Los liberianos concurrirán a las urnas la semana próxima para las primeras elecciones generales en este país de África occidental desde el fin de la guerra civil, en 2003. Pero los desplazados internos sólo podrán ejercer ese derecho a medias.
Unos 1,3 millones de votantes registrados (en una población de 3,5 millones) elegirán el 11 de este mes a un presidente entre 22 candidatos, entre ellos el astro de fútbol George Weah.
Más de 500 candidatos aspiran a 64 escaños en la cámara baja del parlamento, y unos 200 a 30 asientos en el Senado.
El nuevo gobierno reemplazará a una autoridad transitoria instalada tras la renuncia en 2003 del presidente Charles Taylor, forzada por los rebeldes Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD) y el Movimiento para la Democracia en Liberia.
Taylor, actualmente exiliado en Nigeria, huyó del país cuando los insurgentes avanzaban sobre Monrovia, la capital liberiana.
Acusado de perpetrar numerosas atrocidades en el país tras iniciar una rebelión en 1989, el ex mandatario fue acusado por un tribunal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de participación en crímenes de guerra en la vecina Sierra Leona.
La presencia de 15.000 soldados de la ONU debería garantizar una elección tranquila la semana próxima. Sin embargo, no todos podrán ejercer plenamente su derecho al voto.
Varios desplazados internos por la guerra podrán elegir un presidente, pero no a los legisladores, porque éstos deben elegirse en las regiones que representan. Gran parte de ellos no están en condiciones de trasladarse y tampoco se cuentan como habitantes de los distritos donde están instalados sus campamentos.
Según la Comisión Electoral Nacional, unos 61.000 desplazados internos se registraron para votar. Pero cerca de un tercio de ellos todavía estarán en sus campamentos el 11, y allí sólo podrán votar para presidente.
El mes pasado, un grupo de desplazados advirtió que quemaría sus tarjetas de votación y boicotearía los comicios si no se les permitía ejercer plenamente su derecho al sufragio. Trascendió que algunos amenazaron con impedir la votación en sus campamentos.
Pero las amenazas fueron retiradas la semana pasada. Elder George, portavoz de 15 campamentos de refugiados en los alrededores de Monrovia, anunció que no habría "perturbaciones" durante las elecciones, y agregó que la disputa con la Comisión Electoral se había debido principalmente al temor a que los desplazados quedaran relegados después de los comicios.
"Esta gente a cargo de los asuntos del país no es de confiar", se quejó Ivonne Smith, una anciana del campamento de Blamasie, en el oeste de Monrovia.
"Han despilfarrado todos los recursos que la comunidad internacional les dio para repatriarnos", dijo a IPS.
La saliente administración de Gyude Bryant recibió numerosas acusaciones de corrupción, mientras que Taylor está acusado del saqueo de millones de dólares de las arcas del Estado.
Frances Johnson-Morris, presidente de la Comisión, dijo que habría sido inaceptable que los desplazados boicotearan las elecciones en los campamentos.
"Sé que los desplazados internos serán los primeros que querrán votar, para demostrar que la situación del país ha cambiado para que nunca más tengamos desplazados", declaró.
Los esfuerzos porque los desplazados vuelvan a sus hogares se han visto frustrados por la falta de fondos y por lluvias torrenciales, que volvieron intransitables los caminos. Las lluvias también podrían dificultar la llegada de otros ciudadanos a los centros de votación la semana próxima, advirtieron autoridades.
Samuel Kortie, un activista de los derechos humanos, opinó que la privación parcial del derecho al voto a los desplazados reduce las expectativas sobre las elecciones, pero que la situación actual es la mejor que se puede esperar dadas las circunstancias.
"La mayoría de los socios internacionales de Liberia probablemente aceptarán esto como una consecuencia inevitable de celebrar elecciones sólo dos años después del fin de una guerra civil de 15 años", pronosticó..
Enormes desafíos aguardan a los candidatos que triunfen en los próximos comicios. Los años de guerra dejaron la infraestructura destruida, además de un altísimo desempleo.
Entre los desempleados se cuentan decenas de miles de ex combatientes que deben ser reintegrados a la sociedad. (