La Unión Europea (UE), sometida a intensa presión para que recorte sus enormes subsidios agrícolas, lanzó una serie de ataques sobre asuntos de menor fuste en la conferencia ministerial de la OMC. Y la estrategia parece darle buen resultado.
Los desafíos lanzados por la UE a sus contrapartes se refieren, por ejemplo, a los aranceles de apoyo a carteles estatales y a la ayuda alimentaria que, en el caso de Estados Unidos, esconde un subsidio encubierto, según el bloque europeo.
Estados Unidos, otro gran peso pesado en estas disputas, se ha negado igualmente a ofrecer concesiones sustanciales en cuestiones como el acceso a su mercados para la producción de los países pobres y sus también abultados subsidios agrícolas.
Pero Washington ha dado muestras de mayor flexibilidad que la UE en la conferencia ministerial de la OMC (Organización Mundial del Comercio), que concluirá este domingo en Hong Kong, según países en desarrollo y organizaciones no gubernamentales.
"La UE exhibió hasta ahora posiciones extremadamente ofensivas, y tienen enormes ambiciones, especialmente en materia de aranceles de servicios e industriales. Al parecer, su estrategia es poner muchas cosas sobre la mesa", dijo Dave Timms, del no gubernamental Movimiento Mundial de Desarrollo, una organización europea.
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El bloque se ha mostrado especialmente duro en su negativa a desmantelar su esquema de subsidios agrícolas, de miles de millones de dólares anuales.
Muchos otros países, entre ellos India y Brasil —al frente del mundo en desarrollo en las negociaciones—, e incluso Estados Unidos, manifestaron que 2010 sería un plazo razonable para desarticular esos subsidios.
El comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson, un astuto negociador británico, dejó bien claro que no aceptará una fijación de fechas a menos que otros países modifiquen antes sus sistemas de subsidios.
Los créditos de Estados Unidos a las exportaciones y su asistencia alimentaria a países pobres se convirtieron en blanco del ataque del bloque europeo, para el cual ambos programas constituyen mecanismos de apoyo a los productores que violan las reglas de la OMC.
Washington se vio entrampado con esta estrategia.
"Uno de nuestros principales interlocutores mantiene una posición muy dura sobre la ayuda alimentaria, que debería suministrarse, según él, sólo en efectivo", dijo un alto funcionario estadounidense, en referencia a la UE. Estamos bloqueados por esta intransigencia."
La UE también reclamó a Australia, Canadá y Nueva Zelandia que disciplinen lo que denomina sus "empresas estatales comerciales".
El bloque acusa a esos países de ayudar a sus compañías de productos básicos a ocupar posiciones dominantes en el mercado mundial a través de prácticas monopólicas, como los derechos exclusivos de exportación.
Los países en desarrollo también manifiestan su desaliento con las agresivas tácticas de negociación aplicadas por la UE en la conferencia de la OMC.
El bloque, por ejemplo, exigió a Brasil e India recortar sus aranceles más de 70 por ciento como condición para ceder a su exigencia de un mayor acceso al mercado europeo.
"¿La UE estará preparada para recortar 70 por ciento de su apoyo a la producción, para que haya una reducción real de estas prácticas distorsionadoras de comercio? Este apoyo es la violación más seria del comercio libre y justo que la UE dice defender", dijo el ministro de Comercio e Industria de India, Kamal Nath.
Algunas organizaciones no gubernamentales consideran que Estados Unidos no es menos responsable que la UE del bloqueo de la Ronda de Doha, pero acusan al bloque europeo de borrar su promesa, pronunciada el año pasado, de eliminar sus subsidios a las exportaciones.
"Es un atrocidad que Europa reincida en los subsidios", dijo Adriano Campolina Soares, dirigente de la filial estadounidense de la organización humanitaria ActionAid.
"Si Mandelson no está dispuesto a respetar sus compromisos, demuestra que la UE no tiene la voluntad de hacer frente a la pobreza en los países del Sur. Esto no es un buen presagio para el resto de las negociaciones. Decir que esto es una ronda de desarrollo es una farsa", afirmó.
La Ronda de Desarrollo de Doha se abrió en 2001 en la conferencia ministerial de la OMC celebrada en la capital de Qatar, con el objetivo de liberalizar el comercio internacional pero alentando, al mismo tiempo, avances de las naciones más pobres.
A pesar de su creciente aislamiento en las negociaciones, la UE ha obtenido lo que quiere. El debate de Hong Kong ha estado dominado por cuestiones de menor importancia que los subsidios agrícolas, prácticamente marginados de las conversaciones.
Estados Unidos mantiene su demanda previa a la conferencia: que la UE, Japón y los países en desarrollo se concentren en el comercio agrícola y no en asuntos particulares de algún país o sectoriales.
"Toda la ronda ha sido tomada de rehén por la falta de avances sobre el acceso al mercado agrícola por parte de nuestros socios de los países industriales, que es lo que necesitamos para cerrar la ronda" de Doha, dijo un funcionario estadounidense.
Los países pobres reclaman que tanto la UE como Estados Unidos eliminen sus leyes antidumping (contra la competencia desleal de precios, que en la práctica bloquean las importaciones), las barreras no arancelarias y los subsidios internos.
Pero el Sur aún no ha obtenido una respuesta a sus pedidos.
La falta de flexibilidad de la UE es atribuida a su intención de echar a otros —especialmente a Estados Unidos— la culpa del fracaso de la Ronda de Doha, que debe concluir con un acuerdo final, incluido un capítulo agrícola, en diciembre de 2006.
Observadores recuerdan que Estados Unidos ya había dejado a la UE en una posición comprometida cuando propuso en septiembre reducir 90 por ciento sus subsidios agrícolas..
Para Timms, la actitud del bloque es, en buena medida, una señal dirigida a Estados Unidos.
"Europa siente que ha estado en el centro de la atención durante un mes, dos meses después de que se desinflara la oferta agrícola de Estados Unidos, que no era realmente nada significativo ", explicó el activista.
Washington, a través de su representante de Comercio, Robert Portman, "centró el debate, con bastante éxito, en los europeos. Es sólo una manera de hacer que su intransigencia parezca menos objetable", concluyó Timms.