ÁFRICA: Reservas petroleras aceitan ruedas de la corrupción

«Los países productores de petróleo figuran entre los más corruptos y miserables del mundo», dijo Peter Eigen, fundador y presidente de la organización anticorrupción Transparencia Internacional.

Países ricos en petróleo como Angola, Chad, Libia, Nigeria y Sudán recibieron una mala calificación en el Índice de Percepción de la Corrupción de 2004, elaborado por Transparencia.

El estudio, realizado todos los años por esta organización no gubernamental con sede en Berlín, evalúa a varios estados según el grado de percepción de la existencia de corrupción según empresarios y líderes de opinión.

En los países identificados por Eigen, las ganancias por contratos públicos en el sector petrolero desaparecen en los bolsillos de funcionarios locales, intermediarios y ejecutivos extranjeros, indicó Transparencia.

"En el sector abunda la corrupción, la falta de transparencia y la mala administración, especialmente en países en transición y economías de posguerra", destacó la organización en una declaración.

La corrupción le cuesta miles de millones de dólares anuales a la industria petrolera de África, dijo Eigen a los periodistas la semana pasada, en una reunión organizada por la filial sudafricana de Transparencia en Johannesburgo.

Eigen asistió además al 18 Congreso Mundial del Petróleo, que se desarrolló entre el 25 y el 29 de septiembre en esta ciudad con la presencia de más de 4.000 delegados.

"Guinea Ecuatorial, con una población de alrededor de 521.000 habitantes, debería ser la más rica, con todos conduciendo un Mercedes", señaló Eigen. Pero eso no sucede, porque los funcionarios de este país de África occidental son corruptos, dijo.

Ese país de África occidental, cuyas reservas de petróleo se estiman en 1.280 millones de barriles, comenzó a exportar crudo en 1991.

Similares acusaciones de corrupción contaminan Nigeria, donde el difunto dictador Sani Abacha robó 2.200 millones de dólares entre 1993 y 1998, según diversas versiones.

Parte de este dinero fue depositado en la banca suiza, que ha devuelto 290 millones de dólares de los fondos saqueados a Nigeria. Otros 168 millones de dólares serían transferidos en los próximos meses.

Las autoridades suizas querían que el Banco Mundial controlara los fondos repatriados, para asegurarse de que no fueran desviados nuevamente por funcionarios corruptos, y llegaron a sugerir que el dinero debería ser destinado directamente a educación, salud y proyectos de infraestructura.

El Banco Mundial se negó. Pero resulta claro que el dinero del petróleo no ha llegado a los ciudadanos comunes de Nigeria. Eigen señaló que en el delta del Níger, donde se produce la mayor parte del petróleo del país, la minoría étnica ogoni vive en la más abyecta pobreza.

Para combatir a la corrupción, Nigeria planea abrir su industria petrolera a un escrutinio mayor. Su ministro de Petróleo y Energía, Edmund Doukoru, dijo al Congreso Mundial del Petróleo que su país pondría a disposición del público la información relativa al petróleo.

En Sudán, la tribu nuer, que habita los vastos campos petroleros del sur, sufre penurias similares a las de los ogoni. Se ha pedido a los funcionarios nuer que renuncien al gobierno de unidad nacional para protestar contra su ausencia en el gabinete.

"Es un hecho indiscutido que 80 por ciento del petróleo sudanés se ubica en territorio nuer. La marginación de los nuer es un acto deliberado para impedir a los políticos de esa extracción que participen en el reparto de la riqueza petrolera", dijo en septiembre el Sindicato de la Comunidad Nuer en América del Norte.

El gobierno sudanés "está ahora empeñados en tratar a los nuer como son tratados en Nigeria los ogoni, cuyo petróleo es saqueado mientras ellos viven en la pobreza extrema", agrega la declaración.

En Angola, como en Nigeria, las ganancias del petróleo también son envueltas en un manto de secreto. "El gobierno podría hacer cualquier cosa con el dinero: comprar armas, contratar a mercenarios o robarlo", opinó Eigen.

Sin embargo, Francisco da Cruz, de la empresa British Petroleum, dijo a la reunión de Johannesburgo que el cambio estaba en marcha en Angola.

"En el pasado, el gobierno no había sido transparente por razones de seguridad. Pero, desde el año pasado, el presupuesto lentamente se está volviendo transparente. Creemos que esto es muy bueno", añadió.

Cruz, que es angoleño, solicitó un mayor tacto en la lucha contra la corrupción entre funcionarios africanos.

"Lo mejor es influir en ellos teniendo una discusión positiva en un ambiente controlado… La confrontación no ayuda", indicó.

"En los gobiernos africanos hay gente que desea cambiar. La nueva generación de líderes africanos quiere que las cosas cambien", agregó Cruz. "La naturaleza se ocupará de la vieja guardia que se opone a cambiar. Algunos ni siquiera pueden asistir a la oficina a trabajar de nueve a cinco".

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