Organizaciones árabes y del Medio Oriente acusan a la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) de haber colaborado con un operativo policial que causó la muerte de por lo menos 25 refugiados sudaneses en un parque céntrico de El Cairo el viernes.
Los refugiados, inclusive mujeres y niños, acampaban en un parque del distrito Mohandiseen desde hace tres meses en protesta por el maltrato del Acnur y reclamaban ser urgentemente trasladados a un tercer país, como se les había prometido.
Pero en el atardecer del viernes, una fuerza policial de alrededor de 4.000 efectivos acordonó el campamento de los sudaneses. Los policías les arrojaron potentes chorros de agua y los golpearon indiscriminadamente.
Cientos de personas fueron arrastradas por la fuerza hasta autobuses y trasladadas a cuarteles y otros destinos desconocidos.
Veinticinco personas murieron en los enfrentamientos y en una estampida ocasionada por la represión policial. Varias decenas resultaron heridas.
Testigos dijeron a la prensa local que los refugiados se vieron obligados a dejar sus pertenencias y maletas en el parque a fin de escapar.
Organizaciones civiles egipcias condenaron el uso de la fuerza en una declaración emitida el sábado en la que se refirieron al episodio como "una masacre" y "un verdadero crimen cometido por las fuerzas de seguridad egipcias con la colaboración del Acnur contra refugiados desarmados, en su mayoría mujeres, niños y ancianos".
Entre las organizaciones denunciantes se hallan la Red Árabe para la Información sobre Derechos Humanos, el Grupo Egipcio Anti-Globalización, el Centro El Nadim para la Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura y el Centro de Estudios Socialistas de El Cairo.
Alrededor de 2.500 refugiados sudaneses que escaparon de la guerra civil en su país se habían congregado en un parque de la capital egipcia desde el 29 de septiembre y alegando que no se irían mientras el Acnur no accediera a trasladarlos a algún país de Europa, según lo acordado.
La violencia con la que fueron tratados por la policía egipcia provocó la firme y airada condena de intelectuales árabes así como de distintas organizaciones civiles y grupos defensores de los derechos humanos.
Las autoridades egipcias afirman haber actuado en consulta con el Acnur y diplomáticos sudaneses en El Cairo.
Pero organizaciones de defensa de los derechos humanos árabes y egipcias replican que el uso de la fuerza fue absolutamente innecesario y que la situación podría haberse resuelto conversando con los líderes de los refugiados.
Estas organizaciones están sumando fuerzas para establecer un comité independiente que investigue lo que pasó y para persuadir a los refugiados sudaneses de abrir una causa judicial contra "los crímenes cometidos contra ellos y las violaciones de derechos humanos de que fueron objeto a manos del gobierno de Egipto y el Acnur".
Los activistas también reclamaron visitar los campamentos adonde fueron conducidos los refugiados para brindarles la asistencia médica y legal necesarias.
Desde Ginebra, el Acnur dijo que los refugiados no estaban manifestando contra esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas, sino que se habían congregado "primariamente para protestar contra sus condiciones de vida y para demandar que fueran transportados a terceros países".
El Acnur también dijo que a lo largo de esta crisis, que ya lleva tres meses, mantuvo un diálogo constante, realizó esfuerzos de mediación y siempre sostuvo que la situación debía resolverse de forma pacífica.
"No hay ninguna justificación para esta violencia y estas pérdidas de vidas", dijo desde su oficina en Ginebra el alto comisionado António Guterres, quien asumió su cargo en junio de 2005.
Pero el gobierno de Egipto respondió a las afirmaciones de Guterres aseverando que esa agencia había pedido a la policía que interviniera para poner fin a las protestas que se venían realizando frente a las oficinas del Acnur en El Cairo.
La Organización Egipcia para los Derechos Humanos, una de las más grandes y más antiguas de la región, dijo en una declaración del sábado emitida en árabe que el Acnur era culpable en parte.
Acnur —la principal entidad que se ocupa de los refugiados en el mundo— " ha burocratizado y ha permitido que la tragedia de los refugiados sudaneses se extendiera por demasiado tiempo, dijo la organización egipcia.
Es responsabilidad del Acnur garantizar la seguridad de los refugiados en primer lugar, pero simplemente abandonó a quienes debía proteger, exponiéndolos a la posibilidad de que fueran expulsados por la fuerza de Egipto, sugirió la entidad.
Otras organizaciones internacionales de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, prefirieron poner el acento en el papel del gobierno egipcio y no hicieron mención al papel que jugaron la agencia de la ONU o los diplomáticos de Sudán en la masacre.
"El alto costo en vidas humanas sugiere que la policía actuó con extrema brutalidad", dijo Joseph Stork, director ejecutivo en funciones de la División de Medio Oriente de HRW.
"Una fuerza policial que hubiera actuado de manera responsable no habría permitido tamaña tragedia", agregó Stork.
HRW también aseveró que la evidente planificación del operativo para desalojar por completo el parque del distrito de Mohandiseen demostró que la policía había actuado sobre la base de una decisión política tomada al más alto nivel.
Al igual que sus pares árabes y del Medio Oriente, la organización con sede en Nueva York, exigió una investigación nacional que pusiera su mira en todos los estratos del comando policial, incluido el propio ministro del interior egipcio, Habib al-Adli.
"Las veredas todavía permanecen manchadas de sangre, y el gobierno de Egipto ya está culpando a los refugiados y los inmigrantes sudaneses. Una investigación independiente es absolutamente imprescindible para establecer las responsabilidades y castigar a los culpables", dijo Stork