Los esposos Peter y Rosemary Grant, ambos de 69 años, han seguido los pasos de Charles Darwin en las islas Galápagos desde 1973. A través de metódicas mediciones de picos de los pinzones y del estudio de sus cantos a través de varias décadas, lograron documentar la velocidad con que se manifiesta la selección natural.
Su objeto de estudio fueron unas 25 generaciones de estas pequeñas aves (19.000 ejemplares), pertenecientes a 14 especies de la isla Dafne del archipiélago de Galápagos, situado a mil kilómetros de la costa continental de Ecuador, en el océano Pacífico.
"Demostramos tres cuestiones: La primera, el proceso de selección natural es más rápido de lo que creía Darwin. Descubrimos la cantidad de variaciones genéticas en la forma del pico y del cuerpo de las poblaciones naturales" de pinzones, dijo a Tierramérica Peter Grant (Gran Bretaña, 1936).
"En segundo lugar documentamos el mecanismo a través del cual las diversas poblaciones de pinzones pueden resultar aisladas en la reproducción y convertirse en nuevas especies, y, en tercero, que las 14 especies de Galápagos evolucionaron de un tronco común que llegó a las islas hace dos o tres millones de años", resumió Grant.
Por este trabajo de casi todas sus vidas, los Grant recibieron el 11 de noviembre en la ciudad suiza de Berna el Premio Balzan 2005 en el ámbito de biología de la población, que galardona la excelencia científica y su contribución al mundo.
"Los dos estudiosos aclararon el mecanismo a través del cual nacen nuevas especies y cómo la diversidad genética se mantiene en las poblaciones naturales. El trabajo de los Grant es el más significativo estudio sobre la evolución en las últimas décadas", dice la Fundación Internacional Balzan, entidad que entrega el galardón.
Ambos son biólogos y profesores de la estadounidense Universidad de Princeton, autores de varios libros, y protagonistas de otro "El pico del pinzón" que, escrito por Jonathan Weiner, ganó el Premio Pulitzer en 1994.
La investigación de los Grant, quienes también son fundadores de la Estación Científica Charles Darwin de Galápagos, demostró que las rápidas mutaciones en las dimensiones del cuerpo y del pico de los pinzones en respuesta a la disponibilidad de los alimentos están guiadas por la selección natural.
El concepto de selección natural —parte de la teoría de la evolución de Darwin— sostiene que las condiciones del ambiente determinan la eficacia de ciertas particularidades en algunos organismos para su supervivencia y reproducción.
Los Grant observaron, por ejemplo, que en los años de sequía (como 1977) al reducirse las provisiones de semillas que servían de alimento a los pinzones, la selección natural favoreció a aquellos con picos más grandes y profundos para alimentarse. Mientras, muchos de los pinzones más pequeños no lograron sobrevivir.
Pero esta situación cambió con los aguaceros torrenciales que ocasionó la corriente climática de El Niño en 1982. Las lluvias dejaron semillas pequeñas que fueron el alimento de los pinzones chicos, más aventajados que sus "hermanos" de picos grandes. Estos se adaptaron y se reprodujeron.
"Nuestra investigación estudió el proceso de esas adaptaciones, y establecimos que esos cambios se hicieron en pocos años y que son pasos para producir nuevas especies de aves", explicó a Tierramérica Rosemary Grant (Escocia, 1936), entrevistada, al igual que su esposo, en Berna en ocasión de su premiación..
Los científicos no sólo prosiguieron el trabajo de Darwin (1809-1882) sino que confirmaron su hipótesis.
A bordo de la nave HMS Beagle, Darwin visitó el archipiélago de Galápagos en 1835, y dedujo que las diversas especies de pinzones con picos diferentes eran resultado de las condiciones ecológicas locales y de la selección natural. Esas teorías sobre la formación de las nuevas especies se convirtieron en la tesis central de su célebre obra "El origen de las especies", publicada en 1859.
Los biólogos estudiaron las 14 especies de Darwin, que incluyen pinzones arbóreos pequeños (Camarhynchus parvulus), pinzones "vampiros"(Geospiza nebulosa), pinzones vegetarianos (Platypiza crassirostris), y "de cactus" (Geospiza scandens), entre otros.
Para ellos, los pinzones de Galápagos (machos negros, hembras marrones), que viven en los árboles y comen insectos, o en el suelo y comen semillas y flores, fueron objetos perfectos para su estudio por la simplicidad de su hábitat imperturbado.
"Los cambios en el ambiente y la influencia de las corrientes de El Niño y La Niña le dan una situación muy especial. Los pinzones están atrapados por estas condiciones y sus cambios ocurren más rápidamente", dijo Peter Grant.
Además, los Grant demostraron que esas especies son descendientes de un tronco común que llegó a Galápagos dos o tres millones de años atrás, e identificaron el gen Bmp4, que influye en el desarrollo de la forma del pico.
Este gen podría tener un rol importante en la evolución de estos pequeños "gorriones".
Los Grant, quienes viven en Estados Unidos, pero regresan continuamente a las islas, planean continuar sus estudios en enero en Galápagos, donde vive su hija Thalia, también bióloga e ilustradora de temas científicos.
* La autora es colaboradora de Tierramérica. Publicado originalmente el 19 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (