PERIODISMO-AFGANISTÁN: Mucho más que burkas y bombas

Una alianza entre cuatro organizaciones de medios de comunicación y la agencia internacional IPS lanzó un proyecto para mejorar la cobertura y distribución local y mundial de noticias de Afganistán, desde la perspectiva del desarrollo del país.

Además, según se informó el jueves en Bruselas en la presentación de la iniciativa, se celebrará en Kabul en septiembre próximo una conferencia internacional en que participarán 200 periodistas.

"Les daremos entrenamiento específico en asuntos como género, salud o procesos de desarrollo económico en profundidad", dijo el coordinador del proyecto, Ricardo Grassi.

La mayoría de las noticias sobre Afganistán se refieren hoy a enfrentamientos armados entre soldados extranjeros e insurgentes afganos, o con los esfuerzos por la reconstrucción financiados por grandes donantes.

Los medios de comunicación de Afganistán no escapan a esa tendencia.

Pero el proyecto permitirá a los periodistas afganos cubrir otros asuntos importantes para el país, sostuvo Grassi.

El proyecto, financiado por la Comisión Europea, es conducido por The Killid Group (TKG), el principal grupo de medios de comunicación independiente de Afganistán, e involucra a la agencia de noticias afgana Pajhwok y a las organizaciones de profesionalización periodística Centro para el Periodismo Internacional (CIJ) y Sayara.

Sayara brindará cursos a estudiantes y profesores de periodismo en cinco de las seis universidades de Afganistán.

El proyecto apuntará también a los responsables de los medios independientes. "Cientos se beneficiarán. Nuestro enfoque regional es un gran impulso para las organizaciones de prensa y la profesionalización periodística fuera de Kabul", sostuvo.

"Esta cooperación es extremadamente importante para el futuro de los medios afganos", dijo Farida Nekzad, jefa de edición de la agencia Pajhwok.

En los últimos tres años, hubo un "extraordinario desarrollo" de los medios de prensa independientes, pero el sector aún es frágil y sufre escasez de periodistas calificados, debilidad en la administración e inestabilidad financiera.

Respaldar a la prensa afgana es vital para el desarrollo de un país que se recupera lentamente luego de años de guerra civil y del régimen de Talibán.

"¿Cómo verá el mundo a Afganistán? ¿Sólo como un país en guerra, o también como un país cuya gente tiene sueños y los cumple? Ése es el desafío que afronta IPS al participar en este proyecto", dijo el director general de IPS, Mario Lubetkin, en la conferencia de prensa en Bruselas.

"Los buenos medios son esenciales para avanzar en el proceso democrático", dijo Grassi. "Afganistán aún no se desembarazó de su estilo soviético de comunicación. Hay planes para reorganizar la televisión y la agencia de noticias estatales, pero ése es un proceso muy lento."

Afganistán cuenta con cinco diarios gubernamentales. Apenas uno es privado.

Pero surgen medios independientes. Dos de los principales, la agencia Pajhwok y The Killid Group, que cuenta con dos semanarios, varias estaciones de radio y una agencia de distribución de medios, participan en el proyecto.

"Todos estos medios dependen del financiamiento de una u otra agencia de desarrollo", explicó Grassi. Aún no existe un mercado publicitario que les permita la autosuficiencia.

El proyecto respaldado por IPS se dedicará principalmente al entrenamiento en los lugares de trabajo. Los programas de radio y artículos que surjan se utilizarán en Afganistán, y algunos artículos se distribuirán a través del servicio noticioso internacional de IPS.

Dos de los mayores problemas con que se enfrentan los periodistas en Afganistán son la intimidación y la violencia, sostuvo Grassi. Las periodistas se las ven con grandes dificultades. "En la provincia de Kandahar, en el sur, o en el este del país, es muy difícil que las mujeres viajen e investiguen una noticia", dijo.

Pero las cosas están cambiando. "En las oficinas de Pajhwok en Kabul, casi la mitad de los periodistas son mujeres", indicó Grassi.

Otro problema con el que deben lidiar los periodistas afganos es el analfabetismo. "Ochenta por ciento de los hombres y 92 por ciento de las mujeres no pueden leer o escribir", pero la lectura se ha convertido en un acontecimiento colectivo en Afganistán, señaló Grassi.

"Una persona compra una revista y la lee en voz alta a otros 15. Y entonces todos reaccionan", explicó.

El proyecto apelará a este hábito de lectura. Los artículos se enviarán a grupos de lectura en el interior del país, y los programas de radio que se produzcan se emplearán para apoyar acontecimientos comunitarios. (

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