SALUD: La gripe viaja en aves migratorias

Tras los primeros casos de gripe aviar en la Unión Europea (UE), el bloque refuerza los controles sanitarios, mientras ambientalistas demandan prohibir la caza de aves, ante evidencias de que las especies migratorias son los principales vectores del virus.

La influenza aviar o avícola es causada por el virus tipo A H5N1, una cepa muy patógena y peligrosa por su capacidad para mutar, que ataca a las aves silvestres y de corral, y que se transmite a humanos por contacto con secreciones respiratorias o heces de animales enfermos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) teme que la variedad H5N1 mute rápidamente y pase a diseminarse entre humanos, algo que hasta ahora no se ha verificado.

El 19 de octubre el gobierno de Rusia confirmó la presencia del mortal virus por primera vez en la zona europea del país, en Yandovka, un poblado al sur de Moscú.

Las autoridades indicaron que al virus al parecer se diseminó a través de aves migratorias procedentes de Siberia, y ordenaron la inmediata cuarentena de la localidad.

En Turquía, el virus atacó a las aves de Kizikza, capital de la industria avícola de ese país, hoy también en cuarentena. Allí, hombres con trajes similares a los de astronautas, recogen las aves de corral y las lanzan a una suerte de cámara de gas ambulante. Después las enfundan y las sepultan bajo kilogramos de cal.

Pero, en realidad, el foco de la infección es Kush Golu, una reserva natural con un lago al que acuden muchas aves. Según los expertos, la H5N1, una de las 15 cepas de la influenza aviar, se incuba bajo los milenarios árboles de esa reserva natural, lugar de reposo de especies migratorias procedentes de Asia y con rumbo a África.

El gobierno turco prohibió la caza de aves, "una medida que debería aplicar toda la UE, pues miles de cazadores están en contacto con especies migratorias, y eso es un peligro. En Italia hay 700 mil, concentrados especialmente en el norte del país", dijo a Tierramérica Piero Malenotti, del Partido Verde.

Varios gobiernos europeos, entre ellos el holandés, tomaron medidas de prevención, como poner techos o redes a granjas de pollos, para evitar el contacto entre las aves de corral y las migratorias.

Si las aves migratorias llevan la cepa del virus en sus desplazamientos continentales podría producirse una pandemia, advierte un estudio de las universidades de Hong Kong y de Shantou (China), publicado en octubre por la revista científica estadounidense Nature.

Dos meses atrás, la enfermedad apareció en varias especies acuáticas migratorias en el occidental lago chino de Quinghai, donde se crían y se alimentan en el invierno

Así, las granjas avícolas y los lagos de reposo en Europa, India o Australia pueden estar en peligro. En Rumania, en el delta del río Danubio, por ejemplo, se confirmaron tres casos de gripe aviar en patos, de la misma cepa H5N1 de las aves asiáticas.

En Grecia, las autoridades de salud de la isla de Chios, a 480 kilómetros de Atenas, confirmaron el primer caso de influenza aviar en un pavo.

"La UE está realmente bien preparada, tiene servicios veterinarios muy poderosos, y los ciudadanos están bien informados para afrontar el virus. Pero otras regiones como el sudeste asiático o África son vulnerables", dijo a Tierramérica Samuel Jutsi, director de Producción y Sanidad animal de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma.

"La FAO ya ofreció a estos países asistencia porque las aves migratorias podrían diseminar el virus allí", indicó Jutsi.

El cambio climático y las modificaciones en el ambiente o en los procesos de cría de los animales pueden ser responsables de las mutaciones del virus y de estos saltos de una especie a otra.

Hasta 1997 se creía que la gripe de pollo afectaba sólo a las aves. Pero ese año se presentaron los primeros casos en seres humanos en Hong Kong. En 2004, murieron 57 personas y fueron sacrificadas 140 millones de aves de corral en el sudeste asiático (Vietnam, Camboya, Tailandia e Indonesia).

Si el virus de la gripe del pollo muta y prolifera entre humanos, podría matar a 150 millones de personas, sostienen expertos en salud de la UE.

Sería como revivir la pandemia de la "española" (del virus A H1N1), que causó en 1918 50 millones de muertos, la mayoría jóvenes y adultos sanos. O la de Hong Kong (virus A H3N2), que en 1968 provocó 34.000 muertes en Estados Unidos.

Pero la FAO es cautelosa. "Hasta ahora, el problema no es para la salud humana. La influenza aviar es una enfermedad animal. Durante dos años, miles de personas tuvieron contacto con aves infectadas, y hubo 63 muertes", explicó Jutsi.

"La transmisión del virus animal al ser humano no es eficiente y no hay contagio entre personas. Sesenta y tres muertos es demasiado, pero es un número bajo comparado con la cantidad de gente que tuvo contacto con el virus en Asia", agregó.

Por ahora la enfermedad amenaza el sustento de cientos de millones de criaderos pobres. Y, sobre todo, pone en peligro la producción en las pequeñas fincas y criaderos avícolas industriales, según la FAO.

Los consumidores europeos dejaron de comprar pollos y pavos. En Italia, la Unión Nacional de Avicultores, que emplea a 80.000 trabajadores, prevé una reducción del consumo de 40 por ciento.

En 2004, cada italiano comía 18 kilogramos anuales de pollo. En lo que va de 2005, ese promedio se redujo a 11 kilogramos.

* La autora es colaboradora de Tierramérica. Publicado originalmente el 22 de octubre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (

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