El condón que impide la transmisión del virus del sida y evita el embarazo no deseado es uno solo. Pero la división entre activistas contra el sida y promotores de la planificación familiar parece sugerir lo contrario.
Demasiado a menudo, unos persiguen sus objetivos aisladamente de los otros, lo que enlentece en Asia los avances en materia de salud reproductiva y posibilita la propagación del sida, advirtieron expertos en una reunión que concluyó este lunes en Kuala Lumpur.
"Muchos en el campo de la planificación familiar ven al sida como una enfermedad que se transmite entre personas de mala reputación", dijo Steve Sinding, director general de la Federación Internacional de Planificación de la Familia, con sede en Londres.
Sinding recordó que un funcionario de la estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional intentó en los años 80 separar los condones para la planificación familiar de los utilizados para la prevención del virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida), como si fueran distintos.
Más recientemente, el programa nacional de la familia de Indonesia empaquetó los preservativos de modo diferente según el propósito que tuvieran, dijo la antropóloga Rosalía Sciortino, directora de la oficina para Asia sudoriental de la Fundación Rockefeller en Bangkok.
El paquete azul se usó para los condones destinados a la población general. El rojo —un color cargado de significado en el país por su asociación con el comunismo— fue empleado para los condones distribuidos para prevenir el sida.
Además, aumentó la "tensión" entre organizaciones no gubernamentales, dijo Sciortino ante la Tercera Conferencia Asia-Pacífico sobre Salud Reproductiva y Sexual celebrada en Kuala Lumpur.
A veces se veía a la planificación familiar como "buena" y a las cuestiones vinculadas con el sida como "malos", explicó.
Sinding dijo que la brecha entre las organizaciones que luchan contra el sida y las que trabajan en el área de la salud reproductiva se profundizó por la creación, en 2002, del Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas.
Esto envió señales de que los donantes querían que el VIH/sida fuera tratado como una "enfermedad comunicable" más que "de transmisión sexual". "En ese sentido, la comunidad de donantes es culpable", resaltó.
El auge de las fuerzas conservadoras en Estados Unidos fue acusado de impedir una mayor integración entre las iniciativas del VIH/sida y las de la planificación familiar. Funcionarios de ese país se centraron en la abstinencia más que en el sexo seguro en la batalla por contener el VIH.
"Este rol del Tío Sam en la financiación internacional de la lucha contra el sida hizo extraordinariamente difícil que las instituciones de salud reproductiva y sexual se involucraran" en las campañas contra el VIH, dijo Sinding.
Los expertos afirman que la reducción de las divisiones artificiales entre el sida y la planificación familiar promete beneficios en varios frentes.
Habilitar a las clínicas de planificación familiar o de asesoramiento psicológico a hacer exámenes para detectar el VIH podría alentar a más personas a averiguar su condición. Hoy persiste el estigma asociado al hecho de someterse al análisis.
Los servicios de anticoncepción podrían volverse más abarcadores si abordaran preocupaciones relativas a la transmisión del VIH de madre a hijo. Del mismo modo, "¿cómo se promueve el uso del condón sin discutir la violencia de género (y) la planificación familiar"?, preguntó Sciortino.
Estas palabras fueron repetidas por Thoraya Ahmed Obaid, directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNPFA). "Es hora de integrar la salud reproductiva y los derechos en todos los planes nacionales de sida", dijo ante la conferencia.
"Es hora de incluir la prevención del VIH en los programas de salud reproductiva, incluyendo la planificación familiar y los servicios prenatales. Esto ahorrará dinero y, lo que es más importante, salvará vidas", agregó.
Para la integración en Asia, dijo Sinding, los gobiernos deberían "resistir la tendencia de separar los sistemas de entrega de fondos y las líneas de presupuesto para el VIH/sida por un lado, y la salud sexual y reproductiva por el otro", dado que el sexo tendió a volverse el medio dominante de transmisión a medida que la pandemia del sida se expandía.
En África, más de 75 por ciento de las nuevas infecciones se produjeron por transmisión sexual. A menos que los países asiáticos se protejan de "la artificial separación del sida del resto de la salud reproductiva y sexual, lo mismo podría ocurrir aquí", observó Sinding.
Ya hay más de ocho millones de personas que viven con VIH/sida en la región.
Tanto Obaid como Sinding se centraron en la inclusión de la salud reproductiva en un documento emitido por la cumbre de la ONU realizada del 14 al 16 de septiembre en Nueva York, donde se evaluó el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio.
Los Objetivos incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre (en relación a 1990), así como lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la mortalidad materna en tres cuartos, combatir la expansión del VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el norte y el sur.
"Ahora necesitamos utilizar esta oportunidad para acelerar la acción", dijo Obaid. ***** +Tercera Conferencia Asia-Pacífico sobre Salud Reproductiva y Sexual, en inglés (http://www.3apcrsh.org/) +Federación Internacional de Planificación de la Familia, en inglés (http://www.ippf.org/) +Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (http://www.theglobalfund.org/es/) +Fondo de Población de las Naciones Unidas (http://www.unfpa.org/sitemap/sitemap-esp.htm)
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