DDHH-IRAQ: Urge investigación internacional por torturas

La ONU demandó que tenga carácter internacional la urgente investigación que se anuncia sobre las condiciones en que se encuentran los detenidos en Iraq, luego del descubrimiento el fin de semana pasado de una cárcel en Bagdad donde se torturaba a los presos.

La índole de la pesquisa reclamada por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, coincide con las exigencias de los dirigentes de la comunidad islámica sunita de Iraq.

La mayoría de las 173 personas encontradas en la prisión, instalada en el refugio antibombas de un edificio del Ministerio del Interior ubicado en el barrio Jadriyah de Bagdad, pertenecen a ese grupo religioso minoritario en el país.

Al referirse al anuncio del gobierno iraquí, controlado por la mayoría islámica chiíta, de que realizaría una investigación sobre la situación en las prisiones en el país, la funcionaria de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) hizo hincapié en la integración multinacional que debía tener el cuerpo investigador.

A la luz de la naturaleza aparentemente sistémica y de la magnitud del problema, y de la importancia de la confianza del público en cualquier investigación, "hago presión ante las autoridades para que consideren el establecimiento de una investigación internacional", dijo.
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La situación en Iraq despierta preocupación e interés enormes en el plano internacional, insistió Arbour.

El portavoz de la oficina de la Alta Comisionada, José Luis Díaz, señaló que una consulta de carácter internacional ayudaría a otorgarle un cariz de objetividad e imparcialidad a la investigación.

La integración de la comisión investigadora podría ser mixta, de integrantes nacionales y extranjeros, "pero lo más importante es que sea vista por la población iraquí como objetiva e imparcial", ratificó.

Luego del escándalo desatado por las denuncias sobre la prisión de Jadriyah, el gobierno iraquí aceptó realizar una investigación en todos los lugares de detención, estimados en por lo menos 1.100 en todo el país. Sin embargo, Bagdad no dio detalles de la identidad de los investigadores.

Estados Unidos, que invadió Iraq en marzo 2003, hizo saber que funcionarios de su Oficina Federal de Investigaciones (FBI), de su Departamento (ministerio) de Justicia, de su embajada en Bagdad y de sus fuerzas militares de ocupación ayudarían en la investigación.

Tropas estadounidenses fueron las que el pasado domingo irrumpieron en el refugio de Jadriyah y encontraron los detenidos, muchos de ellos muy jóvenes, con huellas de desnutrición y de torturas.

Sin embargo, el ministro iraquí de Interior, Bayan Jabr, sostuvo que eran "exagerados" los informes de las torturas en Jadriyah. A lo sumo siete detenidos presentaban signos de torturas, aseguró el funcionario.

El caso más notorio de torturas registrado en Iraq desde marzo de 2003, cuando comenzó la invasión, se denunció el año pasado y tuvo relación con los abusos perpetrados por uniformados estadounidenses contra detenidos iraquíes en la prisión de Abu Ghraib.

Fotografías de Abu Ghraib divulgadas en todo el mundo, tomadas por los mismos militares torturadores, mostraron prisioneros iraquíes desnudos y con huellas de heridas, mientras eran humillados por sonrientes soldados estadounidenses.

Los nuevos informes de torturas, esta vez atribuidos a fuerzas gubernamentales iraquíes, muestran problemas extendidos por todo el sistema de detención en el país, dijo la Alta Comisionada de la ONU.

La preocupación de Arbour fue compartida por el jurista español Fernando Mariño Menéndez, presidente del Comité contra la Tortura, el cuerpo de expertos independientes que supervisa la aplicación de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos y Penas Crueles, Inhumanas y Degradantes.

Cualquier prisión de éstas, secreta además, donde se practique tortura, es una gravísima violación de las normas, no ya de nuestra Convención, claro, sino de las normas generales del derecho internacional, dijo Mariño Menéndez a IPS.

El experto confió que la Alta Comisionada "no nos ha consultado sobre esto". De todos modos, desgraciadamente Iraq no es un país que haya aceptado nuestra Convención, no es parte del tratado.

En consecuencia, desde ese punto de vista formal, "no nos podemos dirigir a Iraq directamente". "Salvo que hubiera responsabilidades de terceros estados en esta situación, aunque aquí parece más bien una prisión controlada específicamente por el actual gobierno de Iraq", comentó Mariño.

Lo que podría hacer el comité, que sesiona actualmente en Ginebra, sería mostrar su preocupación en una declaración, que no tendría probablemente demasiada eficacia si no quizá para los medios de comunicación, estimó.

En cambio, "podría transmitir su preocupación a la Alta Comisionada pidiéndole, como órgano que somos del sistema de la ONU, que haga valer sus poderes y recabe los apoyos políticos necesarios para que los órganos políticos del foro mundial se pronuncien sobre la cuestión", apuntó.

Mariño Menéndez consideró innecesario repetir que la Convención y el derecho internacional son normas de la mayor importancia, imperativas, inderogables, que protegen derechos absolutos y que sus violaciones son crímenes internacionales, tanto de los individuos que los cometen como del propio gobierno que los tolera.

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