Si el representante comercial de Estados Unidos, Rob Portman, pensaba que su propuesta mundial de eliminación gradual de subsidios recibiría aplausos de la sociedad civil y los agricultores, debe estar muy desilusionado.
La organización humanitaria Oxfam Internacional advirtió que la iniciativa es "un juego de espejos" que tendrá un impacto insignificante sobre los subsidios más distorsionantes del comercio, que alientan el "dumping" agrícola estadounidense hacia países pobres.
La propuesta anunciada el lunes por Portman en Zurich, donde se realizó una reunión preparatoria de la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de diciembre en Hong Kong, consiste en eliminar en cinco años los aranceles agrícolas y reducir 60 por ciento sus subsidios al sector.
El dumping consiste en la venta de un producto en un mercado extranjero a precios sustancialmente por debajo de su costo de producción, lo que reduce la ganancia que obtienen los productores del país importador y puede dejarlos fuera del mercado.
"Si esta oferta persiste, los subsidios continuarán casi completamente sin cambios y el dumping también, con la consecuente distorsión del comercio", consideró la conductora de la campaña internacional Comercio con Justicia con sede en Londres, Celine Charveriat.
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Organizaciones estadounidenses también criticaron un elemento clave de la oferta de Portman, y que permitiría al gobierno mantener los denominados "pagos anticíclicos" a los agricultores en los actuales niveles.
Esa excepción, según los activistas, constituye un "shell game" (especie de apuestas de características dolosas conocido en América Latina como "juego de triles", "de trileros" o "de la mosqueta"), pues permitiría apenas una caída nominal en el nivel global de los subsidios estadounidenses.
"Estados Unidos está jugando un 'shell game' con su política agraria. Y los que perderán son los agricultores estadounidenses y los de todo el mundo", advirtió Dennis Olson, del Instituto de Política Agrícola y Comercial (IATP), centro de estudios radicado en Minnesota.
La propuesta de Portman, presentada en medio de creciente preocupación por el destino de la Ronda de Doha de negociaciones comerciales lanzada por la OMC en 2001, incluye la eliminación de los subsidios a las exportaciones agrícolas para 2010 y un recorte de 2,5 por ciento a los subsidios del sector de todo el mundo.
Las negociaciones se estancaron tras las demandas de los países en desarrollo a Estados Unidos y la Unión Europea (UE) para que realicen mayores recortes en las decenas de miles de millones de dólares de subsidios a sus respectivos agricultores.
Además, solicitaron a Washington reducir 60 por ciento el techo de sus subsidios más distorsionantes del comercio, aquellos que alientan la sobreproducción de productos básicos que pueden ser exportados con dumping.
Al mismo tiempo, Portman ofreció una reducción de entre 55 y 90 por ciento a los aranceles a importaciones agrícolas estadounidenses.
De acuerdo con el plan delineado por Portman, todos esos recortes deberían tener como contrapartida grandes reducciones en las aranceles y otras barreras a las importaciones tanto en la UE como en el mundo en desarrollo, de modo de abrir más mercados para la agricultura estadounidense.
Portman solicitó, en particular, que la UE reduzca gradualmente sus propios subsidios y recorte 83 por ciento el techo de los subsidios más distorsionantes del comercio.
Desde el punto de vista de Washington, la UE gasta hoy en apoyo a su agricultura más que Estados Unidos, y por eso su reducción debe ser mayor.
El martes, la UE respondió que estaba preparada para recortar sus aranceles 50 por ciento y el techo de sus subsidios 70 por ciento.
Pero Oxfam, que también criticó la propuesta de la UE, insiste en que la oferta de Estados Unidos sirve solo para llenar el ojo. De implementarse la iniciativa, Washington reduciría sus subsidios agrícolas apenas de los 74.700 millones de dólares de 2004 a 73.100 millones, según la organización de origen católico.
El grupo advirtió que las demandas de Washington por reducción de aranceles en los países del Sur en desarrollo van más allá de lo requerido a Estados Unidos, la UE y otras naciones ricas de la OMC, según la misma propuesta.
La Ronda de Doha —denominada, oficialmente, "Ronda de Desarrollo"— se lanzó bajo la premisa de que los países pobres deberían recibir un tratamiento preferencial.
"Es un juego de espejos", sostuvo Charveriat. "Si esta oferta sigue, los subsidios distorsionantes del comercio continuarán casi totalmente sin cambios, y el dumping continuará. Mientras, los países en desarrollo deberán hacer grandes concesiones a cambio de un progreso ilusorio."
Por otra parte, Washington mantiene desde hace un año su pedido a la OMC de trasladar sus "subsidios anticíclicos" —pagos a agricultores cuando los precios caen por debajo de un mínimo establecido— de la "caja ámbar" —los más distorsionantes del comercio, según la organización— a la "caja azul", que contiene aquellos subsidios concebidos para limitar la producción más que para alentarla.
Eso también es un "shell game" del gobierno de George W. Bush, alertó David Waskow, de la filial estadounidense de la organización ambientalista Amigos de la Tierra.
Eso permitiría al gobierno "mantener su política comercial agrícola, que ha fracasado tanto en reducir la costosa sobreproducción como en impedir el dumping", advirtieron el martes, en una carta al Congreso legislativo, 20 organizaciones entre las que figuran Amigos de la Tierra, la Coalición Nacional de Familias de Agricultores, la Iglesia Presbiteriana, ActionAid International y la Asociación Estadounidense de Cultivadores de Trigo.