DERECHOS HUMANOS-FRANCIA: Limpieza de inmigrantes

– Los violentos enfrentamientos entre jóvenes inmigrantes y policías en Francia desataron una también violenta guerra de palabras dentro del gobierno, la cual dejó en tela de juicio el respeto de este país a sus ideales en materia de derechos humanos.

La semana pasada, pandillas de jóvenes inmigrantes y descendientes de inmigrantes incendiaron cerca de 50 automóviles y a más de un centenar de comercios y espacios públicos en áreas periféricas del noreste de París.

La policía respondió con granadas de gas contra una mezquita del distrito de Clichy-sous-Bois, una de estas zonas, a 30 kilómetros de la capital.

El incidente que provocó la violencia generalizada fue la muerte el 27 de octubre de tres adolescentes, electrocutados en una planta de alto voltaje donde se ocultaban al escapar de la policía.

El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, dijo en primera instancia que los jóvenes habían sido sorprendidos robando. Pero un portavoz del Departamento de Justicia lo desacreditó: "Al parecer, simplemente se asustaron y salieron corriendo pensando que los perseguía la policía, lo cual no era cierto", dijo.
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Cientos de residentes en Clichy-sous-Bois participaron de una manifestación de protesta. Más tarde, pandillas de jóvenes furiosos quemaron automóviles, comercios y hasta una escuela. También atacaron a la policía con piedras y, en algunos casos, con armas de fuego.

La situación se agravó cuando Sarkozy se refirió a los jóvenes violentos de los barrios pobres de la periferia de París —habitados en su mayoría por familias de inmigrantes— con el término "recaille", que significa mugre, escombro o escoria humana.

El ministro del Interior manifestó luego que se disponía a "limpiar" estos barrios con una "Kaercher", máquina de limpieza por alta presión que se utiliza principalmente en la industria.

Las palabras escogidas por el ministro motivaron una inmediata protesta de organizaciones de derechos humanos y antirracistas, y dio lugar a discusiones políticas, incluso dentro del propio gobierno.

El viceministro para la Promoción de la Igualdad de Oportunidades, Azouz Begag, dijo que Sarkozy usó un lenguaje "insultante" y "belicoso" para referirse a problemas sociales y de seguridad que suelen asociados a los inmigrantes pobres de Francia.

"Estos dichos son una provocación", dijo Begag, único miembro del gobierno perteneciente a una familia de inmigrantes. Si bien nació en Lyon, Begag es de ascendencia argelina.

El viceministro también cuestionó los métodos utilizados por Sarkozy para lidiar con la situación social y el clima explosivo que presentan las áreas con bajos ingresos. "Tenemos que dejar de ir a estas zonas pobres rodeados de periodistas y cámaras de televisión", agregó.

"Debemos tomarnos tiempo para escuchar con paciencia las necesidades y reclamos de la gente, que tiene razones muy concretas para sentirse discriminada", advirtió Begag.

Los barrios pobres en la periferia de las grandes ciudades sufren un deterioro social extremo, según un informe publicado por el parlamento. El desempleo y la pobreza en esas áreas duplican el promedio nacional, y el acceso a los servicios de salud es muy limitado, según el estudio.

Organizaciones que luchan contra la discriminación racial, como SOS Racismo, demostraron que las solicitudes de empleo de residentes en esos barrios son sistemáticamente rechazadas por los patronos.

La violencia que supone este rechazo sistemático, lo mismo que el desempleo, la pobreza y el sentimiento de exclusión, son algunos de los factores que alientan los delitos menores y los enfrentamientos entre pandillas.

Sarkozy, que aspira a la conquistar la presidencia en las elecciones de 2007, ubicó el control de la inmigración y la batalla contra los delitos menores en el centro de su campaña electoral, con el objetivo, para muchos, de conquistar a la extrema derecha.

El periódico Le Journal du Dimanche, que apoya al gobierno conservador de Jacques Chirac, condenó las expresiones del ministro del Interior, a las que calificó de "retórica propia de extremistas de derecha".

El ex primer ministro socialista Laurent Fabius dijo: "Con sus palabras y su conducta, Sarkozy genera un clima terrible en los barrios pobres del país."

El dirigente socialista Arnaud de Montebourg lo llamó "incompetente" y dijo que está utilizando el Ministerio del Interior para su campaña personal.

"De lo único que Sarkozy es capaz es de manipular indebidamente todos los problemas sociales de Francia a fin de promoverse a sí mismo", dijo de Montebourg a IPS.

Sarkozy, por su parte, contestó: "Yo hablo el lenguaje de la gente, las palabras que el pueblo francés sí entiende".

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