China concentra 90 por ciento de las ejecuciones de la pena de muerte en el mundo, y Estados Unidos se ubica en quinto lugar, con 59 efectuadas el año pasado, según un informe en que participaron organizaciones humanitarias.
El estudio indica que África logró grandes avances hacia la abolición de la pena capital, pues apenas tres de sus países la practican.
Y de las 57 naciones que la incluyen en sus normas, apenas la cuarta parte concretaron ejecuciones en 2004, ante 30 por ciento de 2003 y 34 por ciento de 2002.
Estas son algunos de los datos destacados de "La pena de muerte en el mundo", informe elaborado por la organización internacional Hands Off Cain (no tocar a Caín, en inglés) junto con el Partido Radical Transnacional y la Asociación Nacional de Abogados Penales Defensores de Estados Unidos.
El informe está dedicado al presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, autor del prólogo, galardonado con el premio Abolicionista del Año.
"Estamos dispuestos a trabajar con ustedes y a ayudarlos a alcanzar el éxito, pero enfatizamos que no queremos hacerlo mediante el enfrentamiento sino a través de la persuasión y de la cooperación entre estados", dijo el embajador de Senegal en Estados Unidos, Amadou Ba.
Ochenta y ocho países, de los cuales 86 son miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya abolieron la pena de muerte.
Solo cuatro regímenes calificados de "democracias liberales" ejecutaron condenados en 2004. En primer lugar se ubicó Estados Unidos, con 59 ejecuciones, Taiwan, con tres, Japón, con dos, e India, con una.
El año pasado, al menos cinco menores de edad fueron enviados al cadalso: uno en China, otro en Pakistán y tres en Irán. La ley penal iraní establece que las niñas mayores de nueve años y los niños de más de 15 son considerados adultos y, por lo tanto, pueden ser condenados a muerte.
En Estados Unidos, el último ejecutado que era menor de edad en el momento del delito por el que se lo condenó murió en el cadalso en abril de 2003.
Asia es la región donde se realizan la mayoría de las ejecuciones, con al menos 5.000 solo en China el año pasado.
Apenas tres países africanos continúan ejecutando condenados a muerte —Egipto, Somalia y Sudán—, y en ellos los verdugos actuaron en al menos nueve casos. Liberia se convirtió el mes pasado en el país número 139 en abolir la pena capital.
Europa sería una zona libre de pena de muerte si no fuera por Belarús, donde al menos cinco personas fueron conducidas al cadalso en 2004.
"Parece un montón de números, un montón de estadísticas, pero detrás de estas cifras hay muchos seres humanos", dijo Anna Zammit, integrante de la junta de Hands Off Cain y coeditora del estudio.
"La pena de muerte tiene muchos aspectos, y ninguno de ellos realza la dignidad humana y los derechos humanos. Por eso pensamos que es importante actuar", afirmó.
Cada año desde 1997, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución para exhortar a los países que aún no abolieron la pena capital a establecer una moratoria sobre las ejecuciones.
En la última sesión de la Comisión, en abril, la propuesta fue patrocinada por 81 países.
Europa es una de las principales fuerzas de la campaña internacional para abolir la pena de muerte. El Parlamento Europeo declaró que "considera la pena capital una forma de castigo medieval e inhumana, indigna de las sociedades modernas".
La Unión Europea pretende que los países que mantienen la pena de muerte en sus legislaciones restrinjan gradualmente su alcance. También reclama que se apliquen en las condenas las estrictas condiciones establecidas en varios tratados internacionales.
Además, propone una moratoria a las ejecuciones dirigida a eliminar completamente ese castigo en el futuro.
El día 10 se celebró el Día Mundial contra la Pena de Muerte, iniciativa de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, integrada por 38 organizaciones de derechos humanos, autoridades locales y regionales, asociaciones de abogados y sindicatos.
La organización Amnistía Internacional observa una tendencia hacia la abolición de la pena capital en África.
"La Unión Europea aplaude el avance del apoyo a la abolición en todo el mundo", dijo, en nombre del bloque, el secretario (ministro) de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Jack Straw. "De hecho, aún hoy presionamos a varios países en pro de la abolición."
"Nos complace la reducción sustancial en la cantidad de países que ejecutan regularmente a sus ciudadanos, así como las señales de que las ejecuciones se han reducido. La Unión Europea reconoce que aún hay considerable respaldo público a la pena de muerte en varios países, pero la abolición es una cuestión de principios", agregó Strow.
El principal objetivo de Hands Off Cain es lograr que la ONU disponga una moratoria sobre las ejecuciones, una medida que podría considerarse a mitad de camino entre los abolicionistas y los defensores de la pena capital. (FIN/IPS/traen-mj/es/ks/ip hd/05)