Imefasma para los asmáticos, jarabe de copal contra el catarro y tintura de ajo para hipertensos son algunos de los productos naturales que compiten de igual a igual con los medicamentos químicos en esta oriental provincia de Cuba.
Esos productos son los de mayor demanda de entre los más de 30 fitofármacos (medicamentos cuyo ingrediente biológico activo proviene del extracto de una planta) que fabrica la Empresa de Farmacias y Ópticas de Guantánamo, situada unos 1.000 kilómetros al sudeste de La Habana, con un personal mayoritariamente femenino.
El Imefasma es un broncodilatador hecho de la mezcla del tallo del plátano, flor de majagua (Hibiscus elatus malvaceae) y sábila (Áloe vera), que sustituye a la Difenhidramina compuesta y al Neoasma según el cuadro de equivalencias de medicamentos genéricos convencionales por los de origen natural que se exhibe en las farmacias guantanameras.
"Mi nieto lo toma desde hace tres años y en todo este tiempo no ha tenido crisis asmática. Ninguna", aseguró, enfática, una señora que esperaba ser atendida en un local del centro de la ciudad.
La tintura de ajo conocido como "elixir de la vida" es también muy buscada por personas hipertensas, porque limpia las arterias, o por sus virtudes para disminuir los niveles de colesterol y como antiinflamatorio, afirmó Cristina Tabera, técnico en farmacia.
Aunque se trata de una tendencia generalizada en todo el país, cuyo sistema de salud concibe a la medicina natural y tradicional como una forma más de curar, el uso de medicamentos a base de hierbas es en Guantánamo una costumbre mayormente extendida.
"Mis padres me curaban con hierbas y no era por falta de dinero precisamente. Es un hábito en nuestra provincia", afirmó a IPS María Miras San Jorge, directora de la Empresa de Farmacias y Ópticas de Guantánamo, que da empleo a 757 personas, de las cuales 631 son mujeres.
Sin embargo, algunos médicos advirtieron a IPS sobre el riesgo que implica esa costumbre cuando se desconoce el límite entre lo tóxico y terapéutico de una determinada planta.
"El peligro es mayor en el caso de los niños. Hay que tener mucho cuidado en lo que se prescribe a menores de cinco años", dijo una pediatra del Hospital de Guantánamo que prefirió mantener su nombre en reserva.
La industria de fitofármacos de este territorio cuenta con tres laboratorios de producción especializada y 26 dispensarios farmacéuticos distribuidos en 10 municipios, siete de ellos en las zonas montañosas de la provincia, con el empleo de 104 personas.
Una granja dedicada al cultivo de plantas medicinales surte a la empresa de la materia prima necesaria. "En total, 141 trabajadores están dedicados a la producción y este año tenemos previsto fabricar 2,1 millones de unidades. No nos sobra nada, todo se consume en la provincia", aseguró Miras San Jorge.
De todos los recursos de la medicina natural y tradicional, el más difundido entre los 11,2 millones de cubanos es el empleo de plantas medicinales, transmitido de una a otra generación.
En los años 40, el sabio cubano Juan Tomás Roig (1877-1971) botánico, farmacéutico y agrónomo, identificó 599 especies que eran empleadas por la población para diferentes usos curativos.
"Me considero discípulo de Tomás Roig, dijo Américo Delgado, conocido como "El Botánico" y famoso en la provincia por sus conocimientos sobre las posibilidades curativas de centenares de plantas que él mismo busca en "el monte" para quienes le piden consejo.
"La madre tierra tiene todo lo que un ser humano necesita, sólo hay que conocerla", señaló.
El hombre habilitó la sala de su casa como consultorio, donde dos veces por semana atiende a centenares de personas. "Las hierbas que recomienda son muy buenas, a mi madre la sanó de una úlcera que tenía en la pierna", contó María Mercedes, una joven residente en el barrio de "El Botánico".
Delgado, lleva un escrupuloso registro de sus pacientes, dolencia y tratamiento recomendado. Según aseguró a IPS, un laboratorio de Salud Pública controla la calidad de su trabajo.
"El ingeniero Delgado se ha convertido en un líder popular en los usos de las plantas medicinales en diferentes afecciones", señaló, al respecto, Marlenis Cala Cala, representante permanente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en la Comisión Provincial de Medicina Natural y Tradicional.
Cala Cala admitió, sin embargo, que Delgado carece de tecnologías apropiadas para consolidar la calidad de sus productos. "Estamos asesorando un proyecto de desarrollo, innovación y transferencia tecnológica en aras de colaborar con su sueño de tener un pequeño laboratorio", indicó.
Un álbum electrónico sobre las plantas medicinales publicado en Guantánamo brinda información acerca de las 74 especies curativas de mayor uso en las montañas cubanas y se distribuye en centros de salud y de educación superior con acceso a tecnologías digitales.
El disco relaciona además las familias botánicas y los 63 géneros en que aquellas se agrupan, ilustradas gráficamente y ordenadas de modo alfabético.
Cala Cala dijo a IPS que en la actualidad están en marcha varios proyectos para recuperar especies demandadas por el sistema de salud que se encuentran en peligro de extinción, como son el té de riñón (Orthosiphon aristatus B), ruda (Ruta graveolens L.), romero (Rosmarinus officinalis L.) y el copal, entre otras.
El programa cubano para el desarrollo de la medicina bioenergética y naturalista, vigente desde 1996, incluye la capacitación de personal, investigación científica y desarrollo tecnológico, integración de los recursos terapéuticos a la red sanitaria y producción, distribución y uso de los productos naturales.
Autoridades de salud consideran que esta medicina no es una alternativa ni un complemento a la clásica medicina occidental, sino que se ha integrado para enriquecer el arsenal de recursos terapéuticos que dominan y aplican los profesionales cubanos.