En un aparente intento de unificar la postura del opositor Partido Demócrata de Estados Unidos sobre Iraq, un centro de estudios propuso una «reorganización estratégica» de las fuerzas desplegadas en ese país que garantizaría un repliegue total para enero de 2008.
El plan, elaborado por el Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, por sus siglas en inglés), sugiere un repliegue progresivo en un período de dos años, que comenzaría en enero 2006 con el retiro de las tropas de todas las zonas urbanas, dejando la vigilancia en manos de la policía iraquí.
De esta manera, para fines de ese mismo año, 116.000 de los cerca de 150.000 soldados estadounidenses en Iraq habrían regresado a su país.
Los otros 34.000 serían reorganizados paulatinamente en diferentes frentes de la "guerra contra el terrorismo": 14.000 serían enviados a conformar una fuerza especial con base en Kuwait, 18.000 a Afganistán para frenar el resurgimiento del movimiento radical islámico Talibán, 1.000 irían al Cuerno de África y otros 1.000 a Asia sudoriental.
El trabajo del CAP, titulado "Reorganización estratégica: un plan progresivo para Iraq y la lucha contra los extremismos violentos", propone además la participación de los países vecinos de Iraq, como Irán y Siria, en iniciativas para garantizar la estabilidad de la región.
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"La reorganización estratégica rechaza los llamados a un retiro inmediato y completo, que para nosotros sólo lograría desestabilizar la región y fortalecer a los terroristas", señalaron sus autores.
"Pero la reorganización estratégica también rechaza el actual enfoque (del gobierno), un vago compromiso que pone a nuestras fuerzas en una guerra que no puede ganarse militarmente", añadieron.
El trabajo, resultado de una serie de consultas que comenzaron a fines de julio, fue presentado en momentos en que crece la presión contra el gobierno de George W. Bush para que reconsidere su determinación de permanecer en Iraq.
El 24 de septiembre, Washington fue escenario de la mayor manifestación pacifista desde la primera guerra del Golfo en 1991, con más de 100.000 personas.
Al mismo tiempo, los altos costos asociados a la reconstrucción de la sudoriental ciudad estadounidense de Nueva Orleans, devastada por los huracanes Katrina y Rita, agravó la preocupación en el Congreso legislativo, tanto entre demócratas como en el gobernante Partido Republicano, sobre los 5.000 millones de dólares mensuales que cuesta mantener las tropas en Iraq.
Las últimas encuestas en Estados Unidos muestran un creciente malestar popular por la ocupación de Iraq. Casi dos tercios de los consultados están a favor de un repliegue, aunque discrepan sobre si éste debe ser inmediato o gradual.
Sin embargo, el gobierno de Bush hasta ahora ha rechazado toda idea de repliegue y trata de disuadir a los militares que lo sugieren.
"Ahora no es tiempo de dudar ni de ceder", sentenció la secretaria de Estado (canciller), Condoleezza Rice, en un discurso el viernes ante estudiantes de la Universidad de Princeton.
Con pocas excepciones, los líderes demócratas, en especial aquellos con aspiraciones presidenciales como el senador Joseph Biden, integrante del Comité de Relaciones Exteriores, y la senadora Hillary Clinton, rechazan el repliegue inmediato.
Esto ha provocado una división entre los demócratas, en particular entre los principales líderes y los que hacen trabajo de base. El partido, incapaz de ofrecer una postura única sobre Iraq, permanece en silencio y espera que el público termine culpando a los republicanos por los efectos de la guerra.
Es en este contexto que el CAP presenta su plan. Cabe destacar que el director del instituto, John Podestá, fue jefe de personal de la Casa Blanca durante el gobierno del presidente Bill Clinton (1993-2001), y que varios de sus asesores también ocuparon puestos importantes en esa administración.
"Muchos demócratas temen tomar una posición que pueda ser vista como una crítica a los esfuerzos de los militares en medio de una guerra, y otros creen que Estados Unidos necesita comenzar a replegarse", indicó Jim Cason, analista del no gubernamental Comité de Amigos de la Legislación Nacional.
El plan, que critica los "múltiples fracasos" de Bush en Iraq, señala que la situación actual es "insostenible", pero descarta "un repliegue apresurado" y desprecia "el debate simplista centrado en una opción falsa" como la retirada inmediata.
También critica a "muchos demócratas" que, "tras las cicatrices de Vietnam, los helicópteros derribados en Irán y los soldados arrastrados por las calles de Mogadiscio, son susceptibles a cualquier desorden en la seguridad nacional" y se limitan a criticar a Bush.
Por otra parte, el trabajo señala que la presencia estadounidense en Iraq "motiva a los enemigos terroristas".
"No establecer una fecha de repliegue es una receta para el fracaso y envía un mensaje equivocado a los líderes iraquíes", advierte el plan.