El huracán Wilma, que azota un extremo de la sudoriental península mexicana de Yucatán, es el más poderoso y devastador registrado en este país. Expertos pronostican «imágenes terribles» en los próximos días a causa del fenómeno meteorológico.
Wilma impactó al medio día del viernes en la llamada Riviera Maya, la costa mexicana sobre el mar Caribe. Su poder destructivo, con vientos de hasta 270 kilómetros por hora, se multiplica debido a su extremadamente lento paso, de entre dos y cinco kilómetros por hora.
El huracán abandonará Yucatán este domingo, cuando se trasladará a la sudoriental península estadounidense de Florida. Pero antes de retirarse, "dejará en México un grado de destrucción pocas veces visto antes", alertó el subgerente de Pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional, Alberto Hernández.
El viernes Wilma tenía categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, una menos que la máxima. Este sábado su fuerza disminuyó a 3, pero su lentitud en el desplazamiento hace que posea un efecto similar al de varios huracanes consecutivos, explicaron expertos.
Wilma golpea paisajes variados, desde playas de arena blanca y agua turquesa, pasando por selvas, ruinas precolombinas y lujosos hoteles, hasta zonas pobres y contaminadas. Más de un millón de personas en el área, con famosos puntos turísticos como la ciudad de Cancún y la isla de Cozumel, han sido afectadas.
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Miles ya están en refugios, incluyendo a varios turistas extranjeros. Aunque la destrucción será mayúscula, autoridades aseguran que en materia de víctimas el saldo será mínimo gracias a la eficacia de los sistemas de protección civil.
"Los daños que producirá el huracán serán mucho más que serios, más que graves", señaló el secretario (ministro) de Seguridad Pública del sudoriental estado de Quintana Roo, Pedro Cota.
El funcionario admitió no tener aún información clara sobre los efectos de la tormenta en la isla de Cozumel y en la costa mexicana sobre el Caribe, ya que en varios lugares las comunicaciones están cortadas, no hay energía eléctrica y no es posible acceder con ningún tipo de vehículo.
No obstante, ya se sabe que la zona turística de Cancún fue seriamente afectada por el aumento del nivel del mar, que en algunos casos cubrió hasta dos pisos de algunos hoteles. Además, la principal avenida de la ciudad, que recorre varios kilómetros entre la costa y una zona interna de lagunas, desapareció bajo el agua.
"Hay un desastre sin precedentes", declaró el gobernador de Quintana Roo, Feliz González.
Cancún y parte de sus alrededores eran hace menos de 40 años una zona virgen con abundante vegetación y manglares, terrenos que cubren de agua las grandes mareas y donde crecen árboles de agua salada.
Pero los sucesivos gobiernos transformaron la zona en un importante centro turístico que, llena de hoteles y otros atractivos, fue visitada por más de 11 millones de personas en 2004.
Las grandes extensiones de manglares ya no existen, y muchas playas y canales de agua ahora están tapados por hoteles.
Cancún está rodeada de selvas y vestigios arquitectónicos de la milenaria cultura maya, pero también de cinturones de pobreza donde viven miles de personas, en su mayoría dependientes del turismo.
"No tenemos información sobre las zonas pobres, pero imaginamos que habrá sido muy afectada, pues en su mayoría incluye construcciones muy frágiles", indicó Cota.
Este lunes "vamos a ver imágenes terribles" de lo que pasó en Quintana Roo, pronosticó el funcionario.
Cota subrayó que desde el siglo XIX, cuando se comenzó a tomar registro de los huracanes en México, nunca hubo uno tan poderoso y destructivo como Wilma.
El huracán comenzó a formarse en el Caribe a inicios de esta semana y, según meteorólogos, es uno de los más poderosos de los que se tenga memoria en esa zona.
Se trata de la tormenta tropical número 21 y del duodécimo huracán que azota la franja tropical conformada por América Central, el Caribe, México y el sudeste de Estados Unidos.
Estos fenómenos meteorológicos se registran en esa región todos los años entre junio y noviembre.
Esta temporada ha sido en especial intensa, tal como lo habían pronosticado en mayo y junio varios expertos. Katrina, Rita, Stan fueron tormentas que dejaron grandes daños materiales y varios cientos de muertos.
Algunos científicos atribuyen esta sucesión de tormentas al cambio climático causado por el uso intensivo de combustibles fósiles, pero otros sostienen que es sólo parte de los ciclos normales del planeta.