Con todos los participantes en la arena, incluidos los tres pesos pesados del comercio internacional, el Grupo de los 20 (G-20) países en desarrollo, Estados Unidos y la Unión Europea, las negociaciones de la OMC entraron en su etapa más ardua aunque también más prometedora.
El G-20, último en aparecer en la escena este martes, adelantó que en los próximos días presentaría sus cifras, lo que se considera la fase decisiva de la negociación de agricultura, el aspecto más espinoso que retarda desde hace casi cuatro años el proceso de la Ronda de Doha impulsada por la OMC (Organización Mundial del Comercio) para liberalizar los flujos internacionales del intercambio de bienes y servicios.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, que coordina el G-20 junto con el ministro de Comercio e Industria de India, Kamal Nath, dijo que con la presentación de sus cifras estos países con posiciones agrícolas afines responderán a las ofertas anunciadas también esta semana por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Los debates se habían concentrado durante largo tiempo en las estructuras, que los principales protagonistas del sistema multilateral de comercio habían considerado apropiadas para entrar en las negociaciones, recordó Amorim. "Ahora nos estamos moviendo hacia la fase de presentación concreta de cifras", explicó.
Por primera vez desde que comenzó en enero de 2000 la reforma del Acuerdo de Agricultura de la OMC y también desde que se iniciaron, casi dos años más tarde, las negociaciones de la Ronda de Doha, los ahora 148 Estados miembros de la organización discuten números concretos.
[related_articles]
Estados Unidos propuso el lunes reducir entre 55 y 90 por ciento los derechos o aranceles a la importación aplicados por los países ricos, y en un 60 por ciento el apoyo interno a los agricultores de esas mismas naciones.
La oferta de la UE consistió en disminuir a la mitad los aranceles de importaciones y en 70 por ciento la ayuda interna.
El G-20, del que forman parte países como China y Sudáfrica, ya había comunicado sus pretensiones en julio pasado, basadas en rebajas de los derechos de importación de acuerdo a distintas bandas determinadas por el monto de esos aranceles, con recortes superiores para las categorías más elevadas.
El intercambio de ofertas cuantitativas entre las partes se desarrollará durante esta semana y la siguiente en múltiples reuniones de ministros que han viajado expresamente a Ginebra, sede de la OMC.
Amorim aceptó que era posible obtener ya algunos resultados en este periodo, aunque prefirió recordar que el plazo para alcanzar un acuerdo preliminar en agricultura se extiende por lo menos hasta el 18 de diciembre, cuando concluirán los seis días de sesiones de la sexta conferencia ministerial de la OMC.
El límite para un acuerdo en la Ronda de Doha alcanza hasta fines de 2006. Las negociaciones lanzadas en diciembre de 2001 en la capital de Qatar abarcan, además de agricultura, otros temas como servicios, aranceles industriales, propiedad intelectual y aspectos específicos del desarrollo.
En relación con el ángulo del desarrollo, el G-20 insistió en que el Trato Especial y Diferenciado (TED) a favor de los países pobres debe predominar en todos los puntos de la negociación agrícola.
El G-20 interpreta que las tratativas tienen dos aspectos inseparables. Por un lado, un alto grado de ambiciones en la apertura de mercados y la eliminación de barreras comerciales y, por otro, el TED, que toma en cuenta las desproporciones surgidas no sólo en las distorsiones del comercio, sino también en los niveles de desarrollo de las naciones, apuntó el ministro brasileño.
Los países miembros del G-20 examinaron la propuesta de Estados Unidos, que fue acogida favorablemente como "un paso positivo". Sin embargo, coincidieron en que "es insuficiente".
Amorim precisó que Estados Unidos rompió positivamente un largo silencio, pero su propuesta está concebida de tal modo que en materia de ayudas internas, el punto débil de la agricultura estadounidense, no conduce a recortes reales de gastos presupuestarios.
El ministro brasileño dijo que "cuando el hombre y la mujer de la calle ven los números contenidos en esa propuesta, quieren ver una reducción real de las medidas de apoyo que distorsionan el comercio".
Eso es una parte fundamental del mandato que la Declaración de Doha incorporó a la reforma del Acuerdo de Agricultura, estimó Amorim. "Sin embargo, creo que ese punto no está claro en la oferta", sostuvo.
El ministro Nath resaltó el papel desempeñado por el G-20 desde su constitución en agosto de 2003. La composición del bloque no refleja un interés singular, sino una diversidad de intereses. De ese rasgo proviene la credibilidad de la agrupación, dijo el funcionario indio.
Forman parte del Grupo 21 naciones: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China, Cuba, Egipto, Filipinas, Guatemala, India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán, Paraguay, Sudáfrica, Tailandia, Tanzania, Uruguay, Venezuela y Zimbabwe.
Los ministros del G-20 estimaron que el impulso adquirido por las negociaciones puede obligar a la UE a mejorar sus ofertas en acceso a los mercados.
La organización humanitaria Oxfam observó que la UE habla de la necesidad de mayor equilibrio en las negociaciones.
"Sin embargo, nosotros tememos que los países pobres se vean presionados a ceder demasiado", dijo Celine Charveriat, experta de esa organización no gubernamental en cuestiones de comercio agrícola.
"La UE, al igual que Estados Unidos, está proponiendo simplemente desplazar pagos de un sector a otro, en lugar de reducirlos. Nos preocupa que los perdedores sean los campesinos pobres", insistió Charveriat.