Fuentes iraquíes detallaron a militares estadounidenses y a organizaciones de la sociedad civil el fraude electoral que habrían perpetrado dirigentes kurdos en la provincia sunita de Nínive, clave para aprobar la nueva Constitución.
Los informes indican que dirigentes del Partido Democrático de Kurdistán (PDK) trasladaron en autobús a numerosos kurdos no residentes en Nínive para que votaran en esa provincia y crearan un clima intimidante para la mayoría sunita.
Estas versiones también respaldan las denuncias sunitas según las cuales el total de votantes en Nínive publicado por las autoridades electorales fue mucho mayor al real.
La Constitución iraquí fue formalmente aprobada el 25 de octubre, luego de que la Comisión Electoral Independiente certificó los resultados electorales en Nínive.
Cincuenta y cinco por ciento de los votantes de esta provincia rechazaron la carta política, menos de los dos tercios en al menos tres de las 18 provincias iraquíes, una de las posibilidades previstas para que la iniciativa fuera desechada.
Los testimonios recogidos por militares estadounidenses entre el 15, fecha de las elecciones, y el 19 de octubre fueron puestos a disponibilidad de IPS a condición de que no se citara directamente a los uniformados involucrados ni a sus unidades.
En cuanto a los testimonios en primera persona recogidos por organizaciones no gubernamentales en Nínive, fueron obtenidos y traducidos por Michael Youash, director ejecutivo del Proyecto Democracia Sustentable de Iraq, con sede en Washington.
Tampoco figuran en ese documento suministrado a IPS los nombres de las organizaciones, por temor a represalias.
Ninguna de las fuentes de los informes castrenses son sunitas, sino kurdas o cristianas asirias. Se trata de colaboradores de militares estadounidenses en sus localidades, y, en general, favorables a la Constitución recién aprobada.
Por lo tanto, representan la posición de quienes tienen en Nínive menos motivaciones políticas para formular acusaciones de fraude.
Tres cuartas partes de los 24 millones de iraquíes son árabes, 20 por ciento kurdos y el resto pertenecen a pequeñas minorías étnicas. El Islam es la religión mayoritaria.
Sesenta y dos por ciento de los habitantes, concentrados en el sur del territorio, profesan el Islam chiita, y 35 por ciento el sunita, predominante en el mundo árabe y en el régimen de Saddam Hussein, depuesto en 2003.
En Nínive viven 1,7 millones de árabes sunitas, 200.000 kurdos y entre 500.000 y 600.000 cristianos asirios, shabakos, yezidis y turcomanos. Estas minorías no árabes ni kurdas, con capacidad de inclinar la balanza en uno u otro sentido, se oponen mayoritariamente al proyecto.
Pero el control de los poblados no kurdos está en manos de PDK, a través de milicias y funcionarios de inteligencia. Muchos temen que la constitución legitime una vieja pretensión kurda: que Kurdistán absorba las áreas de Nínive de mayoría kurda, y aun otras en que son minoría.
Entre los informes militares figura uno sobre la votación en Mosul, la capital de Nínive, por una fuente cristiana asiria, quien aseguró que la participación de kurdos en el referéndum fue desusada para el pequeño porcentaje de la población de la ciudad que representan.
En Mosul viven cerca de dos tercios de la población de la provincia.
Esta versión contradice dos explicaciones muy repetidas en las últimas semanas sobre cómo se sobrepuso la Constitución en Nínive: que los sunitas en Mosul estaban divididos en torno del asunto que los convocaba a las urnas y que los kurdos representan gran parte de la población de la ciudad.
Las cifras oficiales finales indican que 395.000 ciudadanos de Nínive votaron por el "no" y 323.000, por el "sí".
Pero la Comisión Electoral Independiente había informado uno y dos días después del referéndum que la votación fue de 327.000 por el "sí" y apenas 90.000 por el "no". Entonces, quedaban por escrutar apenas 25 de los 300 circuitos electorales de la provincia.
Por lo tanto, entre las cifras del 17 y las del 29 de octubre, desaparecieron misteriosamente 5.000 votos por el "sí" y se materializaron 295.000 votos por el "no", todo eso en 25 mesas receptoras de sufragio.
Las autoridades electorales no brindaron ninguna explicación acerca de esos datos contradictorios. Los informantes de los militares estadounidenses consideraron que la contabilización de los votos sunitas y kurdos en Mosul sufrieron en ese periodo significativas alteraciones.
En los poblados al norte y al este de Mosul, las fuentes del informe militar sugirieron que los principales factores de distorsión de la voluntad popular fueron participación de votantes ajenos a la provincia, transportados por dirigentes kurdos, y la intimidación.
Dos diferentes colaboradores iraquíes de las fuerzas estadounidenses, entre ellos uno identificado como dirigente político local y simpatizante de la ocupación, aseguraron que el PDK trasladó a 500 kurdos no residentes en Nínive en una caravana de autobuses para que votaran en el poblado de Bartilla, al este de Mosul.
Según uno de esos relatos, funcionarios electorales en el circuito de recepción de votos fueron obligados por un nutrido grupo de milicianos kurdos a admitir el sufragio de esos ciudadanos.
El vicegobernador de Nínive, Khaso Goran, del PDK, dio personalmente la orden de permitir el voto de ese medio millar de personas, a lo que el alcalde de Bartilla se resistía, según el segundo de esos informes.
Esa fuente sugirió, además, que ese partido planeaba trasladar a esos 500 ciudadanos a votar en otros poblados de Nínive. Los alcaldes no kurdos de la provincia carecen de fuerzas de seguridad propias, lo cual limitaba su capacidad para negarse a esa maniobra, agregó.
Por otra parte, los informes recogidos por organizaciones no gubernamentales indican que gran cantidad de kurdos fueron conducidos en más de 20 autobuses a votar en el poblado sunita de Alqosh, al norte de Mosul, en la noche del 14 de octubre y en la mañana del día 15.
Un colaborador local de las fuerzas estadounidenses que obtuvo información sobre la votación en los poblados al norte y el este de Mosul indicó que en Alqosh hubo 950 votos por el "sí" y 100 por el "no". Al parecer, los votantes kurdos "importados" fueron la mayoría.
Los resultados sugieren, además, que casi toda la población se mantuvo al margen del referéndum, sea por temor, sea por protesta contra el fraude.
La misma fuente de los militares indicó que de los 1.220 votos registrados en el poblado de Telaskof, 90 por ciento fueron para el "sí", aun a pesar de que la mayoría de los residentes no estaban de acuerdo con la constitución. La mayoría boicotearon el referéndum.
En Telkaif, hubo 70 por ciento de votos por el "sí", según el informante local de los militares, pero un poblador indicó a las organizaciones no gubernamentales que los circuitos de votación estaban dotados únicamente de funcionarios pertenecientes al PDK.
En las mesas de votación de toda la llanura de Nínive, ese partido desplegó una nutrida presencia de seguridad.
En el poblado de Sheikhan, según el informe de las organizaciones no gubernamentales, el PDK asignó la tarea de fiscalización electoral a funcionarios que lucían una insignia que los identificaba como miembros del "Comité de Seguridad del Distrito de Sheikhan".
En el predominantemente asirio poblado de Qaraqosh, con una minoría kurda de uno por ciento de la población, a pesar de lo cual el voto por el "sí" ganó por un margen de seis a uno, según un informante de las fuerzas estadounidenses, que atribuyó la ventaja a la presencia de milicias kurdas en el lugar.
Dirigentes políticos kurdos no ocultan su intención de anexar Qaraqosh y sus alrededores a Kurdistán, a pesar de que allí viven pocos kurdos. El líder local del PDK confía en que el área se convierta en territorio kurdo cuando ésta "se normalice", según declaró al diario The Washington Post.
En el mismo reportaje, se informó que milicias kurdas suelen golpear a cualquiera que manifieste resistencia a ese plan, y que varias personas han sido arrestadas y derivadas a prisiones en Kurdistán por actividades que incluyen "escribir contra los kurdos en Internet".
Tanto los informantes de los militares estadounidenses como los de las organizaciones no gubernamentales indicaron que kurdos diseminaron el rumor de que quienes no votaran por el "sí" en Nínive perderían sus tarjetas de racionamiento, y muchos decidieron así su voto afirmativo.
Estos informes respaldan las versiones sobre generalizados fraudes en Nínive y la visión oficial del referéndum como un paso adelante hacia la legitimidad política iraquí y el desarrollo democrático.
*Gareth Porter is an independent historian and foreign policy analyst. He is the author of "The Third Option in Iraq: A Responsible Exit Strategy" in the Fall issue of Middle East Policy.
(*) Gareth Porter es historiador y experto en políticas de seguridad nacional de Estados Unidos. "Peligro de dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam", su último libro, fue publicado en junio. ***** + Proyecto Democracia Sustentable de Iraq, en inglés (http://www.aas.net/isdp/) +Prematuro entusiasmo sunita (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=35636) +Triunfo del "sí" no es tan claro como lo pintan (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=35525) +Travesuras electorales en Nínive (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=35299) (FIN/IPS/traen-mj/gp/ks/ip hd ik/05)