INDIA: Del desarme nuclear a la no proliferación

Siete años después de que India se hiciera lugar, a los codazos, entre los poseedores de armas nucleares, este país abandonó su posición histórica en favor del desarme nuclear y adhirió a la no proliferación.

El secretario de Relaciones Exteriores del gobierno, Shyam Saran, anunció la orientación de la nueva doctrina: India "se sumará al nuevo consenso global de no proliferación nuclear".

Esta nueva postura se corresponde con el acuerdo estratégico en materia nuclear que India firmó con Estados Unidos en julio.

De ahora en adelante, si India afirma tener un compromiso con la abolición universal de las armas nucleares, serán palabras vacías de contenido.

La meta tradicional de desarme nuclear tuvo su nada fastuoso entierro menos de 18 meses después de la investidura del primer ministro Manmohan Singh, quien entonces juró asumir "un papel de liderazgo" en la lucha por la eliminación total de esas armas en el mundo.
[related_articles]
El lunes, al anunciar el cambio de política, Shyam Saran manifestó una posición dura hacia el programa nuclear de Irán, en lo que parecía preanunciar el voto de India en la próxima reunión en Viena de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) el mes próximo.

Esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considerará en esa ocasión, a iniciativa de países occidentales, si deriva el análisis del programa de energía nuclear iraní al Consejo de Seguridad, que podría determinar sanciones al país islámico.

India conmocionó en septiembre a su propia ciudadanía y al Movimiento de Países No Alineados, del cual es uno de los líderes, al apoyar en el Consejo una resolución que acusa a Irán de no cumplir con los estatutos de la AIEA ni con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

Por otra parte, Saran acusó a Pakistán de suministrar material nuclear a Irán, y demandó una investigación del papel de A. Q. Khan, "el padre de la bomba atómica paquistaní", en esas operaciones.

Hasta ahora, Nueva Delhi había guardado un discreto silencio sobre las sospechas que rodearon los negocios de material nuclear en los que Khan estuvo envuelto.

Desde enero de 2004, India también intentaba mejorar el vínculo con Pakistán, su vecino y tradicional adversario, con el que libró tres guerras desde la fundación de ambos países en 1947 y que también posee armas nucleares.

"Ahora se ve con claridad el verdadero significado del acuerdo firmado entre India y Estados Unidos en julio", dijo el experto Kamal Mitra Chenoy, de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad Jawaharlal Nehru en Nueva Delhi.

"El acuerdo declara a India un estado nuclear 'responsable', la admite en el pequeño 'Club Nuclear', y, en un gesto excepcional y sin precedentes, la exime de cumplir con las reglas sobre comercio civil de material nuclear", explicó Chenoy a IPS.

Pero este tratado todavía debe pasar por una arduo proceso de ratificación en el Congreso legislativo de Estados Unidos y en el Grupo de Proveedores Nucleares, organización de la que son miembros 45 países.

El mantra de la no proliferación, que India entona con esmero, tiene la intención de persuadir al Congreso legislativo de Estado Unidos de ratificar el tratado.

"India debe pagar el precio del acuerdo con Estados Unidos sacrificando su política independiente y su papel histórico de apóstol de la paz y el desarme nuclear", dijo Chenoy.

Está claro, según se desprende de recientes audiencias en el Congreso estadounidense, que Washington condicionará la ratificación a "la buena conducta" de India, es decir, a que mantenga una actitud "responsable" y a que colabore con su propósito de aislar a Irán. Legisladores estadounidenses advirtieron a India que debe elegir entre "el Irán de los ayatolás", con su gas y su petróleo, y "el Occidente democrático", con su avanzada tecnología y su poderío nuclear.

Esto viene al caso porque India ha negociado con Irán el trazado de un gasoducto que pase por Pakistán, con lo que se asegurará el suministro a bajo costo. Pero Estados Unidos se opone a este arreglo.

Luego del voto de India en Viena, la construcción del gasoducto pareció estar en peligro. Tras las declaraciones de Saran, seguramente quedó en nada.

El funcionario señaló que India fue bastante más allá de exigir una mayor transparencia y una descripción detallada de las actividades nucleares de Irán en el pasado, incluidos sus primeros intentos de enriquecimiento de uranio, cuyo producto puede utilizarse tanto de combustible en reactores nucleares como de insumo para armas.

India dice ahora que "no aceptará como legítimas las actividades clandestinas que persigan la obtención de tecnologías relacionadas al desarrollo de armas de destrucción masiva".

El término "armas de destrucción masiva", sin embargo, abarca un amplio espectro, e incluye tanto el enriquecimiento de uranio como el uso de reactores nucleares para la investigación, y que se prestan tanto para fines militares como pacíficos.

En sus declaraciones, Saran no mencionó "el desarme nuclear" ni una sola vez, pero repitió la expresión "no proliferación" 25 veces.

No se trata de un simple cambio de lenguaje: significa que India abandonó su reclamo de desarme nuclear mundial. Lo que quiere ahora es evitar que los países aún sin capacidad nuclear puedan desarrollarla. Pero pretende que aquellos que ya la tienen, como es su caso, pueden conservarla.

Para lograr esto, India aboga por "normas globales que vayan más allá del TNP".

Todo esto está perfectamente alineado con las prioridades de Estados Unidos. Desde el 11 de setiembre de 2001, Washington ha rechazado todas las propuestas para limitar su armamento nuclear y más aun las iniciativas de desarme.

En la conferencia del TNP realizada en mayo, Estados Unidos manifestó enérgicamente su oposición frontal al desarme nuclear. Al mismo tiempo, Estados Unidos redobló sus esfuerzos de no proliferación con medidas agresivas, como interceptar cargas sospechosas en alta mar. Ahora India también apoya esa línea de acción.

"Esto será interpretado como una traición de India a su propia cultura y tradición, a su campaña en favor de la paz, a su liderazgo del Movimiento de Países No Alienados, e incluso a su política exterior independiente", dijo Aijaz Ahmad, profesor del Departamento de Estudios del Sur de Asia de la Universidad Jamia Millia Islamia de Nueva Delhi.

"Esto dará lugar a una profunda división nacional. Será imposible construir un consenso en torno a este desastroso cambio de política", agregó.

La nueva orientación del gobierno indio respecto al caso de A.Q. Khan está dirigido tanto a Estados Unidos, que ve en Islamabad uno de sus principales aliados en la guerra contra el terror, como a Pakistán, y quiere llamar la atención sobre el papel que puede llegar a jugar su vecino en la proliferación nuclear.

También procura dejar en claro que India jugará un papel protagónico y proactivo en la prevención de la difusión de las armas nucleares.

Todo esto está diseñado para complacer a Washington, aunque es dudoso que derive en una investigación de las actividades de Khan, dada la alianza entre Estados Unidos y Pakistán.

La nueva posición de India, tal como lo expresa Saran, es que las operaciones nucleares clandestinas deben ser investigadas tanto por el lado de la oferta como de la demanda.

"No vemos por qué se insiste tanto en entrevistar a los científicos iraníes pero a la vez se hace una excepción con una persona (Khan) acusada de ser responsable de organizar un supermercado atómico mundial, un verdadero Wal-Mart nuclear", dijo Saran.

Se sospecha que Khan suministró a Irán los componentes de las centrifugadoras que se usan para enriquecer uranio.

Esta escalada retórica puede enturbiar aún más las relaciones entre India y Pakistán. De hecho, el proceso de diálogo ya se estancó.

Ambos países tampoco supieron cooperar en la operaciones de rescate y ayuda humanitaria a lo largo de la Línea de Control que divide la Cachemira india de la pakistaní, luego del terremoto que asoló esta región del Himalaya dos semanas atrás.

Al entrar en la órbita de Estados Unidos, y adoptar la no proliferación en vez del desarme nuclear, India puede terminar poniendo en riesgo la paz y la cooperación con Pakistán.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe