Los gobiernos del mundo dejaron de reñir por el control de Internet, al menos por ahora, pero ¿podrán esta semana las más de 10.000 personas reunidas en la cumbre de Túnez concentrarse en cómo crear una sociedad de la información sin exclusiones?
Ésa es, precisamente, la meta de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, cuya segunda fase se desarrolla en la capital de este país de África septentrional hasta este viernes. La primera fase se celebró en Ginebra en 2003.
La "brecha digital" —diferencia entre ricos y pobres en el goce de las tecnologías de la información y la telecomunicación— es un hecho de la realidad. En los ocho países más ricos del mundo hay casi tantos usuarios de Internet (429 millones) como en todo el resto del planeta (444 millones).
Representantes gubernamentales acordaron el martes de noche mantener el control de la tecnología que procesa Internet —el símbolo más potente de la era de la información— en manos de Estados Unidos, y continuar dialogando sobre la delegación de esa facultad a un foro internacional.
El diplomático estadounidense David Gross se manifestó "emocionado" por el acuerdo alcanzado a último minuto, luego de tres años de negociaciones.
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La transacción "refirma el rol de la tecnología en el mundo y preserva el papel único de Estados Unidos", dijo este miércoles Gross en conferencia de prensa, mientras transcurría la ceremonia de apertura de la Cumbre.
El secretario de Comercio adjunto de Estados Unidos, M. D. Gallaher, consideró que el acuerdo representa un voto de confianza por los "principios de mercado" y por el "libre flujo de información" que, según él, son los principios rectores de la sociedad de la información de su país.
Al aplicar "el uso de la tecnología para el desarrollo económico", el nuevo enfoque ayudará a achicar la brecha digital, agregó Gallaher.
En los próximos tres días de esta enorme conferencia, se realizarán numerosos seminarios y talleres organizados por organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus agencias.
También se prevé el lanzamiento de productos y servicios por parte de empresas privadas, que han desplegado sus últimos juguetes tecnológicos en brillantes pabellones.
Todas estas actividades tienen el objetivo de iniciar un proceso de achicamiento de la brecha digital con miras a 2015, fecha en que los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio establecen en que deberá reducirse la población pobre del mundo a la mitad.
La nube del conflicto por la gobernanza de Internet que sobrevolaba la Cumbre se ha diluido, pero persiste la de los obstáculos que ha impuesto el gobierno del presidente tunecino Zine el-Abidine a la participación de la sociedad civil en la conferencia y en reuniones fuera de la sede oficial.
Periodistas y activistas por la libertad de expresión están presos en este país desde hace varios años.
El día 10, menos de una semana antes del inicio de la Cumbre, organizaciones de la sociedad civil se enteraron de que el hotel contratado como sede de la paralela Cumbre Ciudadana había cancelado el compromiso.
Los responsables del hotel aseguraron que sus instalaciones debían ser repentinamente reparadas, pero los organizadores creen que se trata de la respuesta presiones del gobierno.
Los organizadores acordaron reunirse en el Instituto Goethe, en el centro de Túnez. Pero policías de civil les impidieron el ingreso a este centro cultural, dependiente de la cooperación alemana.
El bloqueo incluyó a periodistas. Un camarógrafo de la televisión belga dijo a IPS que le requisaron sus equipos mientras intentaba acercarse al Instituto Goethe y que se los devolvieron sin la cinta 15 minutos más tarde.
Entre aquellos a quienes se les impidió el ingreso al Instituto figuran el vicepresidente de la Liga Tunecina para la Defensa de los Derechos Humanos, Souhayr Belhassen, el dirigente del ilegal sindicato de periodistas de este país Mahmoud Dhaouadi y representantes de la organización internacional de derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
"Finalmente, algunos delegados se reunieron en un café cercano con un alto diplomático alemán y otro suizo. Pero todos ellos tuvieron que abandonar el café cuando el propietario les informó que la policía le ordenó echarlos, pues de lo contrario lo clausurarían", indicó HRW.
Paradójicamente, el presidente Ben Alí dijo en la ceremonia de apertura de la Cumbre este miércoles que Túnez está decidido a "proteger los derechos humanos y el pluralismo político" en "armonía con los principios fundamentales de la sociedad de la información".
La abogada de derechos humanos iraní y premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi pareció referirse, entre otros, al gobierno anfitrión en la ceremonia de apertura.
"Por desgracia, defensores de los derechos humanos, escritores y traductores son encarcelados en algunos países, por el único crimen de haber ejercido la libertad de expresión y de opinión", advirtió Ebadi.
"Sugiero que se instale un comité bajo la égida de la ONU para analizar el problema de la censura de sitios de Internet, y para impedir que los estados sacrifiquen el interés de su gente en el altar de su conveniencia política", agregó la abogada.