Las facilidades para acceder a microcréditos en Kenia podrían convertirse en una herramienta poderosa para abatir graves problemas sociales, como el alarmante aumento de violencia contra las mujeres.
Expertos sostienen que un acceso fácil a pequeños préstamos para generar actividades laborales resolvería crisis económicas de muchos hogares y los conflictos que éstas producen en la familia.
La violencia contra las mujeres aumenta en este país de África oriental. En 2004 se reportaron unos 2.800 casos de violaciones, 500 veces más que en 2003, según la policía.
En este contexto, la jefa ejecutiva del Fondo Financiero para las Mujeres de Kenia, Jennifer Riria, intenta expandir sus servicios de microcrédito también a los hombres.
"Se necesitan servicios de microcrédito para involucrarlos en proyectos de desarrollo. Esto también ayudará a resolver el problema de la violencia y de la irresponsabilidad de parte de los hombres", dijo a IPS.
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Según investigaciones del Fondo, los hombres se han vuelto más indiferentes a los problemas del hogar en la medida en que sus parejas mujeres se independizaron en el aspecto financiero gracias a los microcréditos.
"Al fortalecer económicamente a las mujeres, sus funciones en el hogar aumentaron. Ahora llevan a los hijos a la escuela y también cuidan de las vacas, administran el presupuesto familiar y pagan los impuestos", indicó Riria.
También "necesitamos facilidades de microcrédito accesibles a los hombres pobres. Ésta es la única forma de vencer la pobreza, logrando que hombres y mujeres luchen juntos contra ella", afirmó.
Hasta ahora, el Fondo sólo atiende necesidades financieras del sector femenino de la población. Creado hace unos 20 años, provee actualmente préstamos a unas 80.000 mujeres, en su mayoría del sector rural pobre.
El préstamo promedio es de 459 dólares, suficiente en Kenia para iniciar un pequeño pero proyecto productivo en rubros como la apicultura, la pesca o la avicultura.
El Fondo, dirigido por mujeres profesionales y con presencia en siete de las ocho provincias keniatas, desembolsó 31 millones de dólares entre enero y septiembre de 2005, y prevé entregar otros 40 millones en 2006.
Con un impresionante portafolio de inversiones de unos 23 millones de dólares, el grupo se convirtió en el más grande organismo microfinanciero del país.
"Las microfinanzas son clave para aliviar la pobreza. Las mujeres están condenadas a la pobreza, y la situación empeora cuando envejecen. Es por esta razón que nos esforzamos para que ellas tengan créditos", dijo Riria.
La abrumadora mayoría de los 30 millones de habitantes de este país no pueden acceder a los préstamos ofrecidos por los bancos, según la Asociación de Instituciones de Microfinanzas de Kenia (AMFI, por sus siglas en inglés).
Estas instituciones cubren menos de 10 por ciento de los excluidos por el sistema bancario formal.
Pero el sector no está regulado, y organizaciones de dudosa confianza se aprovechan de la demanda de créditos.
A comienzos de noviembre, el fondo Microfinanzas Akiba fue clausurado por no contar con licencia para operar.
"La ausencia de leyes limita el crecimiento. La AMFI reconoce que el mercado debe desarrollarse. La única manera es adoptar nuevas leyes para regular esta industria", afirmó el presidente de la asociación, Kimanthi Mutua.
Una ley sobre microfinanzas garantizaría que instituciones genuinas provean servicios a los más pobres.
Ahora "no podemos acceder a financiamiento adecuado. El dinero que obtenemos de los bancos es muy caro y por tanto debemos pasar el costo a nuestros clientes. Éste es uno de los factores que desincentiva a nuestras mujeres a obtener microcréditos", dijo Riria.
Un anteproyecto de ley sobre microfinanzas espera la aprobación del gabinete, tras lo cual sería tratado por el parlamento.
