El presidente de Kenia, Mwai Kibaki, destituyó a su gabinete y pospuso la reapertura de parlamento, luego del referéndum del lunes en el que la ciudadanía rechazó su proyecto de reforma constitucional, que le concedía más poderes.
"Tras los resultados del referéndum, es necesario que, como presidente de la República, reorganice mi gobierno para hacerlo más unido y más eficaz en el servicio al pueblo de Kenia", señaló Kibaki en un discurso televisado el miércoles.
Fue la primera vez en 42 años de independencia keniata que un gabinete entero es destituido.
Kibaki tomó la decisión en el marco de conflictivas relaciones con algunos de sus ministros, que integran la gobernante Coalición Nacional del Arco Iris.
Siete ministros del Partido Democrático Liberal (LDP por sus siglas en inglés) se opusieron vehementemente al proyecto de reforma constitucional, e incluso unieron fuerzas con la opositora Unión Nacional Africana de Kenia (KANU).
[related_articles]
Críticos de la reforma señalaban que concedía demasiada autoridad al presidente, cuando la mayoría de los keniatas, según una encuesta de la Comisión para la Revisión de la Constitución, prefieren reducir los poderes presidenciales.
Al parecer, la mayoría de la población teme abusos de autoridad como los cometidos por los ex mandatarios Jomo Kenyatta (1964-1978) y Daniel Arap Moi (1978-2002).
Un borrador previo del proyecto de reforma proponía crear la figura del primer ministro compartiendo la autoridad ejecutiva con el presidente. Sin embargo, legisladores del Partido Alianza Nacional, de Kibaki, lograron cambiar el texto y preservar los fuertes poderes presidenciales.
La nueva versión también incluyó el cargo de primer ministro, pero designado directamente por el presidente y con poderes muy reducidos.
El nuevo texto iba contra el espíritu de un acuerdo entre Kibaki y el líder del LDP y ministro de Carreteras y Obras Públicas, Raila Odinga, a quien se le había prometido el puesto de primer ministro a cambio de su adhesión a la Coalición en las elecciones de 2002, en las que triunfó.
Los que apoyaban la reforma constitucional aseguraban que contenía suficientes salvaguardas para impedir abusos presidenciales.
Pero el lunes, 57 por ciento de los votantes rechazaron la carta, según la Comisión Electoral, por lo que Kenia seguirá siendo regida bajo la Constitución vigente desde la independencia de Gran Bretaña, en 1963.
"Los resultados del referéndum son un reflejo del grado de confianza de la población en el gobierno del presidente Kibaki", dijo a IPS el analista político Mutahi Ngunyi.
El mandatario "está sufriendo una crisis de legitimidad. Él pudo haber remodelado el gabinete, pero decidió disolverlo y traer un nuevo equipo que ayude a restaurar la confianza del pueblo", añadió.
Kibaki había prometido combatir la corrupción, pero su propia administración estuvo en el ojo de la tormenta por irregularidades.
El activista Cyprian Nyamwamu señaló que la decisión de Kibaki tiene el objetivo de distraer la atención pública y evitar nuevos intentos de reformar la Constitución.
"El presidente actúa deliberadamente para sacar esto del camino", dijo a IPS.
Nyamwamu pertenece al Movimiento Amarillo, una asociación de organizaciones de la sociedad civil que promueven una serie de cambios en el texto fundamental. El grupo anunció el miércoles que iniciaría discusiones la próxima semana para promover reformas en la carta magna.
El parlamento, que tenía previsto reanudar sus tareas el 29 de este mes tras el receso por el referéndum, volverá a sus funciones en marzo de 2006, según la disposición de Kibaki.
Sin embargo, la oposición pidió la disolución del parlamento y la realización de elecciones anticipadas.
"Más que el gabinete, es el parlamento el que jugó un papel central en la traición a la constitución del pueblo", dijo el secretario general de la KANU, William Ruto.
