SALUD: EEUU sin voto en conferencia antitabaco

Al no ratificar a tiempo el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, Estados Unidos se quedó sin derecho a voto en la primera conferencia de las partes, que se celebrará en febrero en Ginebra.

Para participar con pleno derecho en las deliberaciones en torno del primer tratado mundial en materia de salud de la historia humana, vigente desde febrero, los países debían formalizar la ratificación antes del martes en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.

Las últimas 12 ratificaciones fueron las de Barbados, Benin, Brasil, Bulgaria, Emiratos Árabes Unidos, Irlanda, Namibia, Pakistán, Portugal, República Centroafricana, Samoa y Santa Lucía.

El tratado restringe la publicidad y promoción de productos de tabaco, así como el patrocinio de actividades por parte de las tabacaleras.

También obliga a los países a proteger sus políticas de salud pública de la interferencia de la industria tabacalera, y alienta a establecer mecanismos de cooperación internacional para llamar a esas empresas a la responsabilidad por el daño que eventualmente causen.
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El tratado, vigente desde el 27 de febrero, ya fue ratificado por 119 países, entre ellos algunos que albergan grandes poblaciones de fumadores, como Brasil, China, India y Sudáfrica.

Estados Unidos es uno de los 168 países firmantes del convenio que no lo ratificaron. El gobierno de George W. Bush, que lo firmó en 2004, aún no lo elevó al Comité de Relaciones Exteriores del Senado, primer paso hacia la ratificación.

Washington es objeto de grandes críticas de organizaciones de la sociedad civil preocupadas por la salud, que acusan a la industria tabacalera de presionar al gobierno y a los legisladores para retrasar la vigencia del tratado internacional en el país.

"Tabacaleras estadounidenses, en particular Philip Morris/Altria, donaron millones de dólares a campañas políticas", dijo a IPS Chris Bostic, abogado de la Alianza por el Convenio Marco para el Control del Tabaco, una red que reúne a más de 200 organizaciones en 80 países.

"La mayoría del dinero se dirige al Partido Republicano, que controla la presidencia y el Senado. El gobierno de Bush es muy afín al empresariado en general, y aprecia el convenio en términos de dinero, no de salud", calculó Bostic.

Según la American Lung Association, organización estadounidense que lucha contra las enfermedades pulmonares, casi 6.000 niños de este país prueban cigarrillos cada día. Dos mil entre ellos se volverán fumadores regulares. Hoy, unos 4,5 millones de adolescentes país fuman.

Estados Unidos es también el principal exportador mundial de productos de tabaco.

Aunque Washington no participe oficialmente en la primera conferencia de las partes del Convenio, Bostic pronosticó que intentará influir sobre su resultado.

"Gran parte de la diplomacia se procesa en los pasillos y en reuniones informales, por lo que Estados Unidos tendrá influencia", auguró.

"Philip Morris/Altria y British American Tobacco (BAT) han tratado de descarrilar el proceso de ratificación del tratado en todos los continentes", sostuvo, por su parte, Kathryn Mulvey, directora ejecutiva de organización Corporate Accountability International.

"Philip Morris/Altria presionó a los legisladores de Guatemala para que creen obstáculos a la implementación del convenio. En Nigeria, BAT ofreció premios dotados con dinero en efectivo a periodistas que escribieran informes favorables al tabaco", dijo Mulvey a IPS.

En cambio, Tailandia prohibió en 1992 la publicidad del tabaco y la adicción cayó más de 20 por ciento para 2001, a pesar de las presiones de Philip Morris/Altria, BAT, Japan Tobacco International y fabricantes nacionales, que amenazaron incluso con querellar al Ministerio de Salud Pública.

El consumo de tabaco es una preocupación sanitaria creciente. Las muertes por esa causa suman unos cinco millones al año. La OMS (Organización Mundial de la Salud) calculó que los costos de este vicio son devastadores.

"Además de los altos costos en salud pública por el tratamiento de enfermedades originadas por el tabaco, el hábito mata a la gente en su edad más productiva, lo que priva a las familias de proveedores y a las naciones de fuerza de trabajo saludable", declaró la OMS.

"Los fumadores también son menos productivos cuando están vivos, a causa de sus enfermedades", agregó la agencia.

Los pobres son los que más gastan en tabaco. La OMS calculó que muchas familias del Sur en desarrollo asignan hasta 10 por ciento de sus ingresos a la compra de estos productos.

"Obviamente, una familia pobre en un país en desarrollo que compra cigarrillos no puede usar ese dinero en comida, vivienda o cuidado de la salud", consideró Bostic.

"Si la tendencia se mantiene, los países en desarrollo concentrarán 70 por ciento de la epidemia de tabaco para 2030. Las corporaciones tabacaleras apuntan contra esas naciones para expandirse", alertó Mulvey.

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