Tras la racha de desastres naturales que asoló todas las regiones del planeta desde diciembre pasado, la ONU espera que el Fondo Central de Respuesta a la Emergencia cuya creación propone esté funcionando a principios de 2006.
"El viejo Fondo Rotatorio Central para Emergencias podría brindar asistencia tres o cuatro semanas y a veces meses" después de una catástrofe, pero "con el nuevo fondo, uno puede empezar a trabajar en tres o cuatro días", dijo Jan Egeland, subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios.
Egeland señaló que varios países de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) ya se comprometieron a aportar un total de 160 millones de dólares al Fondo en ciernes, conocido por sus siglas en inglés CERF.
La propuesta de revitalizar el fondo existente, ya aprobada por la Cumbre Mundial 2005 celebrada el mes pasado en la sede de la ONU en Nueva York, será presentada en noviembre a la Asamblea General para su ratificación final.
Se espera que el CERF esté operativo a principios del año próximo, dijo Egeland.
Pero Greg Puley, asesor político de la organización humanitaria Oxfam, no es muy optimista en torno de los compromisos de aporte al Fondo formulados hasta ahora.
Como primer paso, dijo Puley, los gobiernos deberían aportar 1.000 millones de dólares adicionales al fondo de emergencia de la ONU, sin contar el dinero que ya asignan a tal fin, para asegurar una respuesta inmediata a las catástrofes.
"Este será un fondo de emergencia de respuesta rápida que ayudará a terminar las demoras que han costado tantas vidas, y asegurará que todas las crisis obtengan financiación, no sólo las más noticiosas", explicó.
Pero gobiernos de algunos países donantes —como Australia, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Francia e Italia—, no aportaron hasta ahora ni un centésimo al Fondo, según Oxfam. Solo siete gobiernos —Gran Bretaña, Holanda, Irlanda, Luxemburgo, Noruega, Suecia y Suiza— lo han hecho.
A menudo "llegamos demasiado tarde, porque tenemos que esperar la financiación", admitió Egeland, que, de todos modos, confía en que el nuevo fondo sea erigido para la ocasión.
La secretaria de Estado británica para el Departamento de Desarrollo Internacional, Hillary Benn, dijo el mes pasado que el propósito principal del nuevo fondo es generar una emergencia y una respuesta rápidas a los desastres humanitarios en todo el mundo.
"Cuando ocurre una crisis humanitaria, la ONU acciona la alarma antiincendios", destacó. "Pero para hacer que el carro de bomberos avance, uno tiene que hacer circular el sombrero para recolectar dinero, a fin de comprar la gasolina para el tanque y agua para las mangueras", dijo.
"Se necesitaba un sistema más efectivo, en tanto los fondos no estaban llegando a la gente tan rápidamente como deberían", agregó Benn.
Por su parte, el ministro de Cooperación y Acción Humanitaria de Luxemburgo, Jean-Louis Schiltz, dijo: "Está claro para nosotros que ya no se puede hacer seguir esperando a los países, cuando hay niños muriendo por la necesidad desesperada de alimentos y agua limpia".
Oxfam informó la semana pasada que los gobiernos no lograron responder efectivamente a un año de desastres.
"El terremoto de Asia meridional" que desde el 8 de octubre dejó unos 100.000 muertos en Pakistán "es el último desastre en un año en que ocurrieron algunos de los peores jamás vistos. Los gobiernos no respondieron adecuadamente y, como consecuencia, se han perdido vidas", señaló la organización humanitaria.
El estudio publicado la semana pasada por Oxfam, titulado "2005: año de desastres", constata que la cantidad de afectados por desastres naturales aumentó drásticamente en la última década, con decenas de millones de personas afectadas solamente el año pasado.
En diciembre de 2004, el tsunami asiático mató a 224.495 personas. Los huracanes Stan (en América Central) y Katrina (en Estados Unidos) mataron a mucha menos gente, pero sus inundaciones y deslizamientos de barro afectaron a alrededor de dos millones y 500.000 personas respectivamente.
El promedio anual de desastres reportados en el periodo 2000-2004 fue 55 por ciento más elevado que durante 1995-1999. Con 719 desastres reportados, 2004 fue el tercer peor año de la década (1994-2004), según Oxfam.
Durante 2000-2004, los desastres afectaron a un tercio de personas más que durante 1995-1999. En el mismo periodo, la afectados por desastres en países de bajo desarrollo humano se duplicó. África mostró el mayor incremento.
El estudio de Oxfam también dice que la respuesta a estas emergencias se caracterizó por "un desempeño humanitario internacional irregular, a menudo tardío y a veces ineficiente, que ha sido debilitado por una financiación inadecuada de los pedidos vitales de la ONU".
El estudio encontró que la asistencia humanitaria todavía no cubre todas las necesidades, a menudo llega demasiado tarde y frecuentemente es determinada por el destaque que le dan los medios de comunicación o por criterios políticos más que por la necesidad humanitaria.
Concluye que "estos fracasos están condenando a miles de personas a un sufrimiento innecesario y a la muerte".
En un estudio sobre las crisis más importantes de 2005, Oxfam sostuvo que la respuesta internacional a los llamados de la ONU para muchas emergencias humanitarias, incluyendo las de Níger, República Democrática del Congo, Darfur y África austral, han sido "vastamente inadecuadas".
Según Oxfam, hubo una masiva subaportación de fondos para algunas de las peores crisis mundiales. En República Democrática del Congo, 2,3 millones de personas fueron desplazados por el conflicto y 3,8 millones han muerto desde 1997.
Sólo 53 por ciento de los 194,2 millones de dólares requeridos por la ONU habían sido recibidos a mediados de octubre.
De modo similar, en Darfur, donde se estima que 200.000 personas han muerto y 1,8 millones resultaron desplazadas por el conflicto, apenas 46 por ciento del 1,9 millón de dólares requerido habían sido recibidos a mediados de octubre.
Puley, de Oxfam, dijo que 2005 será recordado como el año de los desastres y que "debemos aprender lecciones de eso".
Mientras los gobiernos respondieron generosamente al tsunami de diciembre —y se mostraron dispuestos a repetir esa respuesta tras el terremoto asiático de este mes— virtualmente ignoraron crisis menos visibles en lugares como República Democrática del Congo, Malawi y Níger, dijo Puley.
La falta de una financiación rápida y adecuada se traduce en decenas de millones de mujeres, hombres y niños alrededor del mundo que sufren innecesariamente, y en algunos casos es una sentencia de muerte para miles.
La ONU estima que, actualmente, 16 millones de personas están en riesgo inmediato en 10 emergencias descuidadas solamente en África.
En 2004, el organismo mundial enfrentó un déficit anual de más de 1.300 millones de dólares por sus pedidos, "abandonando efectivamente a la gente en la indigencia, el hambre y la muerte una vez que sus propias estrategias para hacer frente a esto y los recursos nacionales estuvieron exhaustos".
El informe de Oxfam concluye que los defectos del actual sistema que amenazan la vida requieren una reforma urgente del sistema humanitario.
Reformar el existente Fondo Rotatorio Central para Emergencias de la ONU es un primer paso vital que los gobiernos deben acordar cuando se reúnan para evaluar la acción humanitaria en la Asamblea General en noviembre, indicó el estudio.