Casi un año después del devastador tsunami que dejó 200.000 muertos en 13 países costeros de los océanos Pacífico e Índico, la Unión Europea (UE) alertó que los sobrevivientes viven aún en penosas condiciones.
Los gobiernos de Indonesia y Sri Lanka están exigidos al límite de su capacidad a raíz del maremoto del 26 de diciembre pasado, según la UE, que en un informe divulgado este martes se comprometió a continuar con sus tareas de reconstrucción en los países afectados.
El bloque europeo asignó el equivalente a 13.000 millones de dólares para ayudar a los afectados.
Funcionarios de la UE, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial y la Cruz Roja se reunieron este martes en Bruselas para considerar los logros alcanzados y las necesidades que se presentan en adelante.
"Continuará necesitándose asistencia humanitaria durante todo el año próximo y quizás luego", dijo poco después de la reunión la comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner.
"El año próximo será decisivo para la reconstrucción. La Comisión Europea (CE, rama ejecutiva de la UE) entregará fondos comprometidos por 350 millones de euros (425 millones de dólares)", explicó Ferrero-Waldner.
"Los proyectos iniciados este año podrán acelerarse, y trataremos de equilibrar nuestra prioridad actual —atender las necesidades inmediatas— con mayores proyectos en infraestructura y vivienda", añadió.
La coordinación entre donantes en los pasados meses fue uno de los mayores desafíos, afirmó la funcionaria.
"La generosidad debe combinarse con la eficiencia. Por eso estamos fuertemente involucrados en mejorar esa coordinación. En Indonesia, la Comisión Europea preside el fondo fideicomisario de donantes, que ayuda a dar coherencia a la planificación y los contactos con el gobierno local", dijo Ferrero-Waldner.
La UE tratará de mejorar los procedimientos internos y su cooperación con socios internacionales con miras a la asistencia en futuros desastres.
"Debemos continuar buscando medios para optimizar nuestros procedimientos internos y nuestra cooperación con otros, para asegurar que respondamos aun mejor en el futuro", sostuvo.
Otro factor que amenazó los esfuerzos de reconstrucción fue la persistencia de los conflictos armados en la meridional provincia indonesia de Aceh y en el nordeste y el norte de Sri Lanka.
De todos modos, la UE trató de atender los factores políticos que dificultaron las gestiones de asistencia.
"Hemos estado muy activos en la búsqueda de una solución al conflicto en ambas áreas, y nuestra contribución a un acuerdo de paz en Aceh es un logro real. Sin una paz sustentable, las tareas de reconstrucción significativas serían imposibles", afirmó Ferrero-Waldner a la prensa.
En la conferencia de donantes celebrada en Yakarta en enero, la Comisión Europea y los países miembros de la UE se comprometieron en conjunto a aportar más de 2.300 millones de dólares a los países afectados por el tsunami.
Hasta ahora, la Comisión entregó alrededor de 80 por ciento de los 659,4 millones que le correspondían por ayuda humanitaria para los países afectados por el tsunami.
En total, 145,8 millones de dólares se entregaron para alimentos, instalación de refugios, servicios de salud, suministro de agua y saneamiento, así como para la reparación de enseres de pesca y de botes, herramientas con las que millones de afectados se ganan el sustento diario.
La UE también asignó 112,6 millones de dólares a rehabilitar servicios comunitarios y reparar la infraestructura económica.
El bloque, además, trabaja en conjunto con la ONU para desarrollar un sistema mundial de alerta y coordinación temprana de desastres con miras a futuras catástrofes. El nuevo mecanismo puede transmitir un alerta a los servicios de emergencia con 30 minutos de antelación, por correo electrónico o mensajería celular.
Pero algunos gobiernos asiáticos vincularon la entrega de dinero a los damnificados al desplazamiento de sus comunidades, alejándolas de sus tierras productivas y sus medios de vida, y la UE ha respaldado algunos de esos proyectos, afirmó la organización humanitaria ActionAid.
"Los donantes han comprometido poco dinero a la construcción de infraestructura, lo que tendría el potencial de beneficiar directamente a los pobres al generarles oportunidades para ganarse el sustento", sostuvo ActionAid este jueves.
Para esta organización no gubernamental con sede en Londres, el mayor desafío tras el tsunami es lograr una recuperación para el largo plazo de las regiones afectadas.
Los programas de asistencia apoyados por el Banco Mundial y su filial regional, el Banco Asiático de Desarrollo, así como por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) no lograron minimizar el efecto de las "inequidades preexistentes" derivadas de las castas, el género, la raza, la nacionalidad y los conflictos armados.
Como consecuencia, advirtió Action Aid, la discriminación y la exclusión podrían convertirse en "una norma" del proceso de recuperación.