El gobierno cubano puso en práctica más medidas económicas para desalentar el elevado consumo energético de algunos sectores de la población y, al mismo tiempo, contrarrestar las crecientes desigualdades sociales.
El aumento de las tarifas eléctricas (en este país que vive de apagón en apagón) para aquellos núcleos familiares que consumen más de 100 kilovatios por hora fue anunciada este miércoles junto a un nuevo aumento de salarios y de los montos de pensiones y asistencia brindadas por la seguridad social.
"Es evidente en nuestro país la despreocupación de la ciudadanía en cuanto al gasto de electricidad dado los ínfimos precios de la misma", sostiene un decreto firmado el martes por el presidente Fidel Castro.
El aumento del precio de la electricidad, el primero desde inicios de la pasada década, fue justificado por el gobierno ante el alza de los precios del petróleo en el mercado mundial y el agotamiento de las fuentes de energía.
Asimismo, el decreto apunta a la necesidad de aumentar los ingresos de las personas que viven de su pensión o salario y critica a quienes obtienen "grandes ingresos monetarios" por diversas formas de "enriquecimiento ilícito".
Se pretende "alentar el bajo consumo eléctrico de los que ahorran y desalentar el exceso de consumo de los que despilfarran, sea cual fuere su status económico y social", afirma el decreto publicado por el diario oficial Granma.
Esta es la primera medida tras el inicio de una nueva campaña contra la corrupción, el desvío de recursos del Estado y otros delitos, anunciada por Castro el 17 de este mes, como una batalla "sin tregua" para salvar el régimen socialista en Cuba.
En la práctica, se mantiene el precio de nueve centavos de peso cubano (menos de un centavo de dólar) por kilovatio/hora hasta los cien primeros kilovatios consumidos, y a partir de allí aumentan las tarifas proporcionalmente en dependencia del gasto adicional.
El salario medio ronda los 300 pesos (unos 15 dólares). Debido a la complicada política monetaria de La Habana, destinada a restringir la circulación interna de dólares, el peso cubano convertible (CUC) equivale a 25 pesos cubanos o a 80 centavos de dólar.
Las familias que consumen hasta 150 kilovatios y que pagaban 20 centavos por cada kilovatio adicional, ahora deberán pagar 30 centavos. Las que consumen más de 300, pasarán de una tarifa de 30 centavos a 1,30 pesos.
Así, los mayores aumentos afectarán en primer lugar a un grupo minoritario de negocios privados, como los restaurantes familiares, entre otros sectores de la población que las autoridades han comenzado a catalogar como "nuevos ricos".
Pero al mismo tiempo, la electricidad más cara afectará a una cantidad importante de familias de tres o cuatro personas, cuyos ingresos mensuales rondan los 700 pesos (35 dólares), monto que apenas alcanza para satisfacer las necesidades básicas.
"Mis padres pagaban 39 pesos y ahora pagarán 99. Ellos son jubilados y viven con mi hermano que es estudiante universitario y no gana un centavo. Yo tengo mi propia familia y no los puedo ayudar", dijo a IPS Iván Rodríguez, de 28 años y técnico en computación.
Rodríguez reconoce la decisión del gobierno de aumentar por segunda vez en un año las pensiones de los jubilados, pero las considera insuficientes. "La vida está muy cara", afirmó.
En un intento por mejorar la situación de los grupos más vulnerables, el gobierno anunció este miércoles un aumento de las pensiones mínimas de 150 a 164 pesos, abarcando a 762.433 personas a partir de diciembre.
También se decidió elevar los montos de las pensiones de 443.837 personas, que pasarán de 190 a 202 pesos, y aumentar en 10 pesos todas las modalidades de la asistencia social.
El gobierno dispuso asimismo elevar la escala salarial de acuerdo a la complejidad del trabajo para "todos los trabajadores que les corresponda", continuando un proceso que se inició en julio en los sectores de la educación y la salud.
Según el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, los aumentos de salarios, pensiones y prestaciones aprobados durante este año abarcaron a 5,1 millones de personas.
Los aumentos implican una erogación anual extraordinaria del Estado de 222 millones de pesos (11 millones de dólares).
La "información a la población" publicada en Granma asegura que los aumentos se planificaron en un contexto de "una moneda nacional revalorizada, de mayor poder adquisitivo y sin modificarse la relación entre el peso y el peso convertible".
El texto no hace referencia a insistentes rumores sobre una posible nueva suba de la tasa de cambio del CUC frente al dólar estadounidense, medida que afectaría a muchas familias que viven de remesas enviadas por sus parientes desde el exterior.
En Cuba, la población necesita del CUC para adquirir un grupo de productos de primera necesidad que sólo se venden en esa moneda, como alimentos, artículos de aseo, ropa y calzado.