Las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha se estancaron por enésima vez, a raíz ahora, según opinión casi unánime, de la renuencia de la Unión Europea (UE) a eliminar las barreras que impiden el acceso de los productos agrícolas de otros países.
La llave para reabrir las conversaciones está en manos de la UE, dijo Celso Amorim, ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, que coordina el Grupo de los 20 (G-20), la coalición de naciones en desarrollo unidas por sus intereses afines en el comercio agropecuario.
Las intensas discusiones finalizaron este jueves en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sin coincidencias en el área de agricultura, a pesar de que los principales actores del sistema multilateral de comercio, como Estados Unidos y el G-20, propiciaron nuevas fórmulas de entendimiento.
En cambio, hasta este momento no tenemos nada de la UE. Ellos han sido muy tímidos en las negociaciones y ello nos preocupa a todos, comentó en Ginebra el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Mike Johanns.
Amorim, que compartió esa inquietud, formuló un llamado a los jefes de Estados y de gobierno así como a políticos de distintos países para que intervengan en el desbloqueo de las negociaciones.
"Este momento es crucial pues el comercio y lo que ocurre en Ginebra es importante para la estabilidad del mundo entero", sostuvo el ministro brasileño.
El desenlace negativo de estas dos semanas de negociaciones pone en peligro la suerte de la sexta conferencia ministerial de la OMC, que se realizará del 13 al 18 de diciembre en Hong Kong, con el objetivo previsto de dar el último envión a la Ronda de Doha.
El proceso lanzado en 2001 en Doha, la capital de Qatar, intenta profundizar la liberalización del comercio en áreas como productos industriales, servicios, propiedad intelectual y, fundamentalmente, en agricultura. El cronograma establece que las negociaciones deberán finalizar a fines de 2006.
El propio comisario de Comercio Exterior de la UE, Peter Mandelson, reconoció que los tiempos apremian para alcanzar acuerdos antes de la conferencia de Hong Kong.
La renuencia europea ha sido relacionada con una diferencia de enfoques en ese bloque de 25 naciones, donde un grupo de países liderados por Francia cuestionó las propuestas presentadas por Mandelson para el comercio agrícola.
El propio comisario Mandelson admitió que París demandó que detuviera las discusiones sobre agricultura y suspendiera cualquier compromiso.
Declaró, además, su respeto por los puntos de vista de Francia, pero recordó que su mandato emana del conjunto de los estados miembros de la Unión Europea, que el martes último decidieron la continuación de las negociaciones, incluso en agricultura. Y eso es lo que estamos haciendo, dijo.
Celine Charveriat, jefa de la campaña por un comercio justo de la organización no gubernamental Oxfam Internacional, cuestionó el hecho de que Mandelson actuara bajo presión de ciertos estados miembros de la UE, en especial de Francia.
Por esa razón el comisario europeo decepcionó al no presentar nuevas ofertas, con mayores concesiones en agricultura, durante las negociaciones concluidas este jueves sin progresos, afirmó.
El fracaso de las negociaciones de esta semana confirmó una historia de frustraciones de la OMC en ese terreno, que se acentuó prácticamente desde la conferencia ministerial de Doha, donde existió una convicción diferente.
Puede haber sido porque esa conferencia se reunió pocas semanas después de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y Washington, comento Amorim. Pero cualquiera sea la razón, ahora tenemos que concluir la Ronda de Doha, reclamó.
El ministro brasileño estimó que los lideres mundiales tienen que crear un clima propicio para el éxito de las negociaciones. Aceptó que en los últimos acontecimientos de la escena internacional mostraron una tendencia menos auspiciosa en ese sentido. Sin embargo, "creo en la sinceridad de la gente que habla de desarrollo", dijo.
Oxfam evaluó que, aunque la UE fue responsable del estancamiento de esta semana, las dos mayores potencias comerciales, que incluye a Estados Unidos, tienen que ofrecer reducciones mayores de sus subvenciones agrícolas.
Charveriat observó que el Grupo de los 20 se unió a Estados Unidos en la presión a la UE para que ofrezca mayor acceso a los mercados agrícolas.
Empero, los países en desarrollo deben insistir en un acuerdo que les garantice flexibilidad y no les demande altos niveles de reciprocidad, dijo la experta de Oxfam.