Ambientalistas expresaron satisfacción tras la última conferencia sobre cambio climático en Montreal, en la que Estados Unidos aceptó iniciar conversaciones para reducir las emisiones de gases invernadero, causantes del recalentamiento planetario.
La delegación de Washington cedió a último minuto y acordó participar en futuras discusiones sobre un nuevo pacto vigente para después de 2012, con el fin de afrontar el cambio climático.
El sábado, al finalizar la conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Montreal, se llegó a un consenso que permitió a Estados Unidos incorporarse al diálogo sin quedar obligado a cumplir con el Protocolo de Kyoto.
Con el argumento de que su cumplimiento afectaría la economía de su país, el presidente George W. Bush retiró en 2001 la firma de Estados Unidos del Protocolo acordado en Kyoto en 1997, que había sido estampada por su predecesor, Bill Clinton (1993-2001).
"Ésta ha sido una de las conferencias sobre cambio climático más productivas de todas. Este plan fija el curso de las futuras acciones", afirmó Richard Kinley, jefe interino de la Secretaría de la Convención Marco.
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Matthew Bramley, del no gubernamental canadiense Instituto Pembina, señaló que "la comunidad ambientalista está muy contenta con el resultado" de la reunión.
"Lograr que Estados Unidos aceptara algo abrió la puerta para que otros países también se sumen a las discusiones", dijo a IPS Bramley, quien destacó la influencia de Canadá para convencer a la delegación estadounidense.
La conferencia estuvo dividida en dos partes. Por un lado se celebró la Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto, Protocolo de Kyoto, único instrumento internacional que fija metas para la emisión de gases invernadero, y por otra la XI sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco.
En esta Convención, de la que el Protocolo de Kyoto es uno de sus tratados complementarios, aún participa Estados Unidos.
En la sesión final combinada, los 150 países del Protocolo de Kyoto acordaron iniciar conversaciones formales en la próxima primavera boreal para la firma de un acuerdo después de 2012.
Antes de que eso pasara, los 190 países de la Convención, incluyendo a Estados Unidos, habían acordado iniciar discusiones y "una serie de talleres para desarrollar una amplia gama de acciones necesarias para responder al desafío del cambio climático".
La mayoría de científicos coinciden en que el recalentamiento del planeta obedece a actividades humanas, sobre todo a gases liberados por la combustión de petróleo, gas y carbón, el principal de los cuales es el dióxido de carbono.
Estados Unidos es el principal emisor de los gases invernadero, con una cuarta parte del total mundial.
El Protocolo entró en vigor en febrero de este año e impone a los países industriales que lo firmaron y ratificaron la obligación de reducir sus emisiones de gases a volúmenes 5,2 por ciento inferiores a los de 1990. El plazo para operar esas reducciones vence en 2012.
Durante toda la conferencia en Montreal, la delegación estadounidense mostró su habitual intransigencia al respecto. En cierto momento, incluso, se retiró de la sala cuando se negociaba una serie de compromisos sobre reducción de emisiones.
"Los países se doblegan para complacer a Estados Unidos, pero ellos simplemente los escupen en la cara", afirmó el asesor sobre cambio climático de la organización ambientalista Greenpeace, Steve Sawyer.
El viernes, los países habían decidido proseguir en las negociaciones sin Estado Unidos, dijo Sawyer a IPS.
Pero un sorpresivo discurso de Clinton, invitado especial en el encuentro, influyó en la postura de los representantes de Washington.
Estados Unidos podría "fácilmente cumplir e incluso superar las metas del Protocolo de Kyoto en una forma que fortalecería, no debilitaría, su economía" con la aplicación de las tecnologías existentes de energía limpia, dijo Clinton.
"Ya no hay dudas serias de que el cambio climático es real, causado y acelerado por actividades humanas", añadió.
Dentro de la amplia delegación estadounidense estaban los alcaldes de 190 ciudades, así como varios senadores.
En la conferencia también participaron importantes grupos empresariales de Montreal, la mayoría de los cuales ya han adoptado medidas para reducir las emisiones de gases invernadero en el plano local.
En la reunión quedó claro que la delegación de Washington no sólo estaba en las antípodas de la comunidad internacional, sino también alejado del sentimiento predominante de la industria y el público estadounidense.
"A diferencia de la mayoría de los países, la delegación estadounidense estaba integrada por completo de burócratas. Así no hay forma de ejercer presión popular", dijo Robert Bradley, del independiente World Resources Institute.
Otro resultado importante de la reunión en Montreal fue la adopción oficial de una serie de medidas para facilitar el cumplimietno de las metas previstas en el acuerdo de Kyoto, que habían sido diseñadas en una conferencia celebrada en la meridional ciudad marroquí de Marrakesh.