El matrimonio de cine y música se consuma en Brasil en formato de documentales. La última comprobación exitosa de ello es el filme sobre Vinicius de Moraes, el poeta y compositor de la pasión, más conocido por sus canciones.
"Vinicius nos ayuda a vivir", resumió el poeta y crítico de arte Ferreira Gullar, uno de los 14 amigos cuyos testimonios ayudan a componer una película con el espíritu del poeta que cantó al amor "infinito mientras perdura" y tenía el afecto como bandera, enseñando a vivir siempre intensamente.
El filme "Vinicius" es biográfico. Por medio de los testimonios, canciones interpretadas por cantantes de las nuevas generaciones y poemas recitados por un actor y una actriz, se cuenta la vida de este importante personaje brasileño, que va de 1913 a 1980, y sus pasiones, que culminaron en nueve casamientos y una infinidad de amigos.
Pero el tramo más destacado es el que concentra los mitológicos años 60, que en este caso se inició poco antes, a mediados de la década anterior, cuando el poeta publicó la obra teatral "Orfeu da Conceiçao", que llegó al cine como "Orfeo Negro", y compuso con (Antonio Carlos) Tom Jobim la canción inaugural de la bossa nova, "Chega de saudade" (algo como basta de nostalgia).
Vinicius es conocido principalmente por "Garota de Ipanema" (Chica de Ipanema), una de las canciones más difundidas en el mundo, que compuso con Jobim, en una de las asociaciones más creativas de la música popular brasileña. Pero su obra suma más de 400 canciones y 400 poemas.
Su vida está íntimamente vinculada a la playa de Ipanema, símbolo de los sueños y las esperanzas brasileñas de una vida alegre, libre de las restricciones morales que agobiaban a la juventud hace 40 años. "Es mejor ser alegre que ser triste, alegría es la mejor cosas que existe", decía una de sus canciones destacadas por la cantante Maria Bethania en el filme.
Maria Bethania es también el personaje de otro documental que debe entrar en exhibición comercial pronto, "Maria Bethania, música es perfume", siguiendo el filón descubierto por el cine brasileño actual, de celebrar y registrar la música nacional, sus principales autores e intérpretes en documentales o reconstituciones biográficas.
En los últimos años fueron personajes de tales películas el cantautor de samba Paulinho da Viola, el "roqueiro" Cazuza que se hizo campeón de taquilla con "El tiempo no para", y el pianista de música clásica Nelson Freire.
"Vinicius" es una obra de producción familiar que no cayó en las trampas del parentesco. Su director es Miguel Faria Junior, un veterano cineasta, casado con la hija mayor del poeta, Susana de Moraes, coproductora del filme y testigo importante para explicar la evolución artística de su padre.
Cuenta la hija que el poeta respetado de los años 30 y 40, de formación literaria y musical erudita, se "encontró" con la música popular brasileña después de su experiencia en la sudoccidental ciudad estadounidense de Los Ángeles, como viceconsul, su primera misión diplomática.
Cuesta creer que el compositor de vida "un poco libertina", en la definición de su socio en varias canciones, Chico Buarque, fuera diplomático desde 1943 hasta 1969, cuando fue expulsado de la carrera. La dictadura impuesta en 1964 se había endureció en aquella época y le pareció incompatible la diplomacia con el modo de vida y las ideas de Vinicius.
En muchos espectáculos de los años 60, el compositor aparece por exigencia de la cancillería de corbata, en franca discrepancia con los músicos que lo acompañan.
El contacto con el mundo artístico de California, especialmente el jazz, y luego el acercamiento a Jobim y otros músicos brasileños transformaron el poeta en compositor y autor de las letras de numerosas canciones que le dieron sofisticación armónica y poética a la música popular de su país.
La bossa nova, de la que fue uno de los principales impulsores, reflejaba la euforia de los "años dorados" de Brasil, del gobierno del presidente Juscelino Kubitschek, que construyó Brasilia e implantó la industria automovilística en el país.
El período de grandes esperanzas sufrió el impacto del golpe militar de 1964, que impuso la censura y restringió las libertades, afectando de algún modo las artes y la música popular. Pero el ascenso de la clase media urbana, trasfondo de la bossa nova, prosiguió hasta los años 70.
"Vinicius" es así un poco de nostalgia de aquella época brillante en que surgieron los grandes compositores que siguen siéndolo hasta hoy, como Chico Buarque, Gilberto Gil (actual ministro de Cultura), Caetano Veloso y Edu Lobo, todos testigos en el filme, y otros como Milton Nascimento, además de algunos ya fallecidos.
El poeta-compositor vivía en un mundo que no correspondía al de la mayoría de la población, sin mucha preocupación por la sobrevivencia, sino con los sentimientos.
Pero tocó ciertos problemas sociales, al calificarse "el blanco más negro de Brasil" y asociarse a compositores negros, como el guitarrista Baden Powell y Pixinguinha, de generaciones anteriores y uno de los fundadores de la música popular brasileña.
Su biografía cinematográfica es fiel a su mensaje, el de vivir intensamente la vida, eliminando prohibiciones, reconociendo que aun "un amor que no compensa vale más que la soledad". (