Georgia Pacific Corporation por parte de Industrias Koch convierte a esta última en la firma privada más grande de Estados Unidos, reforzando así su influencia en la vida política del país desde una posición derechista.
A Koch, con sede en Kansas, en el central estado de Wichita, le costó 21.000 millones de dólares esta transacción, que además no ofrece buen augurio para la preservación del ambiente.
Georgia-Pacific, una de las principales manufactureras y vendedoras de pañuelos de papel, embalajes, productos para la construcción, químicos relacionados y otros elementos afines, mantendrá su nombre y continuará operando desde su sede en Atlanta, en el sudoriental estado de Georgia, como una subsidiaria indirecta de Industrias Koch.
Este consorcio industrial originado en la actividad petrolera en Kansas es controlado hoy por los hermanos Charles y David Koch, sumamente ricos, con habilidad política y buenos contactos, que pasaron años financiando su idea de libre mercado a través de contribuciones de millones de dólares a causas, candidatos y organizaciones de la extrema derecha estadounidense.
Uno de los aspectos más destacados de la historia de los Koch es cuán poco se sabe de esta familia y del propio consorcio empresarial.
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"Koch es una compañía enorme, más grande que Microsoft, pero pocas personas han oído de ella", dijo Bob Williams, gerente de proyecto en el Centre for Public Integrity (CPI, Centro para la Integridad Pública).
Williams y Kevin Bogardus son los responsables del informe titulado "El bajo perfil de Koch oculta poder político: la empresa petrolera privada hace tanto negocios como política con las cortinas bajas", divulgado poco después de anunciarse el acuerdo Georgia-Pacific.
"Pese a su tamaño y generosidad política, Koch es capaz de eludir los primeros planos porque es una empresa privada, lo que significa que casi todos sus acuerdos de negocios son conocidos en primera instancia sólo por la compañía y por el Servicio de Impuestos Internos", escribieron estos expertos del CPI.
Industrias Koch posee un diverso grupo de empresas que están comprometidas en el comercio, con operaciones e inversiones en todo el mundo. Tiene presencia en 50 países, en sectores tales como el petróleo, la química, otras fuentes de energía, fibras, resinas, fertilizantes, pasta de celulosa y papel, además de establecimientos rurales de gran tamaño, seguros y finanzas.
Los hermanos Koch "son ideólogos que ahora están en posición de permitir a Georgia-Pacific violar y saquear las tierras públicas", dijo Scott Silver, director ejecutivo de Wild Wilderness (Jungla Salvaje), una organización ambientalista con sede en el oriental estado de Oregon.
"Las organizaciones de expertos que ellos apoyan promueven el ideal del libre mercado cuando esto es funcional a sus intereses, pero en realidad están firmemente comprometidos con incrementar intereses privados a un enorme costo directo para el contribuyente estadounidense", agregó.
Según "Eje de ideología", un estudio elaborado en 2004 por el National Committee on Responsive Philanthropy (Comité Nacional de Filantropía Sensible), Charles y David Koch tienen una riqueza combinada "de aproximadamente 4.000 millones de dólares, ubicándolos entre los 50 individuos más poderosos del país y entre los 100 en el mundo en 2003, según (la revista) Forbes".
Los hermanos Charles, David, William y Frederick Koch son hijos de Kansas. Hace 38 años, el primero de ellos sucedió en la dirección de la compañía a su padre y fundador, Fred.
Según un artículo publicado en Business Week, Charles, hoy de 70 años, y David, de 65, ahora "poseen la mayor parte de la compañía, tras haberse deshecho de sus otros hermanos (à) en 1983", comprando las partes de William y Frederick en 470 millones y 320 millones de dólares respectivamente.
Fred Koch, refinador de petróleo, fundó la empresa en 1940. Graduado del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), fue un miembro original de la Sociedad John Birch, anticomunista y ultraconservadora, fundada en 1958. Los frutos no cayeron lejos del árbol: tanto Charles como David se graduaron en el mismo centro educativo que su padre y se involucraron profundamente en la política de derecha.
Entre 1999 y 2001 donaron más de 20 millones de dólares a una gran cantidad de organizaciones conservadoras. La mayor parte de sus contribuciones fueron destinadas a apoyar a grupos que promovían la total libertad económica, las privatizaciones y el espíritu empresarial, señaló el informe "Eje de ideología".
Charles Koch cofundó Cato Insitute en 1977, mientras que David ayudó a lanzar Citizens for a Sound Economy (Ciudadanos por una economía sólida, que ahora se llama FreedomWorks, La libertad funciona) en 1986.
A lo largo de los años entregaron más de 12 millones de dólares a cada una de estas organizaciones, según el informe del National Committee on Responsive Philanthropy.
La Universidad George Mason también es objeto de la generosidad de los Koch, al recibir más de 23 millones de dólares de las fundaciones de la familia entre 1985 y 2002.
La empresa "gastó casi cuatro millones de dólares en ejercer presión directa sobre más de 50 leyes ante el Congreso (legislativo), ayudando a dar forma al debate sobre todos los temas, desde limitar las demandas colectivas hasta revocar los impuestos inmobiliarios", señalaron William y Bogardus.
A fines de los años 80 y comienzos de los 90, el Congreso investigó a Industrias Koch por denuncias de robo por valor de unos 30 millones de dólares en petróleo a tribus indígena del sudcentral estado de Oklahoma.
En enero de 2000, la Agencia de Protección Ambiental presentó "la mayor multa civil jamás impuesta a una compañía bajo ninguna ley ambiental federal para resolver reclamos relativos a más de 300 derrames de petróleo desde sus oleoductos e instalaciones petroleras en seis estados", según un comunicado de prensa del Departamento de Justicia.
Pero el castigo económico fue severamente reducido luego que George W. Bush, del conservador Partido Republicano, se convirtió en presidente en enero de 2001 y designó a John Ashcroft como su secretario de Justicia.
Según Scott Silver, los fondos de Koch jugaron un rol fundamental en la operativa de varias importantes organizaciones que alentaron la privatización de tierras públicas. Entre ellos mencionó al Cato Institute y al Property and Environment Research Centre (Centro para la Investigación de la Propiedad y el Ambiente, antes conocido como Political Economy Research Centre, Centro de Investigación en Economía Política), entre otros.
En las décadas pasadas, el dinero de Koch "creó una infraestructura extensiva de organizaciones impulsoras del libre mercado", de donde Bush consiguió su personal para ubicar en "los peldaños más elevados de las agencias de administración de tierras", destacó Silver.
La adquisición de Georgia-Pacific, que "hace talas (de árboles) extensivas de tierras públicas" y "es una firma fuertemente subsidiada de bienestar corporativo", podría acelerar la tendencia hacia la privatización de los bosques nacionales, alegó Silver.
"Las empresas de tala, como Georgia-Pacific, desnudan las tierras, destruyen vastas superficies y pagan apenas una pequeña cuota al gobierno federal, en proporción con lo que ellas toman del público. (Esas empresas) no operan en el libre mercado cuando talan bosques públicos", apuntó.
Koch tiene una larga historia en materia de contaminación ambiental. En los años 90, sus defectuosos oleoductos causaron más de 300 derrames de petróleo en cinco estados. En el septentrional estado de Minnesota, la compañía fue multada con ocho millones de dólares por descargar el combustible en arroyos.
En los meses previos a las elecciones presidenciales de 2000, la empresa enfrentó una acusación federal con 97 cargos por ocultar el derrame de 91 toneladas de benceno, un conocido carcinógeno, de su refinería en Corpus Christi, en el meridional estado de Texas.
Luego que Bush asumió la presidencia, 88 de esos cargos fueron retirados. Dos días antes del juicio, Ashcroft accedió a una sentencia acordada de conformidad entre la defensa y la acusación. Koch se declaró culpable de falsificar documentos, todas las acusaciones importantes fueron retiradas y la firma se comprometió a pagar una pequeña parte de las posibles multas por 350 millones de dólares.
La adquisición de Georgia-Pacific "completa el círculo", señaló Silver. Es que "los ideólogos que dirigen las agencias de administración de tierras son el producto de las organizaciones de expertos creadas y financiadas por la familia Koch".
* Bill Berkowitz es un connotado observador del movimiento conservador estadounidense. Publica periódicamente la columna "Conservative Watch" en la revista electrónica WorkingForChange.org.