El foco de fiebre aftosa en el oeste de Brasil puede provocar un alza explosiva de precios internacionales de la carne vacuna, por eso expertos estiman que será breve el embargo al producto brasileño.
No hay de momento sustitutos que puedan abastecer el mercado mundial si se suspende gran parte de las exportaciones brasileñas, dijo a IPS el director técnico de FNP Consultoría, José Vicente Ferraz, mpresa especializada en informaciones del mercado agrícola.
Brasil es el mayor exportador de carne vacuna. Fueron 2.243 millones de toneladas desde septiembre de 2004 hasta agosto de 2005, casi el volumen sumado de todos sus competidores, los más importantes de los cuales afrontan problemas para ampliar sus ventas.
Australia sufrió una sequía de diez años que provocó fuerte reducción de su rebaño, y la recuperación exige retener animales, limitando la producción de carne durante varios años, observó Ferraz.
Argentina también se recupera de la crisis económica de los últimos años, sus exportaciones están en el límite máximo y debe cuidar el abastecimiento interno ante el aumento actual de la inflación. Mientras, la Unión Europea (UE) pasó de exportadora a importadora neta, y Estados Unidos sufre los efectos de dos casos de la "enfermedad de la vaca loca".
En consecuencia, los expertos de FNP estiman que el embargo a la carne brasileña será de corta duración, quizás de algunas semanas, si el gobierno brasileño adopta medidas consistentes para contener el foco de aftosa, explicando sus providencias a los países importadores.
La fiebre, provocada por virus que no afectan la carne ni la salud humana pero es muy contagiosa entre los animales y muy costosa para los criadores, fue identificada el lunes por el Ministerio de Agricultura en la hacienda Vezozzo en Eldorado, municipio del centro-occidental estado de Mato Grosso do Sul, cerca de la frontera con Paraguay.
Fueron sacrificados todos los animales de la propiedad: 582 vacunos y siete puercos, se aisló una extensa área cercana y se suspendió el transporte de ejemplares, mientras más de 30 países cesaron parte de sus importaciones de carne natural brasileña.
La UE, el mayor mercado, embargó las compras desde Mato Grosso do Sul, Paraná y Sao Paulo, los estados brasileños que más exportan carne bovina. Israel y Sudáfrica fueron radicales, suspendiendo las exportaciones de todo Brasil, y Rusia, que como país es el mayor importador, solo vedó el producto oriundo de Mato Grosso do Sul.
Los vecinos Argentina y Uruguay suspendieron las importaciones de carne procedentes de todo el territorio brasileño, mientras Chile sólo prohíbe el ingreso del producto de Mato Grosso do Sul.
Brasil cumplió las reglas internacionales, divulgando rápidamente el problema con transparencia, y adoptando providencias para evitar la diseminación de la enfermedad, dijo a IPS el coordinador del foro ganadero de la empresarial Confederación de la Agricultura y la Ganadería (CNA), Antenor Nogueira.
Esa actitud favorece la credibilidad del país y un pronto restablecimiento de las exportaciones normales, confía Nogueira. En segundo lugar, Brasil "tiene la suerte" de que sus competidores no puedan suplir una reducción prolongada de su oferta, en un año en que la demanda deberá crecer seis por ciento, acotó.
De todos modos, habrá "graves pérdidas" especialmente para la imagen del país, después de muchos años de esfuerzo para conquistar mercados. Brasil estaba presto a lograr que Estados Unidos importara su carne natural, y ahora "todo vuelve al punto cero", lamentó Ferraz.
Según las previsiones, Brasil perderá algunos centenares de millones de dólares en exportaciones este año y mucho más el próximo, si no se confirma la esperada reapertura de los mercados.
Entre enero y agosto, el país exportó 2.164 millones de dólares en carne de vacuno, 32,7 por ciento más que en igual periodo del año pasado. Cerca de 30 por ciento es de carne industrializada, no afectada por embargos.
El gobierno es el gran culpable de ese revés, por practicar una política económica que destina la mayor parte del presupuesto al pago de los altos intereses de la deuda pública, negando recursos al sistema de defensa sanitaria de la agricultura, según Ferraz.
Este año, las autoridades financieras solo liberaron 0,24 por ciento de los recursos destinados a la sanidad animal, y nada de ese porcentraje fue para Mato Grosso deo Sul, que concentra el mayor rebaño estadual de Brasil, 25 millones de cabezas. Muchos productoron acusan directamente al ministro de Hacienda, Antonio Palocci, como responsable del desastre.
También por falta de recursos públicos se aplazó en dos años el censo agropecuario decenal que debería llevarse a cabo este año. Sin estadísticas, la política sectorial será siempre precaria, criticó Ferraz.
El experto prevé un agravamiento de la crisis de la ganadería brasileña y por tanto una prolongada presión de suba en los precios internacionales de la carne vacuna.
La FNP estima que, debido a los bajos precios del mercado interno, el rebaño brasileño se redujo de 176 millones de animales en 2003 a 164 millones actualmente. Las dificultades financieras forzaron a muchos ganaderos a sacrificar sus matrices, lo que hará más dificil una recuperación futura.
La sobrevaluación del real, debido a la política monetaria del gobierno, también afecta la rentabilidad de la ganadería.
Por todo esto, Ferraz estima que también en el mercado interno habrá una fuerte alza de los precios de la carne, al contrario de lo que previó el secretario de Agricultura del Estado de Sao Paulo, Antonio Nogueira Junior, para quien los precios bajarían 32 por ciento, porque la reducción de las exportaciones ampliaría la oferta del producto en el país.
Es una información "terrorista", que refleja mala información, según técnicos de la FNP. Al contrario, esa previsión puede provocar una carrera de ventas y agravar la crisis en la ganadería, causando más tarde un mayor aumento de precios ante la escasez de producción que también mermará las exportaciones del país, advirtió Ferraz.