NACIONES UNIDAS: Nobel a ElBaradei, advertencia a las potencias

La ONU, severamente golpeada por acusaciones de fraude, corrupción y nepotismo, recibió un espaldarazo moral este viernes cuando se anunció que una de sus agencias había ganado el premio Nobel de la Paz.

El secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, se manifestó "encantado" con la asignación del premio a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y a su director general, el egipcio Mohamed ElBaradei.

"Es un mensaje para todos nosotros: debemos tomar con mucha, mucha seriedad el problema de la no proliferación y el desarme nuclear, en particular cuando las armas de destrucción masiva continúan siendo un grave peligro para todos nosotros", dijo Annan a la prensa.

La propia AIEA ha sido cuestionada en los últimos meses por no lograr que se detuviera efectivamente la carrera de armas de destrucción masiva. Pero Annan replicó: "No estoy seguro de si la agencia fracasó o fue la falta de voluntad de los países miembros lo que le impidió tener éxito."

Con el galardón, el Comité Nobel a cargo de determinar año a año el premio de la Paz, integrado por cinco personalidades elegidas por el parlamento de Noruega, envió un mensaje oculto bastante obvio, según Jim Paul, director ejecutivo del centro académico Global Policy Forum, con sede en Nueva York.
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Ese mensaje es que "existe un régimen controlado e implementado por la AIEA, y que debe seguir tal cual, sin acciones unilaterales de las grandes potencias", dijo Paul a IPS.

Pero, desafortunadamente, hay muchas acciones tendientes a socavar la AIEA. La guerra en Iraq "fue un ejemplo notorio", pues Estados Unidos se apropió de las funciones de la agencia para la búsqueda de armas de destrucción masiva y, en definitiva, invadió el país, explicó.

Irán será otro ejemplo, auguró Paul. Estados Unidos y los 25 miembros de la Unión Europea tratan de atribuirse las facultades asignadas a la AIEA o ejercen presión política sobre la agencia para que el país del Golfo ponga fin al programa de desarrollo nuclear.

El Comité Nobel reafirmó, con su pronunciamiento, que "hay un régimen existente al que debemos respaldar, y es un error salirse de ese régimen", sostuvo Paul.

A comienzos de año, Estados Unidos intentó bloquear las gestiones para que ElBaradei encabezara la AIEA por un tercer periodo de cuatro años, porque el funcionario descreía que Iraq hubiera desarrollado armas de destrucción masiva, uno de los argumentos de Washington para ir a la guerra.

El Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos acusó implícitamente a ElBaradei de "blando" en torno de Irán, la actual némesis del país norteamericano.

Pero Washington debió acceder a la candidatura de ElBaradei, pues no encontró un nombre de alternativa.

El mes pasado, Annan manifestó su desilusión por la falta de avances en la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear en materia de desarme, lo que calificó de "verdadera desgracia" y de "fracaso".

En la Cumbre Mundial 2005, celebrada el mes pasado en ocasión de las instancias inaugurales de la sesión anual de la Asamblea General de la ONU, Annan dijo: "Ni siquiera pudimos ponernos de acuerdo en un párrafo sobre no proliferación y desarme."

El funcionario dijo confiar en que el premio Nobel de la Paz "nos despierte y señale lo que es importante". "Aquí hay una agencia que hace lo que puede para trabajar con los países miembros en la no proliferación y en el desarme", añadió.

Annan se refería, implícitamente, a China, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia, los países que poseen armas nucleares y ocupan escaños permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU, con derecho a veto sobre sus decisiones.

Estas cinco naciones han evitado asumir un compromiso en materia de desarme nuclear, y optaron por mantener en sus arsenales todas sus armas de destrucción masiva.

India y Pakistán, los vecinos y adversarios de Asia meridional que en 1998 realizaron en público pruebas con armas nucleares, e Israel, que desarrolló las suyas en secreto y aún no ha declarado poseerlas, lograron unirse al club de la bomba sin demasiadas protestas.

Pero dos naciones con posibilidades de desarrollar esas armas —Irán y Corea del Norte— son sometidas a intensas presiones de Estados Unidos y la Unión Europea para que renuncien a sus ambiciones nucleares.

"Si no comenzamos por contener el problema" de la proliferación nuclear, "¿qué sucederá a continuación?", se preguntó Annan.

El portavoz del Departamento de Estado Sean McCormack dio un giro político al interpretar el premio a la AIEA y ElBaradei. El Comité Nobel, aseguró McCormack, lanzaba "una advertencia a Irán y otros países que procuran desarrollar armas nucleares bajo el disfraz de programas civiles" de energía.

"Creo que el mensaje es que el mundo analiza de cerca el asunto y está unido con el fin de frenar la propagación de las armas nucleares", añadió el funcionario estadounidense.

En los corredores de la ONU, la especulación dominante fue que el Comité Nobel estaba enviando un mensaje directo a Estados Unidos para que tome pasos significativos de desarme nuclear y para que cese su política militarista en Iraq y Afganistán.

"También lo vemos como un mensaje a todas las potencias nucleares", dijo a IPS un diplomático asiático. "La AIEA debería ahora resistirse con el coraje que le da sus convicciones a las grandes potencias nucleares."

Desde su fundación en 1957, declaró Annan, la AIEA ha "trabajado incansablemente y aplicando grandes conocimientos para contener la proliferación de armas nucleares, y para promover los usos seguros y pacíficos de la tecnología nuclear".

ElBaradei, agregó, "ha guiado esta misión vital con gran destreza desde 1997", cuando fue elegido por primera vez como director general de la agencia.

Ésta es la sexta vez que la ONU o alguna de sus agencias gana el premio Nobel de la Paz.

Annan y la ONU lo obtuvieron en 2001. Otros galardonados fueron el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, en 1988, el Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur), en 1954 y en 1981, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 1969, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en 1965.

El fallecido secretario general de la ONU Dag Hammarskjold lo ganó póstumamente en 1961, y también lo obtuvo el mediador del foro mundial para Palestina Ralph Bunche, en 1950.

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